domingo, 30 de diciembre de 2018

Capítulo 85: El Templo de Afrodita.


Capítulo 85: El Templo de Afrodita.
El equipo Natsuki fue el primero en llegar a su destino, al ser los que estaban más cerca, llegaron al templo, mientras Kyoto avanzaba en línea recta para ir directo al Templo de Urano.
El Monte Venus, sobre el cual estaba el templo de Afrodita, era alto, pero de fácil exploración, además de la amplitud del mismo monte, daba oportunidad para entrenar antes de enfrentarse a lo que fuese que estuviera en el templo.
Porque Natsuki sabía que Olympiakos no iba a quedarse de brazos cruzados, iba a prevenir que alguien con la osadía de ella, así como de su líder, Kyoto, destruyeran los templos.
Le sorprendió que, tanto ella como su escuadrón pasaban con velocidad por todo el Monte Venus, sin ningún guardián que las estuviese esperando como ella tenía pensado.
Al ver el paisaje, se detuvo admirando la belleza que aparecía ante sus ojos. El campo floral iluminaba su vista, encontrándose con la más hermosa vista de Olympia.
-Será una pena destruir este lugar- dijo Sora tras ella.
-Sí, me imagino, pero si es por mi amiga, este hermoso campo florar puede irse al carajo- masculló la pequeña rubia.
-Hija, debemos apresurarnos, Kyoto debe estar cerca del Templo de Urano- comentó Sofía mientras cargaba algo de carne.
-Pensé que Ashura era el glotón- dijo Natsuki con una pequeña risa.
-Debo comer todo lo necesario para poder emplear a tope mis habilidades, como Atributo Leyenda, tengo un apetito atroz- contestó la mujer- Además que suelo agotarme demasiado si no como algo antes de pelear.
-Gracias que me lo dice- contestó Natsuki con una gota de sudor en la sien.
Y continuaron avanzando, mientras buscaban algún vestigio sobre el Templo de Afrodita.
En ocasiones algunas piedras calizas de color daban la impresión de estar cerca, pero al ser parte del mismo paisaje que estaba en el Monte Venus, resultando en pequeños ataques de frustración, irónicamente, por las más pequeñas del grupo.
-¡¿Dónde demonios puede estar el jodido templo maldición?!- Exclamó Natsuki con furia.
-Controlate hija, por favor, sólo…
-Suegra- dijo Natsuki, haciendo sonrojar a la mujer- mi amiga está a punto de morir, y usted me está pidiendo que me calme, si yo estuviera en peligro, ¿Le pediría a Zentraedi que se calmara? ¡¿EH, EH, EH?!- dijo la chica con su peculiar muletilla.
-Lo… lo siento, es sólo que… no me dejas escuchar las emanaciones de aura con tu ruido- dijo la mujer mientras activaba su habilidad.
-¿Acústico?- preguntó Natsuki.
-Sí, es muy útil para identificar hasta el más mínimo ruido, pues amplifica la sensibilidad auditiva, pero me hace vulnerable ante técnicas que usen el sonido, por el mismo aumento a mi sensibilidad auditiva- dijo la mujer.
-Entiendo- dijo Natsuki mientras se acomodaba en posición de loto.
Sofía aumentó la sensibilidad auditiva, tratando de buscar alguna señal de audio que le diese la idea del lugar al cual debían ir.
-“¡¡¡AUXILIO!!!”- se escuchó una voz desesperada.
Sofía salió disparada del lugar donde estaba, siendo retenida por Natsuki y algunas maderas de Sora.
-Están a 2 kilómetros chicas, justo al norte- dijo Sofía mientras su oído comenzaba a sangrar.
-¿Estarás bien suegra?- preguntó Natsuki recostándola.
-No, estoy algo aturdida.
-Nosotros la cuidaremos, capitana- dijo uno de los soldados de los reinos menores.
-La dejo a su cuidado soldados- dijo la chica mientras preparaba sus piernas para correr.
-Iré a apoyarte- dijo Sora.
-No, dudo mucho que puedas seguirme el ritmo, y no quiero protegerte, será difícil pelear y estar cuidándote al mismo tiempo, puedo deducir que Yusei priorizó tu cuidado antes que su propia vida y por eso fue derrotado.
-Entiendo- dijo Sora.
-Pero puedes esperar a Kazuo y Erika, para que lleven a Sofía a bordo del Invencible- dijo la chica mientras corría.
