Capítulo 63: El mar de
la Serenidad.
Al despertar, mientras
la luz del sol bañaba el rico amanecer que le entregaba aquel día, Melodi fue
la primera en salir al sentir la ausencia de su novio en la casa, y al buscarlo
por los alrededores, le vio en posición de flor de loto.
Ella se acercó con
calma, sin ruido alguno, para abrazarlo por la espalda.
-Melodi, ayer fue un
día agotador, y hoy más, ¿por qué no descansas un momento? - preguntó el joven
azabache sin voltear la cabeza.
-K… Kyoto-kun…
-Basta, ve a dormir,
hoy será un día largo y cansado.
-Quiero empezarlo
contigo, sentir tu tacto… te amo…
-Te quiero mucho mi
niña, pero mi deber es cuidarte…
-Sé cuidarme sola,
puedo patearte el trasero cuando me venga en gana, Kyoto-kun…
-Eso no me queda duda,
puedes hacerlo, pero yo voy a protegerte inclusive de ti misma, es mi deber
como tu novio cuidarte…
-Quiero entrenar
contigo, Kyoto-kun, ¿podríamos entrenar?
El azabache se levantó,
mientras lanzaba un largo suspiro, se acercó a la chica quien se sonrojó, a su
vez, él la tomaba de la cintura.
-Muerta- comentó el
azabache.
-Ah, entendí- dijo la
chica.
Ella tomó la mano que
la sostenía, dándole vuelta y derribándolo en el suelo, mientras una flecha
salía de su mano.
-Muerto.
-Je, no te confíes-
comentó el azabache tras ella mientras sostenía un cuchillo- Muerta.
Melodi se convirtió en
una especie de masa de agua, de la cual salieron varios hilos que amenazaban el
corazón del Katekyo.
-Muerto- sonrió coqueta
la Inverna.
De pronto un par de
disparos les impactaron en la cabeza, sin sangre brotando, pero sus ojos se
mostraron sin vida.
-MUERTOS- dijo un
castaño saliendo tras ellos- Dejen de juguetear, y vámonos que tenemos prisa,
Natsuki, carga ese par de bultos, Zentraedi, ayuda a la enana.
-Bien- comentó el
albino mientras cargaba a ambos- Hoy yo estaré al mando y…
-Je, fue bonito
entrenar contigo amor- comentó Melodi mientras sonreía como boba.
-Si, lo sé, oh mira, ya
despertaron- comentó Kyoto con calma saliendo de la nada.
-¿Dónde estaban?-
preguntó Riot.
-¿aún sigues enojado
por lo que pasó anoche?- preguntó el azabache mientras le apuntaba con el dedo-
Te hice un favor, solo espero que no hayas hecho nada extraño apenas unas horas
de ser novios…
-E…eso no t…te incumbe
Imbécil- dijo Stella enfadada y sonrojada.
-¿Tú donde estabas
Katekyo?- preguntó Riot igual de sonrojado.
-Estaba en
entrenamiento intensivo con Melodi, el Mar de la Serenidad es muy peligroso,
pero ya surcamos demasiado tiempo los cielos, y la cueva pues está a nivel del
mar, así que iremos por mar- Dijo Kyoto- Por cierto, hoy Zentraedi está a
cargo- comentó el azabache poniendo una postura militar- ¿Por dónde capitán?
-Pues… iremos por… allá
y luego… daremos vuelta en…
-Suficiente de
capitanear hoy, yo sigo- dijo el azabache fastidiado.
-Pero…
-Ay Zentraedi- se quejó
Natsuki- Creo que no sabes la situación que estamos atravesando.
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-Nos dirigiremos al
este de la isla, para llegar a las cavernas Marinas- dijo Kyoto mientras tomaba
el timón.
-Pregunta- levantó su
mano Stella- ¿No el barco se iba a hundir si…?
-¿Si navegaba por el
mar de la Serenidad?, eso se supone que haría, de no ser porque el Invencible
cambia su densidad conforme al mismo peso del agua, haciéndolo mucho más
ligero- comentó Kyoto mientras veía la Brújula.
Las olas golpeaban el
barco con dureza, provocando que Zentraedi cayera de la canastilla en el mástil
más alto del barco.
-La situación con el
bravo oleaje puede ocasionar caídas desde canastillas de mástil- dijo Riot-
Como el imbécil que acaba de caer.
-Entonces, si propones
volar, tú serás el capitán el día de hoy- Dijo el azabache con fastidio
mientras dejaba el timón- Yo me iré al carajo.
-¿Ya te vas a dar por
vencido?- preguntó Stella con voz juguetona.
-El carajo es la
Canastilla localizada en el mástil más alto del barco, pequeña boba, así que si
me disculpan, sólo daré tres indicaciones, una, Riot será capitán de todos
menos mío, yo seré el anarquista del barco- dijo mientras sonreía con malicia-
Dos, sólo hay tres camarotes, disfrútenlos, y tres, no dejen que Stella se
acerque a las cocinas por favor.
-Malo- contestó la
chica con los labios fruncidos.
-Tú empezaste- contestó
el azabache mientras se subía por la vela del barco.
-¡¡¡ERES IMPOSIBLE
KATEKYO!!!- Gritó Stella desde la cubierta del barco.
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Desde la cubierta del
barco, Riot veía fijamente al horizonte donde el timón de Navegación marcaba
una ruta exacta y precisa.
