domingo, 12 de marzo de 2017

Capítulo 63: El mar de la Serenidad.

Capítulo 63: El mar de la Serenidad.
Al despertar, mientras la luz del sol bañaba el rico amanecer que le entregaba aquel día, Melodi fue la primera en salir al sentir la ausencia de su novio en la casa, y al buscarlo por los alrededores, le vio en posición de flor de loto.
Ella se acercó con calma, sin ruido alguno, para abrazarlo por la espalda.
-Melodi, ayer fue un día agotador, y hoy más, ¿por qué no descansas un momento? - preguntó el joven azabache sin voltear la cabeza.
-K… Kyoto-kun…
-Basta, ve a dormir, hoy será un día largo y cansado.
-Quiero empezarlo contigo, sentir tu tacto… te amo…
-Te quiero mucho mi niña, pero mi deber es cuidarte…
-Sé cuidarme sola, puedo patearte el trasero cuando me venga en gana, Kyoto-kun…
-Eso no me queda duda, puedes hacerlo, pero yo voy a protegerte inclusive de ti misma, es mi deber como tu novio cuidarte…
-Quiero entrenar contigo, Kyoto-kun, ¿podríamos entrenar?
El azabache se levantó, mientras lanzaba un largo suspiro, se acercó a la chica quien se sonrojó, a su vez, él la tomaba de la cintura.
-Muerta- comentó el azabache.
-Ah, entendí- dijo la chica.
Ella tomó la mano que la sostenía, dándole vuelta y derribándolo en el suelo, mientras una flecha salía de su mano.
-Muerto.
-Je, no te confíes- comentó el azabache tras ella mientras sostenía un cuchillo- Muerta.
Melodi se convirtió en una especie de masa de agua, de la cual salieron varios hilos que amenazaban el corazón del Katekyo.
-Muerto- sonrió coqueta la Inverna.
De pronto un par de disparos les impactaron en la cabeza, sin sangre brotando, pero sus ojos se mostraron sin vida.
-MUERTOS- dijo un castaño saliendo tras ellos- Dejen de juguetear, y vámonos que tenemos prisa, Natsuki, carga ese par de bultos, Zentraedi, ayuda a la enana.
-Bien- comentó el albino mientras cargaba a ambos- Hoy yo estaré al mando y…
-Je, fue bonito entrenar contigo amor- comentó Melodi mientras sonreía como boba.
-Si, lo sé, oh mira, ya despertaron- comentó Kyoto con calma saliendo de la nada.
-¿Dónde estaban?- preguntó Riot.
-¿aún sigues enojado por lo que pasó anoche?- preguntó el azabache mientras le apuntaba con el dedo- Te hice un favor, solo espero que no hayas hecho nada extraño apenas unas horas de ser novios…
-E…eso no t…te incumbe Imbécil- dijo Stella enfadada y sonrojada.
-¿Tú donde estabas Katekyo?- preguntó Riot igual de sonrojado.
-Estaba en entrenamiento intensivo con Melodi, el Mar de la Serenidad es muy peligroso, pero ya surcamos demasiado tiempo los cielos, y la cueva pues está a nivel del mar, así que iremos por mar- Dijo Kyoto- Por cierto, hoy Zentraedi está a cargo- comentó el azabache poniendo una postura militar- ¿Por dónde capitán?
-Pues… iremos por… allá y luego… daremos vuelta en…
-Suficiente de capitanear hoy, yo sigo- dijo el azabache fastidiado.
-Pero…
-Ay Zentraedi- se quejó Natsuki- Creo que no sabes la situación que estamos atravesando.
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-Nos dirigiremos al este de la isla, para llegar a las cavernas Marinas- dijo Kyoto mientras tomaba el timón.
-Pregunta- levantó su mano Stella- ¿No el barco se iba a hundir si…?
-¿Si navegaba por el mar de la Serenidad?, eso se supone que haría, de no ser porque el Invencible cambia su densidad conforme al mismo peso del agua, haciéndolo mucho más ligero- comentó Kyoto mientras veía la Brújula.
Las olas golpeaban el barco con dureza, provocando que Zentraedi cayera de la canastilla en el mástil más alto del barco.
-La situación con el bravo oleaje puede ocasionar caídas desde canastillas de mástil- dijo Riot- Como el imbécil que acaba de caer.
-Entonces, si propones volar, tú serás el capitán el día de hoy- Dijo el azabache con fastidio mientras dejaba el timón- Yo me iré al carajo.
-¿Ya te vas a dar por vencido?- preguntó Stella con voz juguetona.
-El carajo es la Canastilla localizada en el mástil más alto del barco, pequeña boba, así que si me disculpan, sólo daré tres indicaciones, una, Riot será capitán de todos menos mío, yo seré el anarquista del barco- dijo mientras sonreía con malicia- Dos, sólo hay tres camarotes, disfrútenlos, y tres, no dejen que Stella se acerque a las cocinas por favor.
-Malo- contestó la chica con los labios fruncidos.
-Tú empezaste- contestó el azabache mientras se subía por la vela del barco.
-¡¡¡ERES IMPOSIBLE KATEKYO!!!- Gritó Stella desde la cubierta del barco.
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Desde la cubierta del barco, Riot veía fijamente al horizonte donde el timón de Navegación marcaba una ruta exacta y precisa.
Desde arriba, Kyoto trataba de dormir, puesto que la noche anterior la cacería y el quedarse despierto espiando a Riot y Stella lo habían dejado muy somnoliento.
