viernes, 14 de octubre de 2016

Capítulo 61: Un momento para disfrutar.



Capítulo 61: Un momento para disfrutar.
-No me dejes sola- dijo la chica de cabello azul mientras aguantaba las lágrimas- Estuve esperándote años para ser la chica que compartiría su vida contigo, como para ver que has muerto que te alejas de mi lado, no otra vez, no lo resistiría.
Kyoto le miraba fijamente mientras la abrazaba, sin saber exactamente qué decir, ahora que era más humano sabía acerca de los sentimientos, si le decía que no la dejaría sola, ni él mismo estaba seguro…
-Kyo-kun, promételo…
-Yo… lo intentaré- masculló el azabache bajando la mirada.
-¿LO INTENTARÁS?...- la chica cambió súbitamente su tono de voz
-Es que… déjame explicarte… esto es una jodida guerra, alguien tiene que morir.
-KYOTO-KUN…
-Hump… “En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural”, eso lo dijo Edgar Allan Poe una vez, seguimos siendo hombres simples Inverna, y sentimos ese deseo de proteger cualquier cosa aún a pesar de nuestra vida- masculló el azabache tomando de las manos a su ahora novia- Alguien debe quedarse aquí a garantizar la paz de este mundo, de convertirse en el símbolo de la armonía.
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Doce horas antes…
-Kyoto, es imposible que quieras convocar una guerra entre ambos sectores continentales, es decir, apenas tu y yo tenemos un ejército lo necesariamente grande apenas para combatir a Mythland, pero Citizen es otro punto y aparte, querer atacar a Citizen es como querer atacar un continente completo.
-Pero no solo tendremos a un ejercito, será mucho más grande, planeo orillar a todo aquel país que no pertenezca a Citizen a una guerra sobre la cual tendremos ventaja- comentó el azabache con seriedad.
-¿Tan solo Belladona y Hefestos?, perdóname Kyoto, pero estas demente- regañó el enano a Kyoto mientras tomaba sus sienes- Dani, tráeme un poco de Hidromiel.
-Que sean dos copas, por favor- pidió Kyoto mientras sonreía siniestramente.
-Yo quiero…
-Tú no volverás a tomar hidromiel, Inverna- comentó el azabache- Tymir, quiero que me apoyes en esta guerra, porque tengo una ambición, y es liberar a The Fantasy de la Expansión Territorial de Citizen, si logramos destruir toda esa maldad, podemos vivir en paz.
-Kyoto, Kyoto, Kyoto, aun si acabas con lo que conoces como MAL, la ambición seguirá presente, y eso volverá a desenvolver el mal, además, ¿acaso planeas quedarte aquí?- preguntó el Enano viendo fijamente a ambos jóvenes.
-Sí, eso planeo, planeo mantener la paz quedándome aquí, ya sea como un mensajero de paz, o como el sacrificio del Resultado de la Guerra.
Melodi sintió el corazón romperse en cuanto el joven azabache dijo eso, es probable que ella también quisiera estar con Kyoto y quedarse en aquel mundo, pero…
-Bien, te ayudare, pero necesito que formes bien un ejército, que me confirmes con seguridad…
-Sé de qué hablas, y te aseguro que así será, forma guerreros fuertes, y saldremos victoriosos- agregó el azabache con firmeza.
-Bien, te apoyaré- dijo el enano mientras tomaba su cabeza- Mi hijo Dani será el comandante de las fuerzas de Hefestos, ¿no tendrás problema en ello?
-Para nada, si es hijo suyo y lo ofrece al ejercito con orgullo, es que es fuerte, y usted lo reconoce- comentó el azabache- Muchas gracias por su apoyo- dijo haciendo una reverencia de pie- Ahora solo debemos ir mañana por el Mar de la Serenidad, para llegar a Mythland.
-Claro, mientras tanto, disfruten de este su último día de estadía en Hefestos, espero haya sido provechosa- comentó el enano haciendo una reverencia.
-De pie honorable Rey, he disfrutado mucho este lugar y me encantaría quedarme un día más, Rey Tymir, agradezco esa prueba de amistad al confiarme a su hijo a tan noble y peligrosa misión- comentó el azabache sonriente mientras tomaba la copa de hidromiel y la chocó con la copa de Tymir- Una vieja tradición, a Salud, POR THE FANTASY.
-POR THE FANTASY- dijo el Rey Tymir.
Y tomaron la copa hasta el fondo, para infortunio de Melodi, que no probó gota alguna.