-Enterado, Capitana- dijo Sora sacando algunas hierbas de su mano.
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Llegó con velocidad, mientras algunas chispas amarillas salían de su espalda, un aura chispeante comenzaba a rodearla, absorbiendo la misma energía eléctrica emanada por el frotamiento estático de su ropa, lana en su mayoría, lo que fortalecía su habilidad “estático”.
Llegar fue fácil, los monstruos guardianes, atributo agua por la diosa Afrodita, fueron derrotados fácilmente, por la diferencia de poder, la ira contenida y la desventaja de atributos.
Ver el templo de Afrodita, de evidente arquitectura griega similar al Partenon de Atenas, en el interior había sólo un ornamento, la gigantesca estatua de la diosa Afrodita, si se sentía pequeña junto a Melodi Inverna, ver la estatua la hizo sentirse aún más pequeña.
El suelo que pisaba, llano y de delicada pedrería, carecía de imperfecciones.
-Por fin llegas, mi rival- dijo una voz femenina.
-Bueno, al menos tiene un desperfecto- masculló Natsuki en respuesta a la voz.
-¿Osas menospreciarme mocosa engreída?- preguntó aquella voz- ¿A la misma persona que te dio una paliza?
-Patético, llamas paliza a tomarme desprevenida, muy pronto tú sabrás lo que es una verdadera paliza- dijo la rubia con furia.
-Inténtalo mocosa, Eurekka Quagga, para ti la Reina de la Electricidad- y salió aquella mujer de las sombras.
Una mujer alta, voluptuosa, de cabellera castaña y larga, con una pose elegante.
-Natsuki Inoue, DIOSA DE LA ELECTRICIDAD- masculló la chica mientras se enfadaba.
Su cabello comenzó a ponerse de puntas, y su mirada se tornaba más salvaje.
-Atributo Eléctrico: Voltio Cruel- gritó la chica mientras corría hacia Eurekka.
-Electromotor- Gritó la mujer mientras un aura eléctrica le rodeaba.
Cuando Natsuki impactó a Eurekka, un pequeño escudo se mostró, absorbiendo los rayos que salían del cuerpo de Natsuki, y Eurekka aprovechó para dar una feroz patada a la chica, que salió disparada hacia los pilares del templo.
-Maldita- gruñó Natsuki con enfado- Si te vas a defender de esos ataques Eléctricos, entonces usaré esto: Atributo Fantasma: Golpe Espíritu.
Y corrió hacia la mujer, mientras sus manos se rodeaban de un aura morada, buscando dar un golpe certero en algún punto vital.
-¿En verdad planeas dañarme con esa técnica tan débil?- preguntó la mujer mientras preparaba su técnica- Atributo Oscuridad: Garra Oscura.
Corrió hacia Natsuki, quien aún cargaba esa intensa aura fantasmal, y antes del impacto, se agachó, la tomó del cuello y la azotó brutalmente al suelo.
-Olvidé decirte que soy de atributos Tierra y Oscuridad, y mi habilidad aumenta mi poder de ataque cada vez que me atacas con un movimiento eléctrico también- dijo la chica con una sonrisa en su rostro.
Natsuki pateó el vientre de la mujer, quitándola de encima suyo.
-Joder, tengo doble desventaja de atributos en esta pelea, además de tu estúpida habilidad de Electromotor, eso indica que tengo que vencerte a puño limpio.
Y corrió de nueva cuenta a la mujer, sin cargar nada de aura, sólo canalizando su fuerza en el puño.
-Cómete esto, maldita- masculló Natsuki impactando el puño en la cara de la mujer.
Eurekka recibió el impacto, esta vez no pudo absorber nada por la ausencia de aura en la mano de la chica.
A pesar de retroceder una distancia considerable, el cuerpo de la mujer parecía no tener ningún daño, caso contrario a Natsuki, que se había roto los huesos de la mano con aquel salvaje impacto.
-Diablos, eso me dolió- dijo Eurekka mientras tomaba su mejilla.
-Piensa en mi puño, perra- dijo la chica con furia mientras sostenía su mano.
-Con tu habilidad cableado no pasaría nada, pero mi habilidad de Electromotor anularía el efecto de esa habilidad, necesitas algo más que simple electricidad para darme, aunque sea, un miserable golpe, algo más allá de lo que tú y yo conocemos, y que será imposible para ambas llegar, aquella habilidad que pueda dañar a la tierra y que se pase por alto cualquier habilidad.
