Capítulo 64: Canta, Encanto.
Las cavernas marinas
que estaban en el mar de la Serenidad no podrían ser mejores, nada comparado a
lo que el anciano había descrito anteriormente, la luz del sol brillaba
tenuemente, por lo que atisbos de luz se mostraban por las profundidades de las
cavernas dándole una apariencia más mágica.
Kyoto se encontraba al
frente del timón, mientras Zentraedi izaba las velas del barco para atrapar
buen viento.con dirección a la entrada de la cueva, y Riot estaba desde la
canastilla vigilando el movimiento de las aguas.
Al entrar, la luz del
sol reflejaba en los cristales marinos dando una iluminación natural color
azul.
Kyoto estiró su brazo
hasta alcanzar una piedra preciosa, y la guardó en su mochila, mientras que
seguía con el timón al mando.
Zentraedi estaba recargado
en la pared de madera que sobresalía de la cubierta, mirando con aburrimiento
al océano.
-Ah, puta vida-
masculló el albino mientras lanzaba un escupitajo.
-Zaglyani ty v serdechko mne…
-¿Eh?, ¿Dijiste algo
Melodi?- preguntó el albino confundido.
-No, nada
Zentraedi-kun, ¿Por qué?
-Es sospechoso, escuché
una dulce voz, cantarina.
-Veter voyet, a ty grey menya, Nebo
stonet, a u nas vesna
-¿Otra
vez?- preguntó Zentraedi confundido.
-Deberías
dejar la marihuana Zentraedi- comentó Kyoto mientras veía al frente.
-¿Es
que tú no las escuchas?- el albino estaba enfadado.
-Nah,
tengo los audífonos puestos, así que cualquier ruido indeseable es rechazado-
comentó el azabache.
-Entonces-
dijo el albino- Te quitaré esas malditas porquerías de tus oídos.
Y se
acercó lo suficiente para arrebatarle el par de audífonos, rompiendo el cable
que conectaba con el reproductor del azabache.
-Poprosi u oblakov Podarit' nam
belykh snov Noch' plyvet I my za ney V mir tainstvennykh ogney
-¿Qué
demonios es…?
-Ahora
sí la escuchas, imbécil.
-Hermosa
voz- dijo el azabache mientras se sonrojaba- ¿Estás seguro que no es de
Inverna?
-Escúchame
bien, acabas de estar junto a ella, y debo suponer que ella no es una voz
despreciable.
-¡OH
MIER…!- dijo el azabache mientras volvía al timón del barco.
-¿Qué
pasa Kyoto-kun?.
-Sirenas-
dijo el chico como si nada- No quiero escucharla pero no quiero dejar de
oírlas.
-¿Qué
canción es?- Preguntó la chica asustada.
-Kolybelnaya,
o canción de cuna, ¿recuerdas cuando la cantaste en la secundaria?- Preguntó el
chico asustado.
-Sí,
pero ¿cómo es posible que esa canción?
-Eso
es lo de menos, tenemos que salir de aquí rápido antes de que…
-¿Antes
de que qué?- preguntó la chica al ver al azabache en trance.
-…
Noch' plyvet I my za ney V mir tainstvennykh ogney- comenzó a cantar el chico.
-DIABLOS,
Stella, ¿puedes ayudarnos con…?
-WAAAAAAAH,
JURO APRENDER A CANTAR RIOT, PERO NO TE VAYAS DE MI LADO- decía Stella con lágrimas
en los ojos..
Melodi
vio con Nervios la escena mientras pensaba en la situación actual.
-Zentrae….
-Melodi,
Zentraedi está en trance- comentó Natsuki cuando iba hacia ella.
-POR
UN DEMONIO LO QUE FALTABA- dijo la chica de cabello azul mientras lanzaba un
manotazo al aire.
Las
chicas veían el caos que se armaba en el barco que, por la falta de piloto,
comenzaba a zozobrar a la deriva, y les tocaba ver como los chicos caminaban
hipnotizados hacia el agua…
-AGUA-
dijo ella mientras comenzaba a hacer ademanes.