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Salieron del Palacio del Rey, y Kyoto tomó a Melodi por el brazo, ella saltó consiguiendo que él la cargase al estilo princesa, el azabache voló directo a una de las lagunas que rodeaban Hefestos, al estar cerca de una zona volcánica, se había desarrollado un valle con Aguas termales para los que quisieran escapar de las temperaturas frías, el Valle del Infierno de Hefestos.
Kyoto se quitó la gabardina negra que cubría gran parte de su cuerpo, cuyo torso se encontraba descubierto y la piel blanca estaba tomando un ligero bronceado.
Melodi no evitó desviar la mirada, mientras hacía memoria de aquella noche loca en la que casi pierde su virginidad en manos del hombre que ella amaba, pero ebria, ahora estando sobria era otro asunto.
-Amor, te traje aquí para disfrutar de una de las maravillas naturales de Hefestos, el Jigokudani de The FANTASY, llamado El valle de las termas, reservé todo este lugar solo para nosotros- dijo el azabache mientras tomaba su cabello y lo arrojaba hacia atrás, dejando ver su ojo izquierdo.
Una cicatriz le fue revelada en el hemisferio izquierdo del rostro del azabache, quien tomó un poco de agua de las termas y la frotó contra la misma hendidura, volviendo a alisar la piel del azabache.
-Debería agradecer que Tymir me recomendó estas aguas, son fabulosas- comentó el azabache mientras quitaba los botones del pantalón negro.
-K…kyoto-kun
-Anda mocosa, no seas tímida, y ven conmigo.
La chica solo asintió mientras, con excesivo nerviosismo, comenzaba a quitar su ropa, a la vez que Kyoto ya estaba dentro de las termas.
El azabache soltó un largo suspiro mientras el agua corría por su cuerpo, por su parte Melodi, ya desnuda, entraba con lentitud acoplándose a la temperatura del agua.
-Apenas es de mañana, pequeña, tenemos todo un día para disfrutar- comentó el azabache enfatizando el todo- Además, quiero estar a tu lado.
-¿Siempre?- preguntó la chica ya dentro del agua.
-Siempre.
-¿Nunca me dejarás sola?- Preguntó la chica acurrucándose hacia el azabache.
-No, nuca te dejaré, lo prometo, Melodi Inverna- dijo el azabache estrechándola en sus brazos.
-Oh, veo que necesitaban un poco de privacidad- comentó una rubia frente a ellos.
-Na…Natsuki-chan- dijo Melodi cubriéndose.
-¿Qué no estas aguas termales no eran de baños separados?- preguntó Stella mientras estaba de espaldas a ambos.
-Sí, y se suponía que había reservado este lugar especialmente para esta tarde- masculló el azabache mientras sonreía con malicia.
-¿En serio?, es una pena, entramos diciendo que somos tus amigas, y los otros dos están del otro lado, en el de hombres- comentó la rubia mientras veía con nervios la sonrisa de Kyoto.
-Atributo Fuego...- dijo el azabache mientras el agua a su alrededor comenzaba a burbujear.
-Bien, bien, tú ganas, nos vamos- Dijo Natsuki mientras salía del agua, con una toalla cubriendo su cuerpo- Pero solo te digo algo, tus actos egoístas te llevaran a lo peor.
-Solo estas molesta que quiero pasar tiempo de calidad con mi novia a solas sin un grupo de idiotas tras nosotros, estamos a punto de una maldita guerra y necesitamos relajarnos- dijo el azabache con calma, ignorando el comentario de la rubia- Eso también incluye a sus mascotas- masculló el azabache apuntando a los baños termales del lado masculino.
-Pero…
-Sin excusas, llévenselos de aquí maldita sea.
-Está bien, está bien, por egoísta te saldrán imperfecciones en el rostro- masculló Natsuki saliendo del lugar.
-Stella- dijo Kyoto mientras veía a la chica que seguía de espaldas- Largo.
-ASH, ¿acaso una no puede distraerse en este bello lugar?
-Nope, chaito- dijo el azabache mientras le señalaba la salida.
-Maldita sea- gruñó la chica saliendo de las termas.
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Estuvieron un tiempo en las aguas termales, y cuando la temperatura comenzaba a descender gradualmente, ambos salieron a ver la puesta de sol, a una montaña rocosa.