Desde arriba, Kyoto
trataba de dormir, puesto que la noche anterior la cacería y el quedarse
despierto espiando a Riot y Stella lo habían dejado muy somnoliento.
-Kyoto-kun
Adiós a sus planes de
dormir.
-Inverna- dijo el
azabache con un dejo de molestia.
El ser un poco más
romántico no le impedía seguir comportándose irritable cuando arruinaban su
sueño.
-Si quieres me bajo,
debes estar muy cansado- dijo la chica de cabello azul con voz maternal.
-Sí, y no, quiero estar
aquí arriba contigo- dijo el azabache mientras se recostaba en la canastilla,
muy grande para ser de un barco.
-Yo contigo, ¿sabes?,
el cielo está muy oscuro esta noche- dijo Melodi- ¿no bajarás a dirigir el
barco mientras sigue al aire?
-Lo puse en piloto
automático cuando le cedí el mando a Riot, ya debió darse cuenta de ello-
confesó el azabache con burla- No dejaría a mi bebé en manos de nadie más.
-Cruel- dijo ella
mientras se recostaba con una manta bajo ella- Traje comida, no has tocado los
alimentos desde que llegamos, no te preocupes, cociné yo- dijo la chica
mientras sacaba un par de platos.
-Gracias pequeña Inverna,
buen provecho- dijo el azabache mientras tomaba un trozo de carne- Delicioso-
comentó mientras tomaba una copa que le ofrecía la Inverna.
-Sólo para ti amorcito-
dijo la chica un poco sonrojada.
-¿Es un buen vino?-
preguntó el azabache mientras seguía comiendo.
-Es Hidromiel y…
-Largo de aquí- dijo el
azabache asustado…
-Te he mentido tonto-
dijo la chica mientras reía- Sólo es un poco de vino tinto reposado cien años,
un regalo de mamá- dijo la chica sonriendo.
-Tonta- masculló el
azabache sonrojado- Es bueno, este vino.
-De las costas
mediterráneas, vides de calidad fermentados y reposados 100 años en barricadas
de la más fina madera- dijo la chica tomando un sorbo.
-Pues, es excelente-
dijo el azabache mientras seguía comiendo- Delicioso Inverna, serás una buena
esposa- confesó el azabache- Buena en casa y buena en tu trabajo, la chica
perfecta en pocas palabras- dijo el chico.
-Creí que te gustaban
más sumisas y algo débiles- dijo la chica mientras tomaba un bocado.
-No, no me gustan, las
considero lindas y todo lo que quieras, pero ser ellas para mí, no es algo que
esté dentro de mis planes, prefiero alguien más decidido, con iniciativa, por
eso es que tú eres perfecta, por eso te he elegido como mi compañera- contestó
el chico mientras seguía comiendo.
-Te odio- dijo la chica
mientras se sonrojaba.
-Ja, ahora me odias-
masculló el azabache mientras se levantaba amenazantemente- Entonces me odiarás
más por esto.
-¿Qué diablos?
-Atributo Oscuridad:
Ataque de Cosquillas- dijo el azabache mientras se dirigía al vientre de la
chica.
-No, basta, ahí no
idiota, detente- decía la chica entre risas.
De repente, ambos
tropezaron, cayendo ella de espaldas al suelo, y el chico sobre ella, quedando
frente a frente.
Se miraron fijamente,
mientras los sonrojos en ambos rostros fueron apareciendo. Hubo un silencio
incómodo entre ambos, mientras el azabache desviaba la mirada.
-Deberíamos besarnos,
para romper la tensión- comentó el azabache mientras un sonrojo más intenso le
cubría.
-Estoy de acuerdo- dijo
la chica mientras se levantaba.
Estaban a punto de
rozar los labios, nada podía interrumpir aquel momento, absolutamente…
-Eh, lamento
interrumpir- dijo un castaño mientras se asomaba por la pared de madera de la
canastilla- Pero la cordillera Caelestis está a la vista, debemos descender a
mar abierto mientras podemos.
… nada
-PUES SÓLO HAZLO
CARAJO- Gritó el azabache irritado.
-Je, todo estaba
calculado imbécil, esto es por la vergüenza que me hiciste pasar en aquella
isla- dijo el castaño mientras se sonrojaba.
-Te hice un maldito
favor y lo sabes- masculló el azabache mientras seguía sobre Melodi.
-¿Sigues cómodo
Katekyo?- Preguntó Riot con sorna.
-Sólo baja antes de que
tengamos que reportar un aterrizaje de emergencia- contestó Kyoto con furia.
-Por eso bajaremos el
barco lentamente mientras… espera… ¿hablabas de mí cierto?- dijo Riot mientras
bajaba lentamente.
-Te doy tres minutos y
ya llevas dos con cincuenta y nueve segundos.
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Al bajar a la cubierta
del barco, Kyoto tomó el timón mientras Melodi se iba a manipular las aguas
desde la proa.
-Muy bien, Cavernas
Marinas, allá vamos- Exclamó Kyoto al aire mientras los demás chicos sonreían.
Sea lo que fuesen a
encontrarse en aquellas lúgubres cavernas era importante para subir de nivel de
pelea.
La cueva gigante que
les daba la bienvenida no podía ser de las más bellas, pues estaba cubierta de
cristales marinos.
-Ahí vamos, las
Cavernas Marinas de The Fantasy