El
barco lentamente comenzó a recuperar estabilidad y el rumbo, llevándose algunos
tallones de las piedras.
-Chicas,
reunión estratégica- dijo Melodi mientras las llamaba.
-Pero
Melodi- dijo Stella, si ellos caen en el agua.
-Ya lo
tengo previsto, tenemos que solucionar el problema del barco, y tres idiotas
que están hipnotizados- Comentó Melodi con fastidio.
-¿Pero
por qué nosotras no fuimos…?- Preguntó Stella confundida.
-Porque
como mujeres no somos afectadas dado que carecemos de atracción hacia nuestro
sexo, así que Stella, si aún conservas movimientos de atributo viento, impulsa
las velas hacia la salida, Natsuki-chan, tú… ¿Eh?, ¿Natsuki-chan?- dijo Melodi
confundida.
-Linda
voz, linda, linda, linda- decía Natsuki caminando hacia la proa del barco.
-Tres
idiotas hipnotizados y mi pequeña amiga- dijo la chica con un suspiro.
-Los
audífonos de K-kun- Dijo Melodi- HEY IDIOTA, NECESITO TUS AUDIFONOS- Gritó la
chica mientras sostenía a Natsuki.
El
chico solo los lanzó con todo y su celular, para seguir su camino.
-Perdóname
Nakki-chan, pero esto es por tu bien…
Y la
chica procedió a introducir la gomilla del audífono en la oreja de la chica.
-KYAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaa…
OH SÍ, LA MÚSICA CELESTIAL, ¿Hay algún plan? - preguntó la pequeña mientras cabeceaba
al ritmo de la música.
-Stella
impulsará el barco con su atributo Viento, yo manejaré las aguas… tú te
encargarás de electrocutar a esas malditas sirenas y…- alcanzó a decir Melodi.
-¿Qué
ha pasado con Zentraedi?- Preguntó la pequeña.
-El
idiota de tu novio está atrapado mentalmente- Dijo la chica de cabello azul.
-Diablos,
hagamos lo que planteas, Melodi-chan, peleemos- dijo la chica tomando posición
de batalla.
-Atributo
Hielo: Liofilización- Dijo Melodi mientras todo a su alrededor se congelaba lentamente.
Las
sirenas lentamente iban solidificando su cuerpo, mientras Natsuki cargaba energía
eléctrica en sus manos.
-Puño
Centella- Dijo la chica mientras golpeaba las sirenas congeladas.
-Stella,
AHORA- gritó Melodi mientras creaba un clon- Tú ve al timón, necesitamos
estabilizar esta porquería.
-A la
orden capitana- dijo el clon mientras hacía una pose militar.
-Ahora
sí sabrán lo que es bueno- masculló la chica mientras tomaba la guitarra de su
novio- Aléjense de Kyoto-kun malditas zorras.
Y
asestó un golpe con la guitarra a las sirenas que se estaban llevando al chico
a las profundidades.
-Riot,
esto va por ti, ATRIBUTO VIENTO: DANZA ALETEO.
Y con
velocidad efectuó unos extraños movimientos, cada segundo, más veloces.
-Ahora
bien, Atributo Cristal: JOYA DE LUZ.
Y un
resplandor salió de las manos de la chica, mientras las Sirenas se
desmaterializaban.
-Melodi,
saca la cuerda, necesitamos hacer algo para mantener a raya a ese trio de
idiotas- masculló la chica.
-Sí,
Nakki-chan, ve por el idiota de tu novio, yo iré por el mío- declaró la chica
de cabello azul mientras jalaba a Kyoto.
-Claro-
dijo Natsuki mientras corría tras Zentraedi, pero…
Las
sirenas de agua ya habían jalado a los chicos directo al mar de la Serenidad.
-NO EN
MI GUARDIA HIJAS DE…- dijo Melodi mientras su cuerpo se movía con mayor
lentitud
Y todo
a su paso se congelaba, al punto que el barco adoptó un color blanco, por la
temperatura generada de la chica de cabello azul.