martes, 19 de noviembre de 2019

Capítulo 89: El Templo de Atenea.


Capítulo 89: El Templo de Atenea.
“-Nuestro deber es evitar la relación entre Kyoto y Melodi, eso lo entiendo- dijo la chica de cabellera verde- Lo que no entiendo es: ¿Por qué?
-Ese motivo no te incumbe, pasó algo hace miles de años, y por esa misma razón, no podemos permitir que estén juntos- dijo un chico al otro lado del teléfono.
-Dime la razón o no hago nada al respecto- dijo la chica molesta.
-Sólo hazlo- contestó una chica de cabello morado tras ella.
-No lo haré hermana, si ambos salen o no, no debería importarnos- comentó nuevamente la chica de cabello verde.
-Bueno, pero si pasa algo, y ambas llegamos a pelear, no me culpes si mueres en el campo de batalla”.
Despuès de dejar a Natsuki, Stella se dirigía hacia una zona montañosa, la Cordillera Olìmpica, la cual marcaba el lìmite entre la zona de Olympia del Este y Olympia del Oeste.
Uno de los montes màs altos era el Monte Olimpo, con una altura de 10,000 metros de altura, poco màs de un kilòmetro màs que el Everest en el mundo de origen de los chicos.
Y era ese Monte Olimpo, aquel que tenía en su interior, al templo de Atenea.
-El monte Olimpo es increíble- dijo Stella mientras lo veìa desde su ubicación- Me pregunto si la guardiana estaría bien en aquel templo montañes.
-Està resguardada dentro de la estatua, no habría problema con ella- contestó Crista con calma mientras le entregaba un pequeño bastón.
-Esto… ¿Qué rayos es esto?- preguntó la chica.
-Es mi arma legendaria, lamentamos el error de no quedarnos para acelerar el proceso de su creación, pero teníamos que encontrarlos- dijo la mujer con preocupación.
-Descuida mamá, no sabíamos que estaban tan cerca de nosotros…
-Bueno, sólo quería que supieras que, si necesitas ayuda, aquí estaré para ti, querida hija…
-Gracias mamá- dijo la chica de hebras zafiro mientras daba unos pasos al frente- ¿Algo que me quieras decir, Eglantine?
-No, nada, rómpete una pierna- dijo la princesa mientras colocaba una manta en el suelo.
-Bien, si no me la rompo, vendré y te la romperé a ti- dijo Stella para acelerar su marcha, con el arma legendaria en sus manos.
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Las cavernas de la montaña Olímpo serían más oscuras de lo pensado, de no ser porque muchos cristales reflejaban la luz del exterior.
-Algo es algo- dijo la chica mientras tomaba un pequeño tronco y le pasaba el encendedor- De todas formas, se enterará que estoy aquí, así que el llevar una luz es inverosímil.
Entró caminando con calma, viendo a todos lados buscando un camino alternativo que le llevase al templo de Atenea.
Los cristales, que se asomaban desde la tierra, reflejaban la luz de la antorcha, dando una perspectiva más amplia del recorrido de la caverna.
Conforme iba avanzando, alcanzó a percibir 2 entradas oscuras.
-Sólo una de ellas es la correcta- dijo Stella para ella- Si trajiese a aquella inútil princesa aquí para que se perdiese en el peor de los casos, en el mejor, que muriese.
Se sentó en la entrada de ambas cuevas mientras pensaba en un plan para averiguar la mejor ruta. No podía ser tan difícil si se consideraban que eran dos cuevas…
--¡¡¡DOS CUEVAS!!!- dijo la chica mientras se golpeaba la frente con sus dedos- -¡¡¡YO AQUÍ MORTIFICANDOME POR DOS CUEVAS!!!
Dicho esto, tomó el comunicador, para llamar a su madre.
-Mamá, un favor, sé que ya me diste tu arma…
-“Sí hija, la enviaré en un minuto”- se escuchó desde el auricular de Stella- “-¡¡¡PRINCESA, MI HIJA NECESITA AYUDA!!!”