Melodi estaba insegura, sabiendo que su romance, a ojos de otros, sería mal visto, pues claro, estaba siendo novia del azabache apenas a dos semanas de la muerte de la novia de este último, y sus sentimientos despertaron así de repente…
-¿No es raro?- preguntó definitivamente la chica mientras veía al sol esconderse- Digo, tus sentimientos solo florecieron a la luz de un recuerdo, o una invasión de recuerdos, yo quería estar contigo, no forzarte a esto, me odio, soy tan egoísta, solo quería estar contigo y…
-No lo eres- masculló el azabache mientras le miraba a los ojos- Egoísta es aquel que, contra todo y todos, quiere obtener algo, y si no lo tiene, patalea, llora, agrede e insulta, pero tú, solo quisiste estar conmigo, y cuando no lo hice, te alegraste, esperando que esa persona me hiciera feliz, lo nuestro no es forzado ni nada por el estilo, lo nuestro solo nació, tú ya estabas enamorada de mí, solo faltaba que yo decidiera probar ese amor, y ahora debo disfrutarlo, sin tabús- dijo el chico mientras miraba a las estrellas-
“Hay personas que no lo van a entender, que patalearan, lloraran, insultaran y te harán menos solo porque no querían que yo estuviese contigo, pero solo te digo algo: Me importan un bledo sus opiniones, porque esta decisión yo la tome, yo viviré contigo, yo pelearé contigo, sufriré contigo, ellos no lo harán- finalizó el azabache tomando el mentón de la chica.
-¿Vas a besarme?- comentó la chica sonrojada.
-¿Aquí arriba?, ¿En una puesta de sol?, ¿el escenario perfecto para un beso?, oye, no lo sé, podría convertir esto en tu dulce agonía, ¿qué dices?- preguntó el azabache mientras se acercaba peligrosamente a los labios de la chica.
Roce, tras roce, tras roce, la chica trataba de corresponder a los besos del chico, pero una vez que abrió la boca, el azabache se alejó.
-Sí, esto podría tornarse divertido
-No seas malo Kyoto-kun, ¿me dejarás así?- preguntó la chica mientras se sonrojaba y sonreía con un dedo en la boca, muy seductora.
-Pensaba castigarte, pero creo que sí, así te quedarás toda la noche.
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Siguieron caminando por las calles de Hefestos, mientras eran seguidos por los chicos, quienes esperaban un mayor avance en la relación.
-Ya se besaron y todo, pero no pueden caminar juntos como una pareja normal, es extraño- comentó Stella mientras sacaba unas cadenas.
-No podemos hacer un acercamiento más íntimo- dijo Riot- Según el Protocolo de los Katekyo y los Inverna, si los amantes llegasen a poseer el mismo lazo familiar, tienen que ser discretos.
-Por el amor de dios Riot- masculló Natsuki- Mi amiguita casi viola a Kyoto y tienes el descaro de decir que tienen que ser discretos.
-Discretos en el sentido que nadie puede saber que su relación va más allá de simples novios, en el momento en el que un Katekyo y una Inverna se besan, es ahí cuando podemos llamarlos “esposos”- dijo Riot mientras sacaba un libro cuya portada se leía como “Signos y Símbolos de los Clanes Antiguos”.
-Entonces un simple beso entre Kyoto y Melodi en público…- anunció Zentraedi.
-Es el posible fin de la relación entre ambos, puesto que…- alcanzó a decir Riot.
-Según yo recuerdo, Meredi Inverna, o Sara Reyes ya había besado a Kyoto, ¿o me equivoco?- dijo Stella con veneno en la boca.
-Cabe destacar que Meredi no es una Inverna Pura, solo la ayudaron los genes que implantamos en su cuerpo, de hecho, de no ser por nosotros, ella no se habría reencontrado con Kyoto, y según sé, Meredi le encargó a Melodi el bienestar de Kyoto- dijo Riot mientras se sentaba en una banca.
-Oh, ya veo- dijo una voz tras ellos.
-Sí, así es…
-Y es por eso que han estado siguiendo a Kyoto desde la tarde, en las aguas termales- dijo la misma voz.
-Sí, en realidad, no queríamos dejarlos a solas y…
-Ya veo, acosando sin razón a Inverna y a mí, eso es imperdonable- masculló el azabache.
-¿Pe…pero cuando?
-Desde que inició la conversación, soy solo un clon, pero creo que será más que suficiente- masculló el joven azabache saliendo de las sombras.
-¿De qué habla…?- alcanzó a preguntar Riot.
