sábado, 22 de septiembre de 2018

Capítulo 84: Planeando el ataque


Capítulo 84: Planeando el ataque
Al salir todos de las casas de Oricalco, la escena mostrada era, cuando menos, tierna.
Kyoto y Koresh estaban sentados, espalda con espalda, mientras los huesos de la carne estaban regados en el suelo.
Miyaah se sorprendió y Kazuo miraba con celos la escena.
-Oh claro, todo bien con el padre de su novia, pero a mí me rechazó el día que le confesamos que era nuestro hijo- dijo el adulto azabache mientras era abrazado por Erika.
-Calma hermanito- dijo Miyaah con una sonrisa- Al menos Koresh ya aceptó a tu hijo como novio de Melodi, ahora lo que queda es…
Al acercarse, vieron que el aura azulina de Koresh rodeaba al cuerpo de Kyoto, cuyas heridas, además de la más grave, estaban curadas, y los huesos habían recuperado su forma.
-Impresionante- dijo Miyaah- El aura de Koresh es muy abundante y creí que sería difícil para él poder manipularlo, y de hecho lo es, pero sus efectos no son tan destructivos, por el contrario, creo que servirá mucho tenerlo como miembro del escuadrón Médico.
-En efecto hermanita- dijo Kazuo con una sonrisa- Te corresponderá a ti enseñarle, porque dudo mucho que los chicos tengan experiencia en técnicas curativas.
-Alguien debería despertarlos- dijo Takeshi- Entre más tiempo pase, más tiempo le daremos a Olympiakos para hacer lo que quieren.
-El rubio tonto tiene razón- contestó Ashura- Kazuo, los mapas de Olympia que sacamos hace años nos pueden servir.
-Cierto- dijo el azabache- Es hora de que Kyoto muestre lo que puede hacer, y también ustedes.
-¿Por qué no simplemente la dejamos morir?- dijo una chica de orejas largas y puntiagudas- Quiero decir, estamos arriesgando la vida por una chica, sólo una persona, ¿Qué tiene de especial ella que no tenga yo?
-A mí, señorita Eglantine- dijo una voz joven tras ella- ¿Eres virgen?
-Por supuesto, si quieres consumar el acto…
-No, es posible que te usemos como moneda de intercambio, por ser una princesa, vales más que Melodi- contestó el azabache con sarcasmo- Entonces el plan es escoltar a Eglantine hasta con Shinnok, hacer el canje de personas y dejarla morir.
La princesa elfa retrocedió asustada.
-K… Kyoto, si me usas como moneda de intercambio…
-Diremos a tu madre que moriste en combate- dijo el azabache con calma mientras le miraba con furia- Si no te parece estar en esta misión, puedes huir como la princesita llorona que eres, sólo considera que el pacto con Mythland terminará, y tú serás la única responsable, mocosa malcriada y caprichosa.
-¿Y qué ganaría si me quedo?- preguntó Eglantine enojada.
-Te convertirás en la mejor chica de este cuarto arco y posiblemente una cita conmigo- dijo el azabache convincente.
-Bien, acepto.
-“Jaja, tuve los dedos cruzados todo el tiempo”- pensó Kyoto con una sonrisa maligna.
-Perfecto- interrumpió Koresh con determinación- ¿Cuál es la estrategia?
-Padre, los mapas- dijo el azabache mientras acomodaba la mesa.
-Aquí tienes hijo- dijo Kazuo entregando la estructura de Olympia.
-Al parecer no ha cambiado en nada, el territorio de Olympia tiene 5 templos en todo su territorio, además de una isla donde se encuentra la torre Olímpica- dijo el azabache.
-Lo que más importa son los templos- dijo Miyaah- La torre olímpica sólo es un faro de luz que guía las embarcaciones.
-Estupendo, ahora bien, los que estamos aquí somos los vejestorios- apuntó a los adultos que los acompañaban- El Príncipe Dani de Hefestos, a la malcriada caprichosa de Eglantine, un par de idiotas que vinieron aquí cuando se les pidió que NO lo hicieran, 2 guerreros de Silkland, y un guerrero por cada Reino Menor y nosotros los Xtars, en total somos 32 personas aquí, más Kazuha- dijo el azabache contemplando a su hija.
-¿Cómo nos vamos a dividir?- preguntó Natsuki con impaciencia.
-La misión es simple, los dioses están encerrados en los templos, dentro de estatuas de ellos- dijo el azabache con calma mostrando un esquema de los templos- Ellos están ahí contra su propia Voluntad, pero mantienen a flote la tierra de Olympia, sin ellos, el país entero se hundirá.
-¿Qué propones hacer?- preguntó Kazuo.
-Los templos son Afrodita, Ares, Atenea, Gaia y Urano- dijo Kyoto mostrando un mapa de los templos- Vamos a cada templo, destruimos al ídolo del dios o la diosa dentro de cada estatua y rescataré a Melodi, que es fijo que está en el templo de Urano.
-¿Cómo estás tan seguro de eso?- Preguntó Dani intrigado
-Porque el más fuerte es Golittha, él está como guardián del templo de Urano, es lógico que sabrán nuestros planes, saben que buscaremos salvar a Melodi, por ello estará en resguardo del más fuerte de los Drakkengar- Contestó Kyoto mientras recordaba la paliza que había recibido.