-¡¡¡¿¿¿Y QUÉ GANARÍA CON ELLO???!!! ¡¡¡DE CUALQUIER FORMA KYOTO NO ME VA A NOTAR!!!”
-“¡¡¡¿¿¿ESO IMPORTA???!!! ¡¡¡ESTÁS AQUÍ PARA CUMPLIR UNA MISIÓN IMPORTANTE ASIGNADA POR LA REINA TITANIA, NO ESTÁS PARA PONERTE EXIGENTE!!!”
-¿No me digas que Eglantine sigue haciendo berrinche por el idiota de Kyoto?- preguntó Stella con una vena inflamada en la sien.
-“Descuida hija, de todas formas el espíritu de Natsuki dijo que morirían sin las armas sagradas, todos, en absoluto, hasta Kyoto”- comentó la mujer desde el comunicador.
Pero Stella, conociendo a su madre, dedujo que estaba tentanto a la princesa elfa para que los ayudara, cosa que parecía patética desde la perspectiva de Stella pero…
-“Bien, pero que quede claro que sólo lo hago por el futuro padre de mis hijos”- dijo la chica desde el comunicador- “Te ayudare si tú prometes ayudarme, Stella”.
-Y allá va tu asqueroso desarrollo de personaje- dijo Stella en susurros mientras colgaba- Aunque siento lastima por ti, porque mientras esté yo, nadie más es digna para ser la mejor chica, ni del arco, ni de la serie.
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Tras una corta espera, algo sorprendente, Eglantine se colocó frente a ella, mientras le miraba furica.
-Sí, sí, no te ayudare- dijo la chica mientras tomaba asiento en las cavernas- Y eso es porque, aunque te considero sólo una compañera, Melodi es MI AMIGA.
Eglantine suspiró, mientras caminaba a una de las cavernas.
-Estuve un buen tiempo pensándolo aquí dentro, y sería una altra traición… es más, no sé qué carajos haces tú aquí, cuando deberías estar en tu palacio.
-Decidí ayudar a Kyoto para demostrarle que valgo la pena, además de que secuestraron a su novia, no es algo que una chica que se precie de llamarse fuerte pueda permitirse.
-Ella se entregó voluntariamente para evitar muertes innecesarias, no estás para saberlo, es más, ni debería importarte, pero Kyoto peleó sólo contra Golittha, para evitar que se llevaran a su novia, sin pedir ayuda de nadie- dijo la chica con furia- Ahora, como tu capitana, te ordeno que vayas por aquel camino, yo tomare el otro.
-Como mi capitana, supongo que eso me da menos prioridad ahora- dijo Eglantine con calma mientras tomaba la ruta indicada.
-Excelente, es bueno que lo entiendas- dijo la joven con calma- Iré por el otro camino, si no encuentras nada, sólo regresa y nos veremos a la salida de este templo.
-Entendido- dijo la chica- Entonces, si no llego a encontrar lo que veníamos a encontrar.
-Significa que ya lo hice yo, nos vemos- dijo la chica con calma mientras se dirigía a su cueva.
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El recorrido era extrañamente incómodo, aunque los cristales reflejaban la luz de la antorcha que ella prendió, en vez de un ambiente de calma y tranquilidad, se sentía pesado, como si le intimidara entrar ahí.
-Mejor dicho, ni siquiera debería estar aquí- se dijo mientras seguía avanzando- Es que, ¿a quién carajos se le ocurre hacer un templo dentro de una montaña?
Seguía avanzando con calma, vigilando su entorno, entre tanto camino lleno de cristales luminosos, para llegar finalmente a su destino.
Era una especie de dojo alumbrado de tres colores, unos tenues azules, unos intensos rojos, y destellos verdes.
En aquel dojo, por extraño que pareciese, había varias estatuas de la misma persona rodeando una suerte de pista, una sosteniendo una balanza, otra sostenia unas ramas de olivo y otra sostenía una lanza y portaba un casco.
La figura más grande, al centro de las demás, sostenía las tres cosas a la vez, así como una figura alada en su mano.