-Maldición, tengo cosas más importantes de qué preocuparme.
-¿Cómo qué?
-Rescatar a mi amiga, eso es lo realmente importante para mí, estúpida- contestó Natsuki.
-JAJAJAJA, si no puedes pasar de este templo ¿qué carajos te lleva a pensar que lo que harás después será salvar a tu amiga?
-¿Pensar?, estúpida, no me conformo con pensarlo, voy a hacerlo- dijo la chica con furia mientras corría hacia la mujer- Fase 1: Phanto.
El aura purpura apareció rodeando a la chica.
-Atributo Fantasma: Golpe Espíritu.
-No funcionó una vez, ¿Qué demonios te lleva a la estupidez de atacarme con un movimiento similar?- preguntó la mujer con altivez- Atributo Oscuridad: Garra Oscura.
Al llegar Natsuki, su cuello nuevamente quedó vulnerable, pero esta vez, y contrario a lo esperado, la mano de Eurekka atravesó el cuerpo de la chica, para recibir el impacto de lleno en el rostro, ahora imbuido en aura espectral.
-¿Qué hiciste mocosa?- preguntó la mujer tomando su rostro, ahora con un ligero tallón.
-Sólo mi fase uno, que me permite desmaterializar mi cuerpo para no recibir ningún daño, gracias a mi habilidad secundaria “Intangible”- dijo la chica enfadada- Eso significa que ningún daño que requiera golpes cuerpo a cuerpo podrán hacerme daño.
-Oh, entiendo- dijo la mujer cargando Aura oscura en su mano- Entonces, Atributo Oscuridad: Pulso Umbrío.
Una ráfaga de energía oscura salió disparada hacia Natsuki, para impulsarla con poca fuerza, arrastrándola dos metros hacia atrás.
-El ataque especial no es mi fuerte- dijo Eurekka- Pero sería un arma de doble filo hacer eso ahora- dijo la mujer enfadada.
-No me asustas, ahora soy yo la que tiene ventaja.                               
-No te creas tanto, mocosa engreída- dijo la mujer sacando una espada- Pagarás las consecuendias ahora que me has hecho cabrear ¡¡¡ROMPEALMAS!!!
Natsuki vio confundida la escena, dado que no había pasado nada, hasta que un rayo cayó.
-¡TERRAVOLTAJE!- gritó la mujer.
Y al caer el rayo sobre Eurekka, hubo un proceso de transformación, el cabello de la mujer se erizó mientras varias corrientes de energía eléctrica recorrían su cuerpo.
-¿Es todo lo que tienes?- Preguntó Natsuki.
-Te arrepentirás de haber preguntado, mocosa estúpida- dijo la mujer con furia mientras juntaba sus palmas- Atributo Tierra: Puño Terrax.
-¿No lo entiendes?- dijo Natsuki con burla- Soy intangible, nada me puede hacer daño.
Contrario a lo esperado, el puño la impactó con fuerza en el abdomen, enviándola lejos para impactarse en una de las columnas del templo.
Natsuki se levantó con dificultad por el duro golpe recibido, además de confundida por lo que acababa de pasar.
-Se supone que soy…
-¿Intangible?- preguntó la mujer burlesca- Claro, pero es una habilidad, no una cualidad, si fuese una cualidad tendría problemas, la diferencia entre ambas es que una es desarrollada y la otra es innata.
-Habilidad es distinto a cualidad- repitió la chica las palabras que, durante el viaje, Takeshi Inoue le decía mientras iban en camino a las torres.
-Así es mocosa, Terravoltaje no sólo es una transformación, sino una habilidad que me permite anular cualquier habilidad de mi oponente, así que, si cambias a Cableado para tratar de curar tus heridas, pasará lo mismo que con tu preciada habilidad “Intangible”.
-En pocas palabras me has puesto en aprietos.
Eurekka no dijo nada, sino que corrió a la chica con sus manos directo al cuello de Natsuki.
-Atributo Oscuridad: Garra Oscura.
-Mierd…
La chica fue tomada del cuello para ser levantada y azotada, esta vez seguida por una explosión de energía generada por el impacto.
-Mi cualidad es “Aura Oscura”, es una cualidad de doble filo pues, así como incremente mis ataques de atributo Oscuridad, también incrementa los de mis oponentes, en esta ocasión lo que me salva es la diferencia de poder.