-Y entonces… ¿Qué haremos?
-Natsuki, Tú con Sofía y Sora, además de 4 soldados de los reinos menores irán al templo de Afrodita y harán lo posible por destruir el templo y tomarán rumbo al templo de Urano que será nuestro punto de reunión.
-Equipo Natsuki, enterado.
-Zentraedi, tú con Ashura, Takeshi y 3 soldados de los reinos menores irán al templo de Ares, ahí destruirán la estatua del dios y se dirigirán al templo de Urano.
-Equipo Zentraedi, enterado.
-Stella, tú con Crista y Eglantine, además de 4 soldados de los reinos menores irán al templo de Atenea, destruirán la estatua de la diosa e irán al punto de reunión.
-Equipo Stella, enterado- dijo la chica con decisión.
-¿Por qué me metiste al equipo de esta chica y no al tuyo?- dijo Eglantine con furia.
-Porque me apetece, porque quiero y porque puedo- contestó el azabache con risa antes de seguir- Riot, Akashi, Yusei y 4 soldados de los países menores irán al templo de Gaia, lo mismo destruir al dios, punto de reunión, bla, bla, bla- dijo el azabache.
-Enterado capitán.
-YO IRÉ SOLO AL TEMPLO DE URANO PORQUE GOLITTHA ME LAS DEBE, LE HARÉ PAGAR LA HUMILLACIÓN DE NUESTRO COMBATE…
-Golpiza, querrás decir- dijo Zentraedi con burla.
-Tú te callas idiota o pondré a tu padre como tu capitán.
-Lo siento.
-Espera, Zentraedi me generó una duda- dijo Kazuo- Si ese Golittha fue quien te propinó la golpiza de tu vida, ¿por qué irás sólo?, ¿Acaso tienes una estrategia?, ¿por qué tus padres y los de Melodi no estamos en ningún equipo?
-Primera pregunta: Golittha me las debe, tengo que derrotarlo papá, no después de lo humillado que fui, además que proteger a otra persona además de Melodi sería problemático, Segunda pregunta: Sí, el poder de Golittha depende de los templos anteriores, si destruimos los templos, podré debilitarlo y así ganaremos, porque la energía de los templos alimenta al guardián del Templo de Urano, y Pregunta Tres: Por Kazuha, ella aún es pequeña, no puede pelear y no dudo que Olympiakos quiera secuestrarla, por lo que significa para Melodi y para mí, por eso no están en ningún equipo, serán guardias de Kazuha lo que dure en esta misión, ¿Alguna otra duda?
-No hijo, ninguna- contestó Kazuo abrazando a su nieta.
-Perfecto, debemos descansar para invadir en la noche, ¿Trajeron el invencible?- preguntó Kyoto.
-Dani se aseguró de no darle ningún rasguño hijo- contestó Kazuo- ¿De ahí a donde partiremos?
-Iremos de una vez a Cydonia.
-Entonces le diré a mi padre que envíe las armas legendarias para Cydonia- Propuso el enano.
-Excelente Dani, una vez resuelto esto, partiremos a la guerra contra Citizen, a descansar- dijo el azabache aplaudiendo para separar al grupo.
Todos comenzaron a dispersarse, en sus respectivos equipos, para organizar la planeación adicional del día siguiente, a excepción de una persona.
Eglantine se quedó parada frente a él, esperando un momento oportuno.
La oportunidad estaba sobre la mesa, sabía que Olympiakos y los Drakkengar eran un peligro para todo el continente, pero habían secuestrado a la chica que le había propinado una paliza en Alfheim.
Justo cuando se sintió sola, se acercó a hablarle, para empezar a conquistarlo.
No, no iba a convencerlo de que ambos hicieran equipo, puesto que saldrían victoriosos, lo que implicaría que Melodi sería rescatada, lo que daría el adiós a la oportunidad que hoy tenía, y que no iba a desaprovechar.
-Kyoto- dijo una voz femenina tras ella.
Una mujer adulta de cabello azulino, la mujer con la que compartió varios momentos en el trayecto rumbo a Cydonia, y a quien le había confesado los sentimientos por el joven azabache.
-¿Pasa algo señora?- preguntó Kyoto con interés.
-Dime tía o mamá, como te acomodes- dijo la mujer.
-Mande tía- dijo el azabache mientras hacía la planeación.
-Melodi es una chica fuerte, pero ella está ahora en una situación poco favorable- dijo la mujer con calma.
-Lo sé, tía, sé la situación que hoy atraviesa Melodi, por eso voy a pelear, por traerla de vuelta.
-Lo sé, lo sé, es sólo que, vamos, ella tiene algo dentro de su cuerpo, y no dudarán en extraerle aquello necesario para revivir al Monte Olimpo, pero de hacerlo, morirá, ¿Has pensado en la idea de o que puede pasar si la misión fracasa?- preguntó la mujer.
-El señor Koresh confió en mí, ¿Usted no confía en mí para traer de vuelta a MI NOVIA?, si ella muere, yo entregaré mi vida, por protegerla daré lo que sea, no importa cómo ni qué pierda, sólo si mis seres queridos están a salvo, por que amo a su hija, y si fracaso, si fracaso pueden disponer de mi vida como sea, sólo les pido ser enterrado junto a ella, si no podré estar con ella en esta vida, al menos en la otra vida será- dijo el azabache con determinación- No hay nadie más a quien pueda amar, que no sea Melodi Inverna, a Nadie más en este mundo, por ello daré mi vida, por proteger aquello que amo.