-Nútrete ante la prescencia de la Gran Diosa Palas Atena, diosa de las Ciencias, los erúditos recibirán el conocimiento de lo conocido.
-Ruega ante la Gran Diosa Palas Atenea, si eres justa, serás bien recompensada por la diosa de la justicia…
-Lucha en nombre de la Gran Diosa Palas Atenea, si agradas a su vista, serás bendecia por la diosa de la guerra…
-Tercia de lunáticas- dijo la chica mientras se colocaba al centro de la pista-. Veamos si pueden derrotarme, siendo tres contra una, no debería ser muy difícil para ustedes.
-¿Acaso nos subestimas?- preguntaron las trillizas.
-No, las que me han subetimado, son ustedes, pensando en un combate hándicap con 3 contra 1, pero he derrotado cosas más grandes que esto, así que seré breve- dijo la chica sacando su pequeña tiara-. ¡¡¡FASE 1: COSMOS!!!
La luz le cubrió, haciendo que un cúmulo de estrellas formara parte de su ropa.
-¡ATRIBUTO CÓSMICO: TORMENTA ESTELAR!- Gritó Stella mientras varios nubarrones de polvo estelar cubrían el campo de batalla con violencia.
-Atributo Cristal: Protección- Gritaron las trillizas al mismo tiempo, creando unas barreras de cristales que absorbían el impacto de la técnica de Stella.
Stella adivinó que el uso de cualquier técnica atributal la tendría en desventaja, era lógico, si esas tres manipulaban el atributo cristal, podrían evitar cualquier daño de cualquier atributo.
-Atributo Fuego: Lanzallamas- dijo la pelirroja lanzando fuego de su boca.
-Atributo Agua: Acua-shot- dijo la chica de cabello azul arrojando un potente chorro de agua desde sus manos.
-Atributo Naturaleza: Follaje- grito la chica de cabello verde arrojando una tormenda de hojas, no tan fuerte como para destruir alguna técnica adicional pero lo suficientemente poderosa para hacer daño.
La combinación de todas las técnicas impactó a Stella, arrojándola hacia uno de los muros del interior del templo.
-Incluso tu armadura de estrellas que rodea tu cuerpo es nada a comparación de nuestro ataque en combo- dijeron las trillizas acercándose a Stella.
-Lo que pasa, es que han subestimado mi fuerza- dijo la chica levantándose con velocidad- De hecho, creo que están en mi rango.
-¿Pero qué demon…?- alcanzaron a decir las tres rivales.
-Atributo cósmico: Nova- Gritó Stella mientras una luz la rodeaba.
La chica provocó una explosión que terminó por arrojar a las tres chicas hacia las estatuas de la diosa Atena alrededor del recinto.
-Esto será difícil- dijo Stella jadeando-. Pero supongo que será suficiente para detenerlas
-Nada mal mocosa, pero necesitas más para detenernos- dijeron las tres chicas levantándose con dificultad.
Y es que, de sus rostros, pequeños fragmentos caían al suelo, fragmentos de…
-… Cristal, Clones de Cristales que nos permitían vigilar al cualquier intruso mientras descansábamos, pero tú mereces que aparezcamos en tercia, las reales- dijeron las clones antes de desmoronarse.
-Debo suponer que han subestimado a cada persona que entra a este recinto, por lo que sólo aparecen en casos de emergencia.
-Supones bien, nadie es digno, más que tú ahora, entonces, es hora de ponernos serias- dijeron las chicas con confianza.
-Lo mismo podría decir yo- dijo Stella con calma mientras corría hacia las tres chicas.
De un momento a otro, la chica de cabello verde arrojó una serie de hojas afiladas hacia Stella, quien se cubrió con un escudo de cristal, al desvanecerse su escudo, fue golpeada por un dragón de agua, que no dejó de descansar hasta impactar con una roca, para finalmente, ser impactada por una ola de calor intenso.
Stella quedó con la mirada agachada, mientras las tres chicas se acercaron a la pared donde yacía la chica de cabello zafiro con algunas mechas verdosas.