Y en ese momento, Kyoto retiró la parte superior de su gabardina, mostrando la sonrisa con sangre y dientes afilados que anteriormente sería su técnica maestra.
-O nos dejan de molestar, o me encargaré de hacerlos tener las peores pesadillas que puedan imaginar- dijo el azabache mientras seguía mostrando sus dientes ensangrentados.
-Solo es una ilusión, Melodi nos dijo eso- comentó Stella tratando de tomar valor.
-¿Una ilusión eh?, ¿qué pasara si decido devorar tu mano?- preguntó el ente frente a ella.
-N…no te atreverías- dijo Stella asustada.
-Rétame…
-Bien tú ganas- dijo Riot tomando a su novia- Nos vamos chicos, retirada provisional.
-Nah… Será definitiva, de eso me encargo yo: Atributo Oscuridad: Pesadilla.
Y los chicos cayeron inconscientes ante los pies del clon del azabache, quien solo los tomó para llevárselos a sus habitaciones.
-No soy un simple clon, soy parte de la personalidad de mi creador, y cuando esta misión termine, volveré a su cuerpo.
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-Esos idiotas- masculló Kyoto mientras esperaba sentado en una banca con vista al reino.
Hefestos se ubicaba rodeado de montañas, junto a un lago congelado en la superficie, donde gran cantidad de peces comestibles que se mantenían en constante navegación para evitar el congelamiento total del lago.
Entre todas las montañas, una de ellas tenía una cueva donde se rumoraba, había una llama que nunca se extinguía, conocida como “La Llama Eterna”.
Junto a ella, se encontraba Kyoto, esperando la comida que Melodi traería del festival, que ella había ido a comprar a solas por petición propia.
-Kyoto-kun.
Y por lo visto le había ido bien.
-Tiempo sin vernos- dijo Melodi mientras cargaba la canastilla.
-Solo tardaste diez minutos y…
Cada minuto sin ti es una eternidad, k-kun- dijo Melodi sacando los platillos de Sushi.
-Exageras- dijo Kyoto sacando una botella- Solo es jugo de uvas con miel, no te emociones.
-Desde aquella noche te pusiste muy estricto en cuanto al alcohol- dijo Melodi haciendo un puchero.
-Lo siento, pero me gustaría que mi primera vez fuese con mi novia totalmente consciente, sin alcohol de por medio.
Comenzaron a comer con calma, frente a la llama eterna.
Melodi miraba el paisaje que le rodeaba, y recordaba su breve, pero divertido y muy emotivo, pase por Belladona, el lugar donde su ahora novio había sido concebido.
-Serías una princesa, si te quedas aquí junto a mí- dijo el azabache.
-Mamá no estaría muy de acuerdo- confesó la chica con pesar- Mi padre estaría devastado y yo… si te soy honesta, quiero volver a casa.
-Entiendo, al menos, fue hermoso haberte conocido y…
-No me dejes sola- dijo la chica de cabello azul mientras aguantaba las lágrimas- Estuve esperándote años para ser la chica que compartiría su vida contigo, como para ver que has muerto que te alejas de mi lado, no otra vez, no lo resistiría.
Kyoto le miraba fijamente mientras la abrazaba, sin saber exactamente qué decir, ahora que era más humano sabía acerca de los sentimientos, si le decía que no la dejaría sola, ni él mismo estaba seguro…
-Kyo-kun, promételo…
-Yo… lo intentaré- masculló el azabache bajando la mirada.
-¿LO INTENTARÁS?...- la chica cambió súbitamente su tono de voz
-Es que… déjame explicarte… esto es una jodida guerra, alguien tiene que morir.
-KYOTO-KUN…
-Hump… “En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural”, eso lo dijo Edgar Allan Poe una vez, seguimos siendo hombres simples Inverna, y sentimos ese deseo de proteger cualquier cosa aún a pesar de nuestra vida- masculló el azabache tomando de las manos a su ahora novia- Alguien debe quedarse aquí a garantizar la paz de este mundo, de convertirse en el símbolo de la armonía.
Y puso sus dedos en la frente de la chica.
-Hipnosis

Y la chica cayó profundamente dormida.

viernes, 10 de junio de 2016

Capítulo 60: Día Uno.



Capítulo 60: Día Uno.
-Atributo Oscuridad: V de Vendetta- masculló el joven azabache arrojando una gigantesca “V” de sombras.
-Atributo Fuego: V de Fuego.