Natsuki volvió a levantarse con dificultad, mientras desaparecía su forma Phanto, volviendo a ser tangible.
-¿Por qué te has quitado tu forma Phanto?- preguntó Eurekka confundida.
-Porque de todas formas me harás daño, pase lo que pase- dijo Natsuki con una sonrisa- De todas formas, voy a perder, pase lo que pase, al final, no fui capaz de salvar a mi mejor amiga, nuevamente soy una inútil.
Eurekka se impulsó con energía eléctrica, buscando impactar en alguna parte del cuerpo de Natsuki, que sólo se quedó a recibir el impacto.
-De cualquier forma, creo que fue una buena vida- dijo la chica cerrando los ojos.
-Atributo Oscuridad- dijo la mujer mientras tomaba el cuello de la chica con su antebrazo- Lariat Oscuro.
La misma velocidad de la mujer hizo que se impactaran contra otra de las columnas que estaban sosteniendo el templo de Afrodita.
Eurekka retrocedió mientras Natsuki caía sentada, aún recargada sobre la columna de piedra, ahora algo maltratada por los embates de aquella paliza que le estaban proporcionando a Natsuki.
-Creo que se acabó- dijo Eurekka dando la espalda a su rival.



sábado, 22 de septiembre de 2018

Capítulo 84: Planeando el ataque


Capítulo 84: Planeando el ataque
Al salir todos de las casas de Oricalco, la escena mostrada era, cuando menos, tierna.
Kyoto y Koresh estaban sentados, espalda con espalda, mientras los huesos de la carne estaban regados en el suelo.
Miyaah se sorprendió y Kazuo miraba con celos la escena.
-Oh claro, todo bien con el padre de su novia, pero a mí me rechazó el día que le confesamos que era nuestro hijo- dijo el adulto azabache mientras era abrazado por Erika.
-Calma hermanito- dijo Miyaah con una sonrisa- Al menos Koresh ya aceptó a tu hijo como novio de Melodi, ahora lo que queda es…
Al acercarse, vieron que el aura azulina de Koresh rodeaba al cuerpo de Kyoto, cuyas heridas, además de la más grave, estaban curadas, y los huesos habían recuperado su forma.
-Impresionante- dijo Miyaah- El aura de Koresh es muy abundante y creí que sería difícil para él poder manipularlo, y de hecho lo es, pero sus efectos no son tan destructivos, por el contrario, creo que servirá mucho tenerlo como miembro del escuadrón Médico.
-En efecto hermanita- dijo Kazuo con una sonrisa- Te corresponderá a ti enseñarle, porque dudo mucho que los chicos tengan experiencia en técnicas curativas.
-Alguien debería despertarlos- dijo Takeshi- Entre más tiempo pase, más tiempo le daremos a Olympiakos para hacer lo que quieren.
-El rubio tonto tiene razón- contestó Ashura- Kazuo, los mapas de Olympia que sacamos hace años nos pueden servir.
-Cierto- dijo el azabache- Es hora de que Kyoto muestre lo que puede hacer, y también ustedes.
-¿Por qué no simplemente la dejamos morir?- dijo una chica de orejas largas y puntiagudas- Quiero decir, estamos arriesgando la vida por una chica, sólo una persona, ¿Qué tiene de especial ella que no tenga yo?
-A mí, señorita Eglantine- dijo una voz joven tras ella- ¿Eres virgen?
-Por supuesto, si quieres consumar el acto…
-No, es posible que te usemos como moneda de intercambio, por ser una princesa, vales más que Melodi- contestó el azabache con sarcasmo- Entonces el plan es escoltar a Eglantine hasta con Shinnok, hacer el canje de personas y dejarla morir.
La princesa elfa retrocedió asustada.
-K… Kyoto, si me usas como moneda de intercambio…
-Diremos a tu madre que moriste en combate- dijo el azabache con calma mientras le miraba con furia- Si no te parece estar en esta misión, puedes huir como la princesita llorona que eres, sólo considera que el pacto con Mythland terminará, y tú serás la única responsable, mocosa malcriada y caprichosa.
-¿Y qué ganaría si me quedo?- preguntó Eglantine enojada.
-Te convertirás en la mejor chica de este cuarto arco y posiblemente una cita conmigo- dijo el azabache convincente.
-Bien, acepto.