-Entiendo- dijo Miyaah- Si mi esposo confió en ti, yo haré lo mismo, y quiero una nieta así de hermosa como Kazuha.
-Tenga por seguro que lo haré, tía, que daré mi vida por un futuro junto a ella.
El chico se fue a su habitación para descansar, mientras la mujer también se dirigió a su casa de Oricalco, cuando notó la presencia de Eglantine.
-Ese chico sólo es de mi hija- le susurró al oído a la chica- Y si intentas algo por las malas, por las malas te haré cambiar de parecer, así que ve buscando a alguien más.
Y siguió avanzando, dejando a la pelirroja sorprendida.
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El amanecer pintaba cierto matiz entre rojizo, morado y azulino, lo que anunciaba la salida del sol.
Todos los equipos, integrados como se había planeado con anterioridad, vieron al mismo amanecer.
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Un pequeño resplandor de luz iluminó la habitación donde estaba recluida, aquella habitación donde había sido marcada con el símbolo de Urano.
El resplandor la sorprendió, ya que el cuarto no recibía luz del exterior, sino de las antorchas en la pared además del fuego del pequeño horno donde calentaban los metales para el ganado.
-Ky…oto…kun- dijo la chica sollozando.
Sí, ese resplandor le había dado la fuerza necesaria para seguir adelante, para no dejarse morir, para ser paciente y esperar la oportunidad de escapar, o de ser rescatada del templo de Urano.
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-Melodi, sé que no he sido la mejor persona para ti, pero después de todo esto, voy a mostrarte lo que genuinamente soy, mi verdadero yo, mis verdaderos sentimientos.
El sol iluminó su mirada.
-Te juro por mi alma, que daré la vida por ti si es necesario, que no importa qué ni cómo, te traeré de vuelta conmigo, y en el amargo final de todo, seremos los únicos que quedaremos de pie.
Y todo el pequeño ejercito empezó a correr por el enorme país menor, mientras el sol iluminaba a todos los participantes en la guerra.
-Por eso te pido, por favor Inverna ¡¡¡ESPERAME!!!

Capítulo 83: Depresión.


Capítulo 83: Depresión.
-Oh carajo, estamos perdidos- dijo Natsuki mientras suspiraba pesadamente.
-Por supuesto que sí, y sé quién es el jodido culpable- dijo el azabache mientras iba a una de las casas de campaña.
Y dentro de ella estaba Sora con la cúpula helada de Yusei, tratando de derretirla.
-Quítate- dijo el azabache a la chica.
-Lo siento Kyoto, en verdad…
-Dije QUÍTATE- alzó la voz el joven mientras la tomaba del cuello y la aventaba afuera de la casa.
Una vez hecho esto, canalizó toda su furia en una potente llama que se fue directo a su mano que estaba en mejor estado, y comenzó a tomar la crisálida helada donde Yusei estaba en estado de Criogenización.
Y el hielo comenzó a ceder ante la temperatura del brazo ardiente del azabache, hasta que el joven consiguió llegar a donde quería.
Llegó al cuello de Yusei, apagó las llamas en su brazo, lo tomó del cuello y lo arrojó fuera de la tienda de campaña.
-MIS INDICACIONES FUERON CLARAS, MALDITO IDIOTA- gruñó Kyoto furibundo.
-Lo… lo lamentamos, Kyoto- dijo Yusei tratando de recuperar el aliento.
-No, idiota, no lo lamentan, aún… mis indicaciones fueron “no enfrentar a Olympiakos hasta tener la suficiente información de ellos”, indicación que se atrevieron a desobedecer.
-Lo lamentamos en verdad Kyoto, sólo queríamos ahorrarte el trabajo de derrotarlos- dijo el chico recuperándose un poco más.
-Pues excelente trabajo, idiota, mi equipo fue humillado, recibí la paliza de mi vida y, para rematar, secuestraron a MI NOVIA- gritó el azabache mientras sus manos se encendían con fuerza.
-Pues no debieron venir por mí- se defendió Yusei tratando de encarar al azabache- Es más, nadie les dio la indicación de que vinieran por…
-Sora fue hasta nuestro campamento, lloriqueando que salváramos a su hermanito porque los muy idiotas decidieron enfrentar a Olympiakos ellos solos- gruñó el azabache mientras su mirada se encendía aún más- Agradece que no voy a tomarte del cuello, porque terminaría por derretir tus cuerdas vocales o peor, incinerarte el jodido cuello, imbécil- dijo más enfadado Kyoto mientras cerraba los puños con fuerza.
-¿Esto sólo es por Inverna?- gruñó Yusei enfadado- La princesa de Mythland se muere por ti, una princesa, y tú estás haciendo berrinches por…
Kyoto se molestó más y tacleó a Yusei, cubierto en llamas mientras cerraba los puños con furia.
-¿Sabes algo Yusei?, Confié en ti, Confié en que no cometerías una estupidez, confié en que no intentarías hacer una maldita locura pero me has decepcionado- gruñó Kyoto.
-Venga, golpéame si eso te hará sentir mejor- dijo Yusei en el suelo.