A su vez, trató de crear una letra con el poder de sus llamas, pero solo salió una ligera chispa.
-¿Qué demonios?- masculló el azabache viendo sus manos.
Y seguían húmedas por el hielo que se había derretido.
Provocando que el fuego no pudiese circular de forma correcta.
Comenzó a realizar sonidos secos con sus dedos, mientras ligeras chispas se provocaban.
Pero había otro pequeño e insignificante detalle.
-Estamos en las Tierras Heladas del Norte, Kyoto- masculló Zentraedi con una Gabardina gris que mostraba un escudo en el lado izquierdo del pecho.
-Oh, Zentraedi, parece que el hielo por fin te ha enfriado la cabeza.
-Hijo de las mil y un…
-Ah Zentraedi, ya no sabes que decir, bueno… como sea… debo irme- comentó el azabache.
-¿No seguirás entrenando?
-El clima no es el más apropiado, además, dejé sola a Inverna e la habitación donde nos hospedábamos.
-¿No pasó nada?- preguntó el albino intrigado.
-Solo trató de violarme…
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Melodi Inverna se movió incómoda, tratando de tomar su cabeza con lentitud, ¿quién diría que el Hidromiel sería así de cruel con la resaca?
-Y casi lo haces con él, amiguita.
Dio un respingo de alerta, para ver atrás de ella a su mejor amiga, acostada en su sofá, con una mirada tranquila.
-Amiguita, Amiguita, el abuso en el consumo de ese producto es dañino para la salud.
-Ya pareces comercial de cerveza barata Natsuki-chan, ¿dónde está mi novio?
-Ya volví, pequeña- comentó el azabache apareciendo tras la puerta.
-Ups, mi señal de retirada, los de Atributo Leyenda no resisten las bajas temperaturas… así que mi querido lobito debe tener frío- dijo Natsuki saltando de la silla.
-Vale… nos vemos Natsuki.
-Sí, Kyoto.
-Muy bien, ahora inverna, ¿podrías hacerme el favor de decirme el motivo por el cual aceptaste el hidromiel de los enanos?
-Bu…bueno… ellos me dijeron que relajarme un poco no estaría nada mal.
-Y bien…
-Pues… bebí algo de alcohol, para… bueno… tu sabes…
-No… no lo sé…
-Ca…calentarme un poco.
-Inverna, a pesar de tu inconsciente que ha caído bajo las sombras de la corrupción, sigues siendo ingenua.
-Perdón Kyo-kun, pero… yo quería desinhibirme un poco.
-Y lo lograste, pero ahora no es tiempo para eso, vámonos, tenemos que hablar con Tymir, para ver si estará de nuestro lado, no tenemos mucho tiempo, mi princesa.
-S… sí...
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-Kazuo… despierta…
-No… cinco minutos más…
-Kazuo… por favor…
-No Erika, déjame dormir…
-SOY TYMIR, MALDITO VAGO DE MIERDA, DESPIERTA AHORA…
-¿Eh?, ¿qué? ¿dónde?- preguntó Kazuo totalmente confundido.
-Vago como siempre Kazuo, ¿qué tal tu primer día en la forja, joven aprendiz?
-Agotador, no pensé que forjar armas legendarias sería tan intenso.
-¿Armas legendarias?, estás muy verde para ese tipo de materiales Kazuo, lo que te puse a forjar eran simples clavos de adamantio, nada fuera de lo común, no te pongas como una reina.
-Pero hace tiempo no entraba a las forjas de los enanos, la última vez que entré fue para ver las cadenas del Lobo Fenrir, no más.
-Pues bueno, ya dije el objetivo de esta capacitación en las forjas de nueva cuenta, que sepas manipular los materiales que trajo tu hijo.
-Es el alma de mi hijo lo que está en esas piedras, debo tener especial cuidado en el momento de forjarlas.
-Y crearás algo más, mira.
El enano sacó un pergamino de piel con un boceto dentro, el cuál Kazuo pudo detectar co facilidad.
-Eso es…
-Le daré mañana el producto de este boceto, las “Rocas de Alma” están fundiéndose en el horno, solo pedí un poco de Seda Aural del país de Silkland.
-No solo dos espadas, sino algo con lo que Kyoto pueda jugar con su alma.
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-Kyoto-kun, déjame explicarte, por favor no seas malo, yo solo, el hidromiel.
-Deja tus explicaciones para al rato- tomó una cuchara con un poco de alimento- Abre la boca.
-K-kun, por favor.