-“Jaja, tuve los dedos cruzados todo el tiempo”- pensó Kyoto con una sonrisa maligna.
-Perfecto- interrumpió Koresh con determinación- ¿Cuál es la estrategia?
-Padre, los mapas- dijo el azabache mientras acomodaba la mesa.
-Aquí tienes hijo- dijo Kazuo entregando la estructura de Olympia.
-Al parecer no ha cambiado en nada, el territorio de Olympia tiene 5 templos en todo su territorio, además de una isla donde se encuentra la torre Olímpica- dijo el azabache.
-Lo que más importa son los templos- dijo Miyaah- La torre olímpica sólo es un faro de luz que guía las embarcaciones.
-Estupendo, ahora bien, los que estamos aquí somos los vejestorios- apuntó a los adultos que los acompañaban- El Príncipe Dani de Hefestos, a la malcriada caprichosa de Eglantine, un par de idiotas que vinieron aquí cuando se les pidió que NO lo hicieran, 2 guerreros de Silkland, y un guerrero por cada Reino Menor y nosotros los Xtars, en total somos 32 personas aquí, más Kazuha- dijo el azabache contemplando a su hija.
-¿Cómo nos vamos a dividir?- preguntó Natsuki con impaciencia.
-La misión es simple, los dioses están encerrados en los templos, dentro de estatuas de ellos- dijo el azabache con calma mostrando un esquema de los templos- Ellos están ahí contra su propia Voluntad, pero mantienen a flote la tierra de Olympia, sin ellos, el país entero se hundirá.
-¿Qué propones hacer?- preguntó Kazuo.
-Los templos son Afrodita, Ares, Atenea, Gaia y Urano- dijo Kyoto mostrando un mapa de los templos- Vamos a cada templo, destruimos al ídolo del dios o la diosa dentro de cada estatua y rescataré a Melodi, que es fijo que está en el templo de Urano.
-¿Cómo estás tan seguro de eso?- Preguntó Dani intrigado
-Porque el más fuerte es Golittha, él está como guardián del templo de Urano, es lógico que sabrán nuestros planes, saben que buscaremos salvar a Melodi, por ello estará en resguardo del más fuerte de los Drakkengar- Contestó Kyoto mientras recordaba la paliza que había recibido.
-Y entonces… ¿Qué haremos?
-Natsuki, Tú con Sofía y Sora, además de 4 soldados de los reinos menores irán al templo de Afrodita y harán lo posible por destruir el templo y tomarán rumbo al templo de Urano que será nuestro punto de reunión.
-Equipo Natsuki, enterado.
-Zentraedi, tú con Ashura, Takeshi y 3 soldados de los reinos menores irán al templo de Ares, ahí destruirán la estatua del dios y se dirigirán al templo de Urano.
-Equipo Zentraedi, enterado.
-Stella, tú con Crista y Eglantine, además de 4 soldados de los reinos menores irán al templo de Atenea, destruirán la estatua de la diosa e irán al punto de reunión.
-Equipo Stella, enterado- dijo la chica con decisión.
-¿Por qué me metiste al equipo de esta chica y no al tuyo?- dijo Eglantine con furia.
-Porque me apetece, porque quiero y porque puedo- contestó el azabache con risa antes de seguir- Riot, Akashi, Yusei y 4 soldados de los países menores irán al templo de Gaia, lo mismo destruir al dios, punto de reunión, bla, bla, bla- dijo el azabache.
-Enterado capitán.
-YO IRÉ SOLO AL TEMPLO DE URANO PORQUE GOLITTHA ME LAS DEBE, LE HARÉ PAGAR LA HUMILLACIÓN DE NUESTRO COMBATE…
-Golpiza, querrás decir- dijo Zentraedi con burla.
-Tú te callas idiota o pondré a tu padre como tu capitán.
-Lo siento.
-Espera, Zentraedi me generó una duda- dijo Kazuo- Si ese Golittha fue quien te propinó la golpiza de tu vida, ¿por qué irás sólo?, ¿Acaso tienes una estrategia?, ¿por qué tus padres y los de Melodi no estamos en ningún equipo?