-Pero si no necesito tu permiso.
Dicho esto, comenzó a golpear el rostro de Yusei con el puño, más específico, los nudillos, mientras más llamas salían de su cuerpo y las lágrimas se asomaban en su rostro.
-Y esto es por Inverna, bastardo- gruñó Kyoto mientras más fuego cargaba en el puño.
Antes de aterrizar el puño, fue detenido por una mano imbuida en agua.
-Hijo, detente por favor- dijo una voz adulta con calma, analizando la situación.
-Maldición- dijo el azabache, antes de caer desmayado otra vez.
Atrás de Kazuo estaban los adultos, Eglantine, Dani, Sora, un par de guarda espaldas y algunos soldados de diferentes naciones.
Habían llegado los aliados que conformaban la gran sociedad de The Fantasy.
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Invocó las casas de Oricalco, y encargó a Kazuha con sus padres, Kazuo y Erika, mientras él cerró fuertemente su casa de Oricalco.
Todo ello originado por los últimos eventos del día anterior, generando en él un estado de profunda tristeza, impotencia, y miedo.
Se sentó en un sillón dentro de la sala, prendió fuego a la chimenea, y se dispuso a leer un libro.
Todo era paz y calma dentro del edificio de Kyoto, pero no dentro de su mente, y en su estado emocional…
Las emociones que empezaba a sentir, además de la felicidad con Melodi y Kazuha, el amor por una familia, como sus padres y la que recién formaba con su novia, eran todas positivas…
Hasta que pasó esto.
Un cambio radical en su ruta original le hizo perder al amor de su vida.
Y todo eso había pasado gracias, en el mal sentido, a un idiota que no sabía seguir órdenes.
-Kyoto, ¿Puedo pasar?- dijo una voz femenina muy familiar para él.
No contestó, aún seguía atrapado en el limbo de sus pensamientos y sentimientos.
-Tomaré eso como un sí- dijo la chica de cabello verde y morado mientras tomaba asiento- ¿Cómo has estado?
Otro silencio, lúgubre y oscuro, como si el anterior Kyoto hubiese regresado.
-La señora Miyaah nos está curando a todos, incluso a Yusei por los golpes que le diste, le rompiste la nariz…
El chico seguía callado, incapaz de articular palabras.
-Bueno, iré al grano, en un principio, me oponía firmemente a verte junto a Melodi Inverna, por las cuestiones relacionadas con la guerra de clanes de hace siglos, sin embargo, por lo poco que pasamos juntos, descubrí que ella puede ser la mejor amiga con la que puedas contar.
El azabache sólo procedió a ignorarla, mientras seguía viendo al fuego de la fogata.
-Sé que no tiene caso que te hable, pero al menos debo intentarlo- se sinceró Stella viéndolo con calma- Tenemos que rescatarla, ya estamos aquí, y necesitamos a aquella persona que nos daba el animo de ir y armar todo el desastre que nosotros quisiéramos.
Kyoto seguía sentado, pero esta vez volteó la mirada hacia la joven que le hablaba.
-Kyoto, sé que me escuchas y por ello, quiero darte el ánimo de ir por Melodi Inverna, te lo suplico por favor, Kyoto… ella se ha convertido, ella es, ahora, mi mejor amiga, y no sé qué diablos voy a hacer sin ella.
Una vez dicho esto, salió por la puerta que daba directo a la sala donde el azabache reposaba.
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-¿Cómo está Kyoto?- preguntó Kazuo preocupado.
-Al parecer mal- contestó Stella- No reacciona, y tiene la mirada opaca, sin brillo, no me gusta ver a mis amigos en ese terrible estado.
-¿Crees que otra pequeña charla lo motive un poco?- preguntó Takeshi viendo a Natsuki.
Zentraedi no le había dirigido la palabra desde que ella decretó su “ley de hielo”, y eso la ponía de ligero mal humor, además de la paliza que recibió cortesía de Lenora y Eurekka.
-Sí, si es por mi mejor amiga trataré de hacerlo entrar en razón- dijo la pequeña rubia dirigiéndose a la casa de oricalco.
Se paró frente a la puerta de madera que daba la bienvenida al que Kyoto llamaba Hogar, al menos mientras estaba con Melodi, suspiró, tomó la puerta, y la abrió para encontrarse en un lugar lúgubre.
-Kyoto- dijo la chica al entrar a la casa.
Tras recibir un “Hn” como respuesta, se acercó a la fogata encendida, viendo al joven azabache.
Aún se encontraba golpeado, tras la invocación de las casas de Oricalco sólo se dedicó a ver al vacío, sin abrir realmente su corazón.
Ni siquiera para salir a curarse había salido, llevaba el concepto de “encierro” a su más realista concepción, y eso era con lo que Natsuki quería acabar.
-Kyoto, fue hace 4 años cuando nos conocimos, ¿recuerdas?, fue cuando el torneo inter-escuelas, cuando salimos por primera vez juntos Kyoto, nunca supimos tu verdadero nombre,
Kyoto sólo volteó a ver la chica, mientras su mirada ensombreció, a lo que Natsuki sólo ignoró para seguir con su discurso.