-ABRE LA MALDITA BOCA.
La chica, resignada, solo obedeció la indicación, tratando de tapar su nariz y cerrando los ojos.
El chico metió la comida, aún humeante, a la boca de la chica, mientras ella…
-KYAAAAAAAA, AGUA, AGUA.
Comenzó a correr en círculos. Buscando su tan preciada agua, hasta que, en un punto máximo de desesperación, besó a Kyoto.
-Espera… tonta… el beso solo conseguirá que te pique más la boca.
-¿Qué me diste?
-Un platillo levanta-muertos, demasiado picante que te quitará la cruda, eso es todo- comentó el azabache mientras le servía más.
-¿Todavía me vas a dar de comer más de eso?- preguntó la chica impactada-
-La cruda es muy fuerte, no creo que la resistas menos con el Hidromiel, es muy peligrosa su elaboración, aunque creo que a Zentraedi no le desagradará que llevemos el proceso de elaboración.
-Tienes razón… trata de llevar un procedimiento algo amargo.
-Je… claro que sí, pero ahora termina de comer, tenemos que ver a Tymir- concluyó el azabache mientras tomaba el tenedor.
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Salieron del departamento donde descansaban, afortunadamente la chica ya se encontraba bien, pero algo jadeante por el picante.
-EL Rey Tymir debe entender la situación, el poder de Citizen crecerá increíblemente, y si nos apresuramos podemos llegar a Mythland y lograr un acuerdo con ellos- comentó Kyoto serio, como pocas veces.
-Kyoto-kun, ¿qué pasaría si no están de acuerdo con nosotros?- preguntó nerviosa.
-Lo estarán Melodi, de acuerdo a esta situación, no les conviene librar una guerra en solitario contra Citizen, sin embargo, debemos considerar también sus opiniones- agregó el azabache mientras se dirigían a la entrada del Palacio de Hefestos.
La puerta de caoba, reforzada con gruesas de Acero Forjado, se dejó relucir ante los chicos.
-Bienvenidos- habló el enano mientras les abría las puertas.
-Se supone que es un rey- comentó Kyoto- usted no debe…
-Sé a lo que vienes… y mi respuesta es sí- comentó el enano- Simplemente debes esperar un día más, y te daré un arma especial, para ti.
-¿Pero cómo fue que usted…?- Alcanzó a preguntar la chica de cabello azulino.
-¿Dije sí?- preguntó el enano interrumpiendo a Melodi- Verás, Hugin y Munin me avisaron sobre esta guerra, y de las posibles consecuencias que esta podría acarrear- dijo pensativo el enano- me conviene tener un tratado de amistad con ustedes, mandatarios de Belladona, y con Cydonia.
-Oh, ya veo- comentó el azabache.
-Así que, bueno, esperen un día, prepararé el regalo para usted, Kyoto, el día de mañana.
-Así será, Tymir- comentó el azabache sonriendo.

viernes, 13 de mayo de 2016

Capítulo 59: Efectos del Hidromiel.



Capítulo 59: Efectos del Hidromiel.
-Kyoto, debo irme, si es cierto lo que dices, sobre mi pueblo, debo apresurarme…
-Espera, Hyutsuchi, hay algo que no me has contado.
-Sí, mis padres murieron, pero Norwind tenía un trato con mis tierras- comentó el azabache de piel bronceada.
-¿EH?- preguntó Kyoto en las puertas del norte de Hefestos.
-Soy el príncipe de Gruunland, por eso me llevaron, Norwind alcanzó a salvarse porque su hija mayor se casó con el rey de Citizen, pero nadie mencionó sobre una hija menor, que es mi prometida…
-Bien, supongo que te llevarás a Sora- dijo burlón Kyoto.
-Nunca la dejaría, es mi pequeña brújula de bolsillo, jajaja.
-Ruego porque no nos escuche.
-Pues sus ruegos no hacen efecto, idiotas- comentó una castaña- Yusei, vámonos ya.
-Claro Sora-chan- dijo Yusei mientras cerraba el puño- Kyoto, nos volveremos a encontrar en el camino, y espero después de esto volver a combatir contigo, eres el único en darme una batalla esplendida.
-Si sigues así terminarás enamorado de mí- comentó Kyoto con burla.
-Tal vez, espero estar casado para evitar hacerlo, Sora, vámonos ya, tu novio debe estar esperándote en Norwind.
-Sí- contestó la joven castaña.