-Veo que te hemos sobreestimado, ¿acaso es todo lo que tienes?, tienes demasiadas agallas para venir acá y enfrentarnos tú sola- dijeron las chicas con sorna a aquella chica golpeada.
-Es que… no estoy sola- dijo la chica con dificultad, mientras su rostro se resquebrajaba.
-¡¿Qué?!- gritaron las tres chicas con gestos de sorpresa.
Y la chica frente a ellas se desmoronó, quedando solamente la pared con los impactos de las técnicas de las chicas.
-La verdad es que, en cuanto a juegos, soy la mejor- dijo una voz saliendo de una de las entradas- Mejor dicho…
Y salieron un par de chicas, una de cabello morado y otra de cabello verde agua, mirando fijamente a las chicas.
-…Somos las mejores.

Capítulo 88: Rompiendo el estilo Grecorromano


Capítulo 88: Rompiendo el estilo Grecorromano
Quinnoa se recargó sobre la reja de metal que rodeaba aquel recinto, exhausto pues nunca pensaba que el albino, acostado boca arriba después de aquella tacleada, le diese tanta guerra.
-Reconozco tu fuerza, aunque deberías saber que tendré que matarte, de lo contrario, nadie saldrá de aquí- dijo Quinnoa con calma viendo a Zentraedi recostado.
El albino seguía recostado, viendo al cielo nocturno del momento, mientras reflexionaba sobre todo lo que estaba pasando.
-Maldito Yusei, de hacernos caso no estaríamos pasando por esto- dijo el albino colocándose lentamente de pie.
-Te resistes a morir.
-No, simplemente si muero, quiero morir peleando, no acostado en el suelo a esperar la muerte sin intentar nada.
-Tus posibilidades de ganar son nulas- dijo Quinnoa comenzando a desesperarse- Son de una en un millón.
-Entonces por esa posibilidad pelearé- dijo el albino sorprendido ante la actitud de su oponente.
“-Zentraedi, eres excelente para mantener bajo control tus emociones- dijo un azabache mayor mientras comía un helado- Eso es primordial en pelea, pues el poco control puede hacerte perder.”
-Entonces debo mantener la calma- dijo el albino mientras comenzaba a meditar.
Poco a poco, la masa muscular del chico empezó a tomar más firmeza, mientras se levantaba con dificultad.
Era difícil, los golpes lo dejaron muy maltratado, con ello, la poca energía recuperada por Puño Drenaje no servía de nada.
-Creo que es hora de usar la fuerza ajena- masculló el chico.
Quinnoa le veía molesto, mientras preparaba una carrera para volver a taclear al ya maltratado joven.
-Ven, con todo lo que tengas- retó Zentraedi con cansancio.
Quinnoa no se hizo esperar y corrió hacia el albino, que estaba inclinado hacia la derecha.
Al llegar contra él, no logró el impacto esperado, sino que, con la fuerza y velocidad, el albino tomó su brazo, dándole la vuelta por los aires, dejando que Quinnoa cayera de espaldas al suelo.
-Atributo Bélico: Arm Drag- dijo el albino mientras también caía al suelo.
Y es que algunos castigos de la lucha libre profesional también solían hacer daño al que ejecutaba los castigos, pero eso no impediría que, poco a poco, fuese acortando la distancia entre el poder de ambos.
Quinnoa se levantó, tomándolo del cuello con los pies, impulsándose hacia abajo, lanzando a Zentraedi al suelo, en un movimiento llamado “tijeras voladoras”
-Ok- dijo Zentraedi en el suelo- Creo que quieres que me ponga rudo.
Zentraedi se levantó, corrió hacia la pared de malla metálica, impulsándose por el aire, con los brazos estirados tomó la cabeza de Quinnoa, golpeándola contra el suelo con potencia.
-Atributo Bélico: HeadBreak Letal.
Seguido a esto, volvió a levantarlo, para dar media vuelta, aun sosteniendo su cabeza, quedando ambos de espaldas, y Zentraedi se dejó caer al suelo, haciendo que la nuca de Quinnoa golpeara su hombro.