-Melodi te veía como estúpida mientras íbamos en la camioneta, recuerdo que llegó a tirar su paleta de hielo sobre ti para generar plática contigo, irónica forma de “romper el hielo”- dijo la chica con calma mientras tomaba asiento- Recuerdo que ese día funcionó bien el hablarle, pero ella hablaba como si te conociera de siempre, y tú apenas le dirigías la palabra.
El chico se removió inquieto.
-Al final del torneo, fuimos a celebrar la victoria a casa de Zentraedi, excepto tú, que tenías que estar en casa temprano, y ella nos comentó una historia del por qué te habló.
La rubia se levantó, viéndolo con calma.
-La salvaste hace años, en la primaria, cuando tenían 7 años- comentó Natsuki con una sonrisa- Unos bravucones se burlaban de ella, yo estaba escondida, porque estaba más pequeña, entonces fue cuando saltaste tú, la defendiste de ellos, y cuando salí yo, ella sonreía como tonta por su salvador.
El chico volteó a verla, mientras cerraba su libro.
-Ella entró a esa secundaria esperando encontrarte dentro, porque no sé qué corazonada le decía que se volverían a ver, y dicho y hecho, mismo grupo, misma fila, misma cara de idiota enamorada de su súper héroe, y tú no la reconociste.
El chico sólo agachó la mirada, mientras miraba a Natsuki con arrepentimiento.
-En aquellos tiempos mis memorias estaban encerradas- contestó el azabache, provocando un brillo en la mirada de Natsuki- No tenía idea de que la hubiese conocido, me sentí incómodo al verla hablarme como si me conociera cuando realmente nunca recordaba haberla conocido antes de aquella época- dijo el azabache mientras se levantaba.
-¿Entonces qué harás esta vez?- preguntó Natsuki mientras salía con lentitud de la casa, pero con una sonrisa enorme.
-Volver a convertirme en su súper héroe.
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Dieron las 2 de la mañana, y un azabache con una nueva determinación salía de la casa de Oricalco donde estaba sometido al encierro.
Se acercó a la fogata, mejor dicho, las pocas brasas que aún quedaban prendidas, el chico acercó unos leños y las encendió con una pequeña llama.
Se sentó en un tronco que usaban como banquillo y procedió a calentarse, aún con el cuerpo medio roto.
Las nanomáquinas no reaccionaron rápido a la curación al centro del pecho, donde la herida más grave se mostraba, por lo que la herida sólo estaba siendo cauterizada, y las nanomáquinas cerraron los ductos de circulación de la sangre, para evitar la pérdida masiva del líquido.
No había comido, por lo que la poca carne que quedaba le abría el apetito al exponerla al fuego, mientras las especias sazonaban la carne, y decidió esperar sentado en la fogata.
Ideando un plan para intervenir en Olympia, hacer pagar a Golittha por la paliza que le había dado, rescatar a Melodi y destruir el país menor a su más absoluta miseria, sin dejar piedra sobre piedra.
-Nunca confié en ti- dijo una voz adulta tras Kyoto.
El joven azabache volteó con calma para ver a la figura adulta de cabello azul tras él.
Aquel adulto con el que tropezó en una junta escolar, aquel mismo adulto que le preguntó las intenciones con su hija en aquellos años, el mismo que casi lo abofetea cuando negó conocer a la chica (lo cual era cierto, en cierta forma).
Koresh Ryone, el padre de Melodi Inverna.
-Nunca se lo pedí- contestó el azabache restándole importancia- Fue Melodi quien cayó enamorada de mí, muy a su pesar, señor Koresh.
-Nunca me importó quien fuese su novio, siempre y cuando no fueses tú, mocoso del demonio, e hice hasta lo imposible para separarlos, como cambiarla de escuela- dijo el adulto con calma- Su madre me apoyó en cierta forma, cuando nos enteramos que seguía con vida tras el accidente, todos nos fuimos a Brasil para tener una vida apartada de todos, hasta de ti.
-¿Qué es lo que quiere?- preguntó el joven mientras trataba de ignorar al adulto, cosa imposible, pues el adulto era más molesto que su propia hija cuando se trataba de llamar la atención.
Ante la mirada de sorpresa del azabache, se encontró al adulto de cuclillas, con las manos y el rostro al nivel del suelo, mientras le escuchaba sollozar.
-Por favor, muchacho, salva a mi hija- dijo el adulto rompiendo en llanto- Yo soy un simple, y apenas empecé a manipular el aura gracias a mi esposa y mi hija, pero con mi poder actual, es imposible que haga algo por ella, y no tengo a nadie más para confiarle la vida de mi más preciado tesoro.
-Señor yo…
-Si tanto la amas, si tanto quieres estar con ella, si tanto quieres que te de mi bendición para poder estar juntos, es lo único que te pido, que la rescates, y si quieres separarte de ella, hazlo, pero tráela conmigo, y yo me aseguraré de que nunca más vuelva a acercarte a ti, por favor, muchacho, te lo ruego- finalizó el adulto mientras seguía sollozando frente al chico.
-Señor, yo no necesito que me digan que hacer- contestó el chico con crueldad, haciendo que el adulto se levantara asustado- Pero no es algo que usted tenga que pedirme, y no necesito su permiso ni su bendición para hacerlo, voy a rescatarla, la traeré de vuelta, me casaré con ella y, cuando usted menos lo espere, lo haré abuelo, porque me niego a perder a la persona que salvé cuando era niño, y que ahora por fin encontré, no la voy a dejar ir tan fácilmente.