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-Tymir, maestro, ¿a qué se refiere con el Alma de mi hijo?
-El alma de tu hijo la sellaste en estas piedras, ¿me equivoco?
-No maestro, tenía que hacerlo o moriría y…
-No me interesan tus explicaciones, Kazuo, ¿por qué demonios no consideraste la normalidad de tu hijo?
-Mi hijo con una normalidad moriría sin remedio, así que sellé su alma dentro de esta piedra, y ahora usted forjará una espada con el alma de mi hijo.
-Tendré en mente eso, así como tú lo tuviste cuando sellaste su alma aquí, Kazuo.
-No quise hacerlo…
-Te quedarás aquí Kazuo, sin seguir a tu hijo a los demás países mayores, él se hará cargo solo de esos eventos.
-Pero maestro, sin el peso político, Kyoto no podrá…
-Recuerda a Jesús, era un Rey sin ser realmente un político, y revolucionó las enseñanzas bíblicas, Kyoto revolucionará The Fantasy, siendo un AJENO…
-¿Y yo que haré?
-Volverás a mi tutela, te has vuelto un inútil cuando dejaste de Fantasy, así que….
-Tengo miedo de lo que me va a decir…
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-Entonces el viejo enano te ha ofrecido volver a las forjas- comentó Kyoto bebiendo hidromiel.
-Oye, ten cuidado con la bebida…
-Contéstame.
-Sí, el Maestro Tymir volverá a entrenarme en las forjas, algo trama el viejo.
-Si Tymir te escucha decirle viejo, te matará.
-Sí, tienes razón- comentó Kazuo bebiendo el hidromiel.
Al voltear la vista, vio una chica de cabello azul tomando una de las jarras, y vio que se la empinó por completo.
Kazuo solo volteó con un maligno plan, era la venganza por no dejarlo dormir con su esposa.
-Kyoto, el Hidromiel es muy fuerte, lo sabes bien.
-sí, solo es una jarra chica, no pasará nada conmigo- comentó el azabache con soberbia.
-Bien, entonces puedes cargar con una persona ebria a su habitación supongo.
-Padre, si piensas que voy a cargarte, estás muy equivocado.
-No hablo de mí, hablo de…
-Kyo-kun…
-Ella.
La chica de cabello azul abrazó al joven azabache, que estaba sorprendido por el cambio de actitud de la chica, que, si bien era algo desatada, esta vez se notaba algo, distinta.
-Inverna, ¿pasa algo?
-Te extrañé, Kyo-kun…
-Tu boca huele a alcohol, no me digas que…
-Me dieron… algo muy dulce… sabía a… ciruela… estaba muy… delicioso.
-Eso era hidromiel, tonta…
-Estaba muy… rico… pero acabo de… encontrar algo más… suculento…
-¿Qué?
-Esto.
Y la chica estampó sus labios en los del chico, quien seguía algo asustado con la actitud de la chica, y eso que llevaban apenas media semana de novios.
-Bueno, debo ir a dormir, que tengas una linda velada hijo- comentó Kazuo pasando junto a él.
-Espera Papá, ¿no me ayudarás?- preguntó el joven azabache.
-No, eso no es asunto mío, adiós…
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-Melodi se pasó con el alcohol- comentó Riot abrazando a su novia.
-Solo tomó una copa, ella es fuerte, estoy segura que resistirá- comentó Stella
-¿Apostamos?
-Va.
-Sabes, apostaría a que Kyoto y ella solo dormirán juntos, porque ella en el estado avanzado de ebriedad en el que se encuentra, llegará a la cama, y plop- aseguró
-Je, no lo creo, ahora son novios, nada impedirá que abusen de la inocencia de Kyoto, así que perderás…
-Tienes mala fortuna, cuando eras Mindy y Windy siempre perdías, ¿ahora qué te hace pensar que ganarás?
-Tengo un instinto femenino infalible, algo dentro de esa casa pasará.
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-Muy bien Inverna, te llevaré a tu departamento- comentó Kyoto dirigiéndose al hotel donde se estaban hospedando.
-Mi… departamento… está… lejos- comentó la chica con voz interrumpida.
-Es que no hay de otra Inverna, tienes que dormir, en dos días partiremos…
-Si… nos vamos a ir… en dos días… hic… entonces quiero… quedarme contigo…
-Amor…
-No me… digas amor…
-¿Te molesta acaso, amor?
-Es que si me dices amor voy a terminar violándote aquí mismo, amor…
El azabache terminó ruborizado, mientras activaba el Catalyst.