Una vez hecho esto, empezó a trepar la jaula, con el castaño severamente maltratado y recostado en el suelo.
-Ya te dije que… no hay salida… jodido…. Idiota- dijo Quinnoa enfadado mientras trataba de levantarse.
-No trataba de salir, idiota- dijo el albino volteando a verlo- Atributo Bélico/Viento: Plancha Voladora.
Y se impulsó con potencia, directo a Quinnoa que trataba de levantarse con lentitud, sabiendo lo que ese golpe implicaría.
Sin embargo, alcanzó a impulsarse con sus brazos, orientando sus pies hacia el pecho de Zentraedi, quien recibió el golpe, pues el movimiento exigía arrojarse con el cuerpo expuesto.
Zentraedi se tomó el abdomen con ambas manos, tratando de aligerar el dolor producido por la brutal patada, retorciéndose en el suelo.
-No debería divertirme por sólo proteger este templo- dijo Quinnoa colocándose unas nudilleras- Pero esto sí pone una sonrisa en mi rostro.
Se acercó a donde se encontraba Zentraedi y comenzó a golpearle con el puño directo al rostro, aplicando toda la fuerza que tenía.
-Podría hacer esto todo el día- comentó el castaño, mientras asestaba más golpes sobre un muy golpeado Zentraedi.
Y siguió golpeando al albino, que recibía de lleno los impactos brutales sin dar un solo movimiento…
Hasta que habló…
-Atributo bélico: VENGANZA…
Ninguno de los espectadores, que seguían atónitos, esperaba aquel resplandor rojo que envió al guardián de Ares al techo de aquella jaula metálica, y justo cuando caía de espalda al suelo, Zentraedi lo tomó por la cabeza, con las manos en el rostro de Quinnoa, dando vuelta en el aire a una enorme velocidad, para quedar sobre el castaño, impactando en el suelo de lleno, adempas de recibir el peso y el impacto con las rodillas de Zentraedi en la espalda.
-Atributo Bélico: Doble quebrantahueso.
Después del impacto, el albino se levantó, esta vez con menos heridas, y con un aura rojiza rodeando su cuerpo.
-Fase 1: Aullido: El Enmascarado.
Una máscara cubrió el rostro del albino, con orejas saliendo de la cabeza, así como unos colmillos donde debía estar la boca.
-La lucha libre mexicana es uno de mis artes marciales favoritos, y es hora de demostrarte el poder, con mi nueva habilidad PODER PURO, que incrementa la fuerza de mis ataques.
-¡¿Cómo es posible que puedas moverte después de ese brutal impacto?!- Preguntó enfadado Quinnoa, aún en el suelo.
-Puño Drenaje y Puño Incremento simultaneos, soy ambidiestro, por lo que puedo usar ambos puños al mismo tiempo, más que una cualidad, es algo con lo que nací- dijo el albino enfadado, colocándose en posición de batalla- Esos puñetazos con la nudillera hubieran sido mortales, de no ser porque usaba puño drenaje contigo y puño incremento al suelo, el puño drenaje me sirvió para absorber parte de tu vitalidad, y no morir, y puño incremento para subir mi ataque.
-Maldito, debí evitar subestimarte- continuó Quinnoa mientras se levantaba jadeante.
-No, en realidad soy más listo de lo que aparento, perdiste la calma, y confiaste en tu victoria, pensando en matarme a puños, y mírate ahora, esforzándote por respirar.
-Maldito seas, es imposible que salgas vivo de…
-No, no es imposible, pensaba en sólo dejarte inconsciente, pero ahora que lo veo, uno de los dos tiene que morir para salir de aquí, por lo que deberías arrepentirte y…
-No, no lo creo, Atributo Oscuridad: CASTIGO…
Quinnoa se lanzó con un golpe de antebrazo hacia el albino, que alcanzó a cubrirse con rapidez.
-Atributo Bélico: INVERSIÓN- gritó el albino.