-Muchacho- dijo el adulto acercándose a él- ¿Puedo llamarte hijo?
-Si quiere ocasionarme un problema de parentalidad y ser mi cuarto padre, adelante- dijo el azabache sonriendo- Salí porque quería comer un poco, tenía hambre, ¿gusta acompañarme?
-Por supuesto muchacho, nada como compartir tiempo con mi sobrino y el novio de mi hija.
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Las cadenas en sus manos impedían cubrir la desnudez a la que ahora se encontraba expuesta, a pesar de que juraron no hacer nada contra ella.
-Requerimos mantenerte virgen hasta que el día de tu sacrificio llegue- dijo una voz femenina- Serás desposada por Shinokk y después te llevaremos a la cima de la torre Olímpica, donde serás el sacrificio de nuestro Dios Zeus.
-¿Y acaso no puedes ser tú la chica que sacrificarán?- dijo Melodi mientras trataba que su largo cabello cubriera sus pechos.
-Shinokk me desvirgó ya, así que no soy tan útil para él, caso contrario al tuyo, al no verte como una mujer, él hará y deshará de ti lo que le plazca- dijo la mujer mientras mantenía un horno encendido.
-¿Y entonces con qué motivo estoy desnudada aquí?- preguntó Melodi asustada.
-Te vestiremos después, pero necesitamos hacer algo que, cuando la gente te vea, sepa que eres de nuestra propiedad- dijo la mujer llegando con un sello de hierro forjado- ¿Sabes algo?, el ganado siempre fue marcado para saber de qué lugar provenía y qué dueño tenía.
-No…
-Oh sí- masculló la mujer mientras le pisaba la cadera- Ahora mantente inmóvil, si lo haces, sólo dolerá por poco tiempo.
-No- la mirada de Melodi se estremeció.
-¿Acaso creíste que te irías limpia sin ningún castigo por la cicatriz de mi rostro?, acabas de arruinar mi hermoso perfil griego y eso, maldita perra, merece un castigo.
Y Lenora adentró el hierro candente en la espalda de Melodi, mientras la chica gritaba con desesperación, la poca sangre que salía era inmediatamente consumida, para finalmente ser cauterizada.
Al sacar el hierro candente, una extraña figura estaba mostrándose en la espalda de la chica.
-Ahora sí, eres propiedad de Olympia, y Olimpyakos, con la marca de Urano en tu espalda todo mundo sabrá que eres de nuestra propiedad.
Y se fue de la sala oscura, mientras Melodi seguía derramando lágrimas y el humo en su espalda se desvanecía, dejando ver con más claridad la marca en su espalda.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Capítulo 82: Una Humillante derrota


Capítulo 82: Una Humillante derrota
Kyoto recibió el impacto brutal de Golittha con la pierna derecha, mientras sostenía el pie de Eurekka con la mano izquierda, azotándola al suelo.
-Yo seré su oponente- masculló el joven azabache con seriedad mientras se cubría de aura oscura.
-Excelente- dijo Eurekka- Entonces esto será pan comido.
Dicho esto, juntó sus palmas, que empezaron a irradiar electricidad.
-Atributo Eléctrico: Palmas Chirriantes.
Ambas palmas arrojaron relámpagos que se dirigían al joven azabache, que seguía entretenido con el gigantesco Golittha.
Pero otras manos más pequeñas desviaron hacia ellas la electricidad, permitiendo a Kyoto concentrarse en la batalla contra el gigante.
Kyoto lanzó una esfera de aura negra directo al suelo, provocando una nube de polvo que le permitiese usar el elemento sorpresa.
-Atributo Oscuridad: Paliza- dijo el azabache mientras cargaba aura oscura en sus manos.
Y dentro de la nube de polvo se dirigió a Golittha, dando golpes aleatorios por todo el cuerpo del gigante, mientras se transportaba con velocidad.
En una de tantas veces que golpeaba el brazo, lo golpeó con la mano que tenía libre, dejando al joven un poco aturdido.
Lo tomó con sus manos, que abarcaban fácilmente la mitad del cuerpo del azabache, lo colocó en su pierna y lo impulsó a los aires, mientras con sus manos tomaba una piedra gigantesca.
-Probarás el poder de lo que yo he rechazado- gruñó el gigante con ira, cargando la piedra gigantesca- Atributo Roca: Ira de Gilgamesh.
Apretó la roca hasta crujir, y la arrojó a los cielos con fuerza colosal, y al descender, se cubrieron de fuego, amenazando con aplastar al azabache.
-Muere, mocoso arrogante- gruñó nuevamente el gigante mientras arrojaba más rocas gigantes.
El azabache, algo recuperado del estado de aturdimiento al que había sido sometido, se impulsó poco a poco por las rocas que caían a la tierra para tomar una altura considerable.
Una vez detrás del último meteoro, se dejó caer en picada mientras más aura oscura le cubría.
-Atributo Oscuridad: Meteoro Negro.
Se impulsó para tener mayor velocidad y, por consecuencia, mayor fuerza de impacto.
Golittha sólo tomó uno de los árboles que estaban tras él, y cuando calculó una altura suficiente, le impactó con la misma fuerza usada para la creación de su técnica.