-Tal vez no sea muy útil, pero...
-Pequeño K-kun… las técnicas ilusorias… no sirven en… alguien que… está de… delirando.
-Entonces…
-Vámonos, amorcito.
La chica lo llevaba a rastras por todo el reino, mientras Kyoto estaba asustado, por primera vez en su joven vida, estaba totalmente asustado de su destino.
Melodi lo llevó a rastras, congeló sus manos y sacó las llaves de la habitación del joven azabache.
-I…Inverna…
-Voy a privatizar a Kyoto-kun.
-¿EH?...
No dijo más, la chica lo aventó a la cama y el hielo de las manos se expandió a la cabecera, dejándolo inmóvil.
-Oh, fuego…
-No lo harás, Atributo Agua: Anegar…
Cuando Kyoto trató de canalizar aura ígnea, el hielo se endurecía más y más,
-¿Qué demonios?
-Anegar convierte cualquier aura en atributo agua, por lo que intensifica el hielo que te apresa… no saldrás casto de esta situación, K-kun…
-Mier…
-Ya te dije que serías mío…
-Ayuden…me
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Fuera del departamento de Kyoto, una chica de cabello verde y un castaño escuchaban la conversación privada que se manifestaba en el recinto, hasta que la chica habló.
-Gané- dijo una chica estirando la mano.
-¿Pero cómo?
-Intuición femenina, además de esto, leyes de los signos, Windy y Mindy eran signos negativos antes de fusionarnos, después de la fusión algo pasó dentro de mí que me elevó de manera positiva, contrario a ti, en primera instancia, Ride era quien armaba las apuestas, pero Rode siempre perdía, negativo por positivo da negativo, simple aritmética- comentó la chica de cabello verdoso aún con la mano estirada.
-Maldición- masculló el castaño mientras le daba el dinero.
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En un lugar repleto de hornos y calderas, un adulto y un anciano entraban con calma, viendo el fuego soplar por todas las chimeneas gigantes de la ciudad.
-La forja, Maestro, hace tiempo que no entro aquí y…
-Kazuo, no estoy para juegos- comentó Tymir con furia- Creíste que yo forjaría las armas de tu hijo, pero no, mis enanos crearán las armas de los chicos, pero tú, tú harás lo que te dije, tu castigo será, ya que sellaste el alma de tu hijo en una piedra, darle forma, filo y poder a esa piedra, tú darás forma a su alma, con tus propias manos…
-Pero Maestro, no puedo hacer eso, es mi hijo…
-Mismo hijo de quien sellaste su alma…
-¿Me lo recriminará toda la vida?
-No, solo quiero ver los niveles de insensibilidad del “Gremio de Ciencias Médicas”.
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-Ufff… me salvé- masculló un chico azabache con el brazo bajo Melodi.
Ella estaba desnuda sobre él, cubierta con una sábana, pues al quitarse la última prenda, ella quedó dormida, inhabilitando la habilidad Anegar, permitiendo a Kyoto derretir el hielo de sus manos, y al menos había conservado su ropa interior.
-Eres bella, pero en una situación así… Dios mío Inverna, estamos en preguerra, ¿cómo diablos crees que haríamos algo así?
-Tal vez es el mejor momento, por eso lo intento- comentó una voz proveniente de la puerta.
-Esto no te incumbe Inoue…
-Claro que me incumbe, Kyoto, es mi amiga, estamos pasando por un momento de amplia tensión y…
-A Takeshi Inoue no le hará gracia que su niñita ya no es virgen y pura- comentó el azabache.
-No me interesa, los hombres Inoue no tienen que involucrarse en decisiones que no les corresponden, a pesar de que sean sus hijas, además, si dejé de ser virgen con Zentraedi, déjame decirte que valió la pena, tú eres quien se está tardando…
-Inoue, tú tienes una relación de 3 años con el lobo, yo apenas tengo días de empezar a salir con ella.
-No creo que ella piense lo mismo, francamente apostaría a que lleva aproximadamente cinco años aguantando las ganas de privatizarte, K-kun…
-No te incumbe enana, ahora largo, que si se despierta pensará lo peor…
Y comenzó a vestirse, empezando por su pantalón, su camisa y la enorme gabardina, el clima frío sentaba perfecto para aquella vestimenta.
-A Practicar.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra. -¿Habrá llegado ya el mensajero?- preguntó Kyoto mientras realizaba algunas abdominales. -Esto...