-Kyoto-kun
Adiós a sus planes de dormir.
-Inverna- dijo el azabache con un dejo de molestia.
El ser un poco más romántico no le impedía seguir comportándose irritable cuando arruinaban su sueño.
-Si quieres me bajo, debes estar muy cansado- dijo la chica de cabello azul con voz maternal.
-Sí, y no, quiero estar aquí arriba contigo- dijo el azabache mientras se recostaba en la canastilla, muy grande para ser de un barco.
-Yo contigo, ¿sabes?, el cielo está muy oscuro esta noche- dijo Melodi- ¿no bajarás a dirigir el barco mientras sigue al aire?
-Lo puse en piloto automático cuando le cedí el mando a Riot, ya debió darse cuenta de ello- confesó el azabache con burla- No dejaría a mi bebé en manos de nadie más.
-Cruel- dijo ella mientras se recostaba con una manta bajo ella- Traje comida, no has tocado los alimentos desde que llegamos, no te preocupes, cociné yo- dijo la chica mientras sacaba un par de platos.
-Gracias pequeña Inverna, buen provecho- dijo el azabache mientras tomaba un trozo de carne- Delicioso- comentó mientras tomaba una copa que le ofrecía la Inverna.
-Sólo para ti amorcito- dijo la chica un poco sonrojada.
-¿Es un buen vino?- preguntó el azabache mientras seguía comiendo.
-Es Hidromiel y…
-Largo de aquí- dijo el azabache asustado…
-Te he mentido tonto- dijo la chica mientras reía- Sólo es un poco de vino tinto reposado cien años, un regalo de mamá- dijo la chica sonriendo.
-Tonta- masculló el azabache sonrojado- Es bueno, este vino.
-De las costas mediterráneas, vides de calidad fermentados y reposados 100 años en barricadas de la más fina madera- dijo la chica tomando un sorbo.
-Pues, es excelente- dijo el azabache mientras seguía comiendo- Delicioso Inverna, serás una buena esposa- confesó el azabache- Buena en casa y buena en tu trabajo, la chica perfecta en pocas palabras- dijo el chico.
-Creí que te gustaban más sumisas y algo débiles- dijo la chica mientras tomaba un bocado.
-No, no me gustan, las considero lindas y todo lo que quieras, pero ser ellas para mí, no es algo que esté dentro de mis planes, prefiero alguien más decidido, con iniciativa, por eso es que tú eres perfecta, por eso te he elegido como mi compañera- contestó el chico mientras seguía comiendo.
-Te odio- dijo la chica mientras se sonrojaba.
-Ja, ahora me odias- masculló el azabache mientras se levantaba amenazantemente- Entonces me odiarás más por esto.
-¿Qué diablos?
-Atributo Oscuridad: Ataque de Cosquillas- dijo el azabache mientras se dirigía al vientre de la chica.
-No, basta, ahí no idiota, detente- decía la chica entre risas.
De repente, ambos tropezaron, cayendo ella de espaldas al suelo, y el chico sobre ella, quedando frente a frente.
Se miraron fijamente, mientras los sonrojos en ambos rostros fueron apareciendo. Hubo un silencio incómodo entre ambos, mientras el azabache desviaba la mirada.
-Deberíamos besarnos, para romper la tensión- comentó el azabache mientras un sonrojo más intenso le cubría.
-Estoy de acuerdo- dijo la chica mientras se levantaba.
Estaban a punto de rozar los labios, nada podía interrumpir aquel momento, absolutamente…
-Eh, lamento interrumpir- dijo un castaño mientras se asomaba por la pared de madera de la canastilla- Pero la cordillera Caelestis está a la vista, debemos descender a mar abierto mientras podemos.
… nada
-PUES SÓLO HAZLO CARAJO- Gritó el azabache irritado.
-Je, todo estaba calculado imbécil, esto es por la vergüenza que me hiciste pasar en aquella isla- dijo el castaño mientras se sonrojaba.
-Te hice un maldito favor y lo sabes- masculló el azabache mientras seguía sobre Melodi.
-¿Sigues cómodo Katekyo?- Preguntó Riot con sorna.
-Sólo baja antes de que tengamos que reportar un aterrizaje de emergencia- contestó Kyoto con furia.
-Por eso bajaremos el barco lentamente mientras… espera… ¿hablabas de mí cierto?- dijo Riot mientras bajaba lentamente.
-Te doy tres minutos y ya llevas dos con cincuenta y nueve segundos.
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Al bajar a la cubierta del barco, Kyoto tomó el timón mientras Melodi se iba a manipular las aguas desde la proa.
-Muy bien, Cavernas Marinas, allá vamos- Exclamó Kyoto al aire mientras los demás chicos sonreían.
Sea lo que fuesen a encontrarse en aquellas lúgubres cavernas era importante para subir de nivel de pelea.
La cueva gigante que les daba la bienvenida no podía ser de las más bellas, pues estaba cubierta de cristales marinos.

-Ahí vamos, las Cavernas Marinas de The Fantasy

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra. -¿Habrá llegado ya el mensajero?- preguntó Kyoto mientras realizaba algunas abdominales. -Esto...