El azabache salió impulsado con fuerza rompiendo 5 árboles gruesos antes de impactar con uno más grueso aún, antes de caer fue impactado por un puñetazo de aquella entidad que tenía una fuerza desmesurada, rompiendo el mismo árbol con el que el joven azabache se había estrellado.
Kyoto absorbía los impactos que recibía, uno tras otro, buscando alguna técnica que le hiciera revertir la situación que atravesaba
-Atributo Oscuridad: V de Vendetta- Gruñó el azabache- Ahora siente todo el dolor y el daño que me has provocado.
La carga de aura con forma en “V” comenzó a crecer en los brazos del azabache, concentrándola en un centro, esperando el momento adecuado para usar esa técnica de represalia.
Al verlo de frente, se arrojó con la poca fuerza que tenía, esperando el milagro de que el golpe le diera de lleno.
-Atributo Bélico: Contragolpe.
El gigantesco ente esquivó el golpe de Kyoto, y con su propio puño lo recibió, volviendo a impulsarlo con velocidad.
Sólo que esta vez, Melodi alcanzó a recibirlo y empezar a curarlo.
-Kyoto-kun, detente- dijo la chica una vez sintiendo a Golittha lo suficientemente lejos.
-Déjame Inverna, dije que te protegería- contestó el azabache alzando sólo un brazo- Atributo Oscuridad: Bola de Rencor.
Una esfera de aura comenzó a salir de su brazo, mientras el otro aún estaba caído, la esfera poco a poco comenzó a desestabilizar su forma.
-Kyoto-kun, usa tu otro brazo- dijo la chica mientras seguía curando al joven.
-Está roto, me lo rompió cuando usó ese árbol como bate e hizo un home run con mi cuerpo- se quejó el azabache mientras seguía recostado.
Dicho esto, arrojó la esfera de aura con gran potencia, pero la desestabilización de esta le perjudicó, haciendo que se fuera muy desviada de su objetivo.
Golittha seguía llegando, percatándose del origen de aquella esfera de aura oscura, para por fin saber donde estaba su víctima.
-Podemos esperar a los demás, Kyoto-kun- dijo la chica de cabello azul sosteniéndolo con fuerza- No sigas más o, a este paso…
-¡¡¡CÁLLATE!!!, ¡¡¡CÁLLATE Y SIGUE CURÁNDOME MALDICIÓN, ESTOY TRATANDO DE PROTEGERTE Y TÚ SÓLO SIGUES HABLANDO!!!- gritó el azabache con enfado.
-Lo siento, pero no puedo soportar que sigas sufriendo de esta forma, estás muy mal herido, si hacemos una retirada estratégica…
-¡¡Tú si quieres ríndete!!- volvió a alzar la voz el joven con la mirada demasiado pesada- ¡¡¡Yo no voy a permitir que te pase algo!!!
-¿Estás dándome a elegir, Kyoto-kun?- dijo la chica aplicando más aura.
-Sí, si quieres darte por vencida, adelante, pero yo no me dejaré derrotar por estos fenómenos- gruñó el joven mientras se levantaba- Llevate a Kazuha contigo, estará a salvo, y yo seguiré peleando, me haré más fuerte, mucho más fuerte.
-Lo dudo- dijo una voz muy gruesa llegando por fin a donde estaban ambos jóvenes- En tu posición actual, eres el más débil de todos tus compañeros.
-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó el azabache frunciendo el ceño- Soy el único que pelea contra ti, y he resistido el impacto de tus brutales técnicas- comentó el joven mientras se tambaleaba.
-¿Brutales?- preguntó el gigante antes de reír con fuerza.
-¿Qué es tan divertido, idiota?- preguntó el azabache más molesto.
-Que esto no es la mitad de mi verdadero poder, ¿De verdad creíste que te estaba tomando en serio?, ¿Qué tan iluso puedes ser?, sólo eres mi carne de entrenamiento.
El gigante seguía caminado hacia ellos, mientras se agachaba para estar al nivel de un muy golpeado Kyoto.
-¿Sabes algo?- preguntó el gigante- Sólo estuve conteniéndome, mientras tú usabas todo tu miserable poder, ese poder en tu técnica de “paliza” sólo eran como pequeñas moscas alrededor mío.
-Maldito- gruñó el joven azabache mientras trataba de ponerse en pie.
-No, no lo harás, te ves algo cansado, ¿Por qué mejor no te sientas?- preguntó el gigante para empujarlo hacia uno de los árboles- Eres patético, no puedes hacer nada sólo, sé lo que pasó en Vacuum, nuestro Oráculo nos lo dijo, No venciste a Kyoga, de hecho, no has ganado ninguna de tus peleas, contra Kyoga, aquella chica venció a su clon, dando la victoria a tu equipo, contra tu padre, fuiste brutalmente golpeado por él, pero estoy seguro que se contuvo para no matarte, tu pelea contra Yusei, en realidad me atrevería a decir que él jugó contigo.
El chico ensombreció su mirada, mientras agachaba el rostro.
-¡¿En verdad crees que, con ese patético, miserable e insignificante poder puedes derrotarme?!, ¡¿A mí?!, ¡¿AL GRAN GUARDIÁN DEL TEMPLO DE URANO?!- Gritó con burla el gigante- No me hagas reír, idiota, eres una insignificante basura, sin tus amigos no eres nada, ni nadie.