-Primera pregunta: Golittha me las debe, tengo que derrotarlo papá, no después de lo humillado que fui, además que proteger a otra persona además de Melodi sería problemático, Segunda pregunta: Sí, el poder de Golittha depende de los templos anteriores, si destruimos los templos, podré debilitarlo y así ganaremos, porque la energía de los templos alimenta al guardián del Templo de Urano, y Pregunta Tres: Por Kazuha, ella aún es pequeña, no puede pelear y no dudo que Olympiakos quiera secuestrarla, por lo que significa para Melodi y para mí, por eso no están en ningún equipo, serán guardias de Kazuha lo que dure en esta misión, ¿Alguna otra duda?
-No hijo, ninguna- contestó Kazuo abrazando a su nieta.
-Perfecto, debemos descansar para invadir en la noche, ¿Trajeron el invencible?- preguntó Kyoto.
-Dani se aseguró de no darle ningún rasguño hijo- contestó Kazuo- ¿De ahí a donde partiremos?
-Iremos de una vez a Cydonia.
-Entonces le diré a mi padre que envíe las armas legendarias para Cydonia- Propuso el enano.
-Excelente Dani, una vez resuelto esto, partiremos a la guerra contra Citizen, a descansar- dijo el azabache aplaudiendo para separar al grupo.
Todos comenzaron a dispersarse, en sus respectivos equipos, para organizar la planeación adicional del día siguiente, a excepción de una persona.
Eglantine se quedó parada frente a él, esperando un momento oportuno.
La oportunidad estaba sobre la mesa, sabía que Olympiakos y los Drakkengar eran un peligro para todo el continente, pero habían secuestrado a la chica que le había propinado una paliza en Alfheim.
Justo cuando se sintió sola, se acercó a hablarle, para empezar a conquistarlo.
No, no iba a convencerlo de que ambos hicieran equipo, puesto que saldrían victoriosos, lo que implicaría que Melodi sería rescatada, lo que daría el adiós a la oportunidad que hoy tenía, y que no iba a desaprovechar.
-Kyoto- dijo una voz femenina tras ella.
Una mujer adulta de cabello azulino, la mujer con la que compartió varios momentos en el trayecto rumbo a Cydonia, y a quien le había confesado los sentimientos por el joven azabache.
-¿Pasa algo señora?- preguntó Kyoto con interés.
-Dime tía o mamá, como te acomodes- dijo la mujer.
-Mande tía- dijo el azabache mientras hacía la planeación.
-Melodi es una chica fuerte, pero ella está ahora en una situación poco favorable- dijo la mujer con calma.
-Lo sé, tía, sé la situación que hoy atraviesa Melodi, por eso voy a pelear, por traerla de vuelta.
-Lo sé, lo sé, es sólo que, vamos, ella tiene algo dentro de su cuerpo, y no dudarán en extraerle aquello necesario para revivir al Monte Olimpo, pero de hacerlo, morirá, ¿Has pensado en la idea de o que puede pasar si la misión fracasa?- preguntó la mujer.
-El señor Koresh confió en mí, ¿Usted no confía en mí para traer de vuelta a MI NOVIA?, si ella muere, yo entregaré mi vida, por protegerla daré lo que sea, no importa cómo ni qué pierda, sólo si mis seres queridos están a salvo, por que amo a su hija, y si fracaso, si fracaso pueden disponer de mi vida como sea, sólo les pido ser enterrado junto a ella, si no podré estar con ella en esta vida, al menos en la otra vida será- dijo el azabache con determinación- No hay nadie más a quien pueda amar, que no sea Melodi Inverna, a Nadie más en este mundo, por ello daré mi vida, por proteger aquello que amo.
-Entiendo- dijo Miyaah- Si mi esposo confió en ti, yo haré lo mismo, y quiero una nieta así de hermosa como Kazuha.
-Tenga por seguro que lo haré, tía, que daré mi vida por un futuro junto a ella.
El chico se fue a su habitación para descansar, mientras la mujer también se dirigió a su casa de Oricalco, cuando notó la presencia de Eglantine.
-Ese chico sólo es de mi hija- le susurró al oído a la chica- Y si intentas algo por las malas, por las malas te haré cambiar de parecer, así que ve buscando a alguien más.
Y siguió avanzando, dejando a la pelirroja sorprendida.
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El amanecer pintaba cierto matiz entre rojizo, morado y azulino, lo que anunciaba la salida del sol.
Todos los equipos, integrados como se había planeado con anterioridad, vieron al mismo amanecer.
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Un pequeño resplandor de luz iluminó la habitación donde estaba recluida, aquella habitación donde había sido marcada con el símbolo de Urano.