Zentraedi contestó con un puñetazo al rostro de Quinnoa, quien salió proyectado hacia la malla de metal que rodeaba el campo de batalla, ante los aplausos, gritos y silbidos de los espectadores.
En ese momento, Zentraedi se proyectó hacia Quinnoa con un poderoso tacle, volviendo a estrellarlo contra el suelo.
Quinnoa le dio una patada en el abdomen para quitárselo de encima y proyectarlo a los aires nuevamente.
Zentraedi se elevó, para dar una vuelta en el aire y volver a intentar aquel movimiento de antes, la Plancha Voladora.
Quinnoa, al ver esto, nuevamente colocó sus piernas en posición vertical, para que el albino se estrellara contra ellas nuevamente, y volver a tener la ventaja.
Pero Zentraedi no volvería a caer en la misma, dando una vuelta, haciendo que una de sus piernas buscara la zona superior del cuerpo.
-Atributo Bélico/Viento: Ráfaga Descendente.
Antes de que Zentraedi impactara contra su cuello, Quinnoa se quitó con rapidez, haciendo que Zentraedi hiciera una pirueta extraña para mantener el equilibrio, lo cual fue aprovechado por el castaño, quien dio una patada baja, haciendo tropezar al albino, a quien tomó de los pies y empezó a girar sobre su propio eje.
-Atributo Bélico/Tierra: Lanzamiento Sísmico.
Una vez que el castaño tuvo la suficiente velocidad para poder arrojarlo, lo soltó, haciendo que el albino se estrellara contra la malla de metal, y acto seguido, Quinnoa lo tacleó contra la misma malla.
En un descuido, Zentraedi se quitó, para que Quinnoa se estrellara contra la malla, y por este golpe, el castaño quedó aturdido.
Zentraedi lo tomó de un hombro para darle vuelta, le dio un puñetazo al abdomen, haciendo que Quinnoa se inclinara, lo tomó de ambos brazos en una llave de lucha conocida como Nelson Invertida, y lo levantó, de cabeza al suelo.
-Este movimiento está prohibido en la lucha mexicana: Atributo Bélico: Técnica mortal ilegal: PILEDRIVER SUBTERRANEO…
Y azotó la cabeza de Quinnoa contra el suelo, cayendo de rodillas pegadas sobre su cuerpo, evitando proteger la cabeza del castaño.
Zentraedi tocó con las llemas de sus dedos la zona yugular del castaño, comrpobando que Quinnoa…
-Está muerto- dijo el albino- Eso implica que gané, ahora, señores espectadores… ¡¡¡SALGAN DEL MALDITO ESTADIO AHORA!!!
Los asistentes no se hicieron del rogar, y salieron despavoridos de templo, dejando sólo a Zentraedi.
-Soy libre- dijo el albino mientras las mallas de metal caían a su alrededor- Atributo Bélico- Con ambas manos apuntó a la estatua de Ares- Bala de Espíritu de Lucha.
Una gran esfera de aura rojiza se proyectó de sus manos hacia la estatua, desintegrándola totalmente.
Zentraedi se quitó la máscara que tenía, mientras el aura a su alrededor desaparecía.
Tomó el comunicador, para llamar a su amigo.
-Kyoto, Kyoto, Templo de Ares, Destruido amigo mío.
-“Gracias Zentraedi, estoy a mitad de camino del templo de Urano, intenta contactar a Stella, al parecer tu enana ya destruyó su templo, no sé si Stella lo haya logrado.
-Genial, y ¿Qué hay de Riot?
-“Aùn espero su llamada, no deberìa tener mucho problema, ahora tu misión es ir al templo de Urano, ahì será el punto de reunión”
-Entendido, Viejo, una cosa màs…
-“¡Ya has llegado lejos, niño!, ¡Es hora de tu final!”
-¿Kyoto?, Kyoto, contesta…
-“Diablos, es muy… maldición…
La comunicación se cortò, dando una mala señal de lo que pasaba…
-Cielos Riot, Apresurate por favor…

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra. -¿Habrá llegado ya el mensajero?- preguntó Kyoto mientras realizaba algunas abdominales. -Esto...