Tomó al azabache del cuello de la gabardina, arrastrándolo por todo el bosque.
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Llegaron al punto de reunión, donde los chicos estaban en el suelo, siendo pateados con fuerza por los rivales con los que tenían que lidiar desde este momento.
Melodi estaba de pie, tras Golittha y un muy golpeado Kyoto, pensando en qué debía hacer, mientras buscaba a Kazuha, a quien vio escondida detrás de los arbustos.
-Kazuha-chan.
-Mami, Papi está, Papi está…
-No hija, no sé…
Los secuaces de Shinnok detuvieron la paliza en cuanto vieron a la niña asustada, orientando su atención a la chica que estaba abrazándola.
-Hija, sería problemático para nosotros de no ser porque esa mocosa no pertenece a este tiempo, ¿No es verdad, muchacha?
-Shinnok, para esto por favor, ninguno de ellos tiene qué pagar por…
-Claro que ninguno tiene que pagar, pero eso es decisión tuya- dijo el ente con cara de arlequín.
La chica pensó seriamente las posibilidades de un enfrentamiento en desventaja, sería ella contra los 8 Drakengarr, además de tener que proteger a Kazuha, ahora estaba pensando seriamente que dejarla en el orfanato no era tan mala idea al final de todo.
-“¡¡Tú si quieres ríndete!!”- recordó decir a su novio momentos atrás.
Melodi no dijo nada, y se lanzó contra Lenora, que tenía a Natsuki de rostro al suelo, mientras con una pequeña daga alcanzaba a rasgar el rostro de la mujer.
-Maldita perra- gruñó Lenora mientras tomaba la parte sangrante de su rostro.
Y de su mismo rostro congeló la sangre saliente, convirtiéndola en una lanza.
-Acabaré contigo ahora mismo, maldita estúpida- gruñó Lenora arrojando la lanza hacia la chica.
Melodi sólo cerró los ojos, esperando el final inminente.
Cosa que no llegó, pues al abrir los ojos, se encontró con un joven azabache delante de ella.
-Kyoto-kun- dijo la chica con lágrimas en los ojos, mientras caminaba al frente.
Y la lanza que iba para ella, fue interceptada por el pecho del muchacho, que evitaba moverse y hablar, pues algo como eso terminaría por hacerlo sangrar intensamente.
-¡¿Por qué lo hiciste?!- gritó Melodi con furia, congelando la hemorragia y sacando la lanza del pecho.
-Dijiste… que… me protegerías… y yo te …protegería- dijo el azabache con la voz entrecortada.
-Kyoto-kun, no tenías por qué…
-Claro que… tenía por… qué ha…cerlo- dijo el joven aún en la misma posición- Te… amo… y no… no quiero… perder a… nadie más…
Dicho esto, cayó con fuerza al suelo, mientras Melodi trataba de curarlo.
-La debilidad es una molestia, ¡¿VERDAD PEQUEÑA?!- Preguntó Shinnok mientras colocaba su pie sobre la cabeza del azabache, vámonos, y los dejaré vivir, también a la mocosa.
Melodi vaciló por un momento, mientras pensaba en las posibilidades aún, de cualquier forma, era imposible lograr algo más que salir apaleados, Kazuha saldría lastimada, y el Oráculo que había visitado en secreto, le advirtió de que una mala decisión cambiaría por completo el curso actual de la historia.
-De todas formas, moriremos todos, supongo- dijo la chica de cabello azul mientras tomaba la mano de Shinnok- Kyoto-kun, te lo dije, Yo también te protegeré.
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Despertó rápidamente, para encontrarse dentro de una casa de campaña improvisada, con fuertes dolores en todo el cuerpo.
Y esos dolores le hicieron saber que todo, todo lo que había pasado, fue real.
La batalla, si es que se le puede llamar así a la humillación que hicieron con ellos en el claro del bosque, había sido real.
-¡¡¡INVERNA!!!- Gritó con temor, mientras se arrastraba fuera de la casa.
Y encontró a sus amigos, a excepción de Stella, golpeados pero en mejores condiciones que él.
-¡¿Dónde está Inverna?!- Preguntó el azabache afuera de la casa de campaña.
Zentraedi y Natsuki se acercaron a él tratando de hablarle con calma.
-Kazuha está en la tienda de acampar junto con Stella, Melodi se fue con Olympiakos, no tenemos idea de dónde puedan estar- se sinceró Zentraedi que tomaba sus costillas, un par de ellas rotas a consecuencia de las patadas recibidas.
-Cometimos un grave error al venir aquí, pero al menos estoy segura que lograremos vencer, si las armas especiales que iban a tener para nosotros ya están listas, supongo que saldremos de esta- dijo Natsuki.
En eso, un pequeño espíritu morado llegó volando con velocidad, aterrizando en el hombro de la pequeña Natsuki.
-Los vejestorios vienen en camino, ama Natsuki, llegarán en un día máximo, y aún no tienen las armas especiales, así que, en teoría, están solos, vienen con algunos aliados de los grandes reinos, así que, como mínimo tendremos a algunas personas más con nosotros.
-Oh carajo, estamos perdidos- dijo Natsuki mientras suspiraba pesadamente.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra. -¿Habrá llegado ya el mensajero?- preguntó Kyoto mientras realizaba algunas abdominales. -Esto...