El resplandor la sorprendió, ya que el cuarto no recibía luz del exterior, sino de las antorchas en la pared además del fuego del pequeño horno donde calentaban los metales para el ganado.
-Ky…oto…kun- dijo la chica sollozando.
Sí, ese resplandor le había dado la fuerza necesaria para seguir adelante, para no dejarse morir, para ser paciente y esperar la oportunidad de escapar, o de ser rescatada del templo de Urano.
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-Melodi, sé que no he sido la mejor persona para ti, pero después de todo esto, voy a mostrarte lo que genuinamente soy, mi verdadero yo, mis verdaderos sentimientos.
El sol iluminó su mirada.
-Te juro por mi alma, que daré la vida por ti si es necesario, que no importa qué ni cómo, te traeré de vuelta conmigo, y en el amargo final de todo, seremos los únicos que quedaremos de pie.
Y todo el pequeño ejercito empezó a correr por el enorme país menor, mientras el sol iluminaba a todos los participantes en la guerra.
-Por eso te pido, por favor Inverna ¡¡¡ESPERAME!!!

Capítulo 83: Depresión.


Capítulo 83: Depresión.
-Oh carajo, estamos perdidos- dijo Natsuki mientras suspiraba pesadamente.
-Por supuesto que sí, y sé quién es el jodido culpable- dijo el azabache mientras iba a una de las casas de campaña.
Y dentro de ella estaba Sora con la cúpula helada de Yusei, tratando de derretirla.
-Quítate- dijo el azabache a la chica.
-Lo siento Kyoto, en verdad…
-Dije QUÍTATE- alzó la voz el joven mientras la tomaba del cuello y la aventaba afuera de la casa.
Una vez hecho esto, canalizó toda su furia en una potente llama que se fue directo a su mano que estaba en mejor estado, y comenzó a tomar la crisálida helada donde Yusei estaba en estado de Criogenización.
Y el hielo comenzó a ceder ante la temperatura del brazo ardiente del azabache, hasta que el joven consiguió llegar a donde quería.
Llegó al cuello de Yusei, apagó las llamas en su brazo, lo tomó del cuello y lo arrojó fuera de la tienda de campaña.
-MIS INDICACIONES FUERON CLARAS, MALDITO IDIOTA- gruñó Kyoto furibundo.
-Lo… lo lamentamos, Kyoto- dijo Yusei tratando de recuperar el aliento.
-No, idiota, no lo lamentan, aún… mis indicaciones fueron “no enfrentar a Olympiakos hasta tener la suficiente información de ellos”, indicación que se atrevieron a desobedecer.
-Lo lamentamos en verdad Kyoto, sólo queríamos ahorrarte el trabajo de derrotarlos- dijo el chico recuperándose un poco más.
-Pues excelente trabajo, idiota, mi equipo fue humillado, recibí la paliza de mi vida y, para rematar, secuestraron a MI NOVIA- gritó el azabache mientras sus manos se encendían con fuerza.
-Pues no debieron venir por mí- se defendió Yusei tratando de encarar al azabache- Es más, nadie les dio la indicación de que vinieran por…
-Sora fue hasta nuestro campamento, lloriqueando que salváramos a su hermanito porque los muy idiotas decidieron enfrentar a Olympiakos ellos solos- gruñó el azabache mientras su mirada se encendía aún más- Agradece que no voy a tomarte del cuello, porque terminaría por derretir tus cuerdas vocales o peor, incinerarte el jodido cuello, imbécil- dijo más enfadado Kyoto mientras cerraba los puños con fuerza.
-¿Esto sólo es por Inverna?- gruñó Yusei enfadado- La princesa de Mythland se muere por ti, una princesa, y tú estás haciendo berrinches por…
Kyoto se molestó más y tacleó a Yusei, cubierto en llamas mientras cerraba los puños con furia.
-¿Sabes algo Yusei?, Confié en ti, Confié en que no cometerías una estupidez, confié en que no intentarías hacer una maldita locura pero me has decepcionado- gruñó Kyoto.
-Venga, golpéame si eso te hará sentir mejor- dijo Yusei en el suelo.
-Pero si no necesito tu permiso.
Dicho esto, comenzó a golpear el rostro de Yusei con el puño, más específico, los nudillos, mientras más llamas salían de su cuerpo y las lágrimas se asomaban en su rostro.
-Y esto es por Inverna, bastardo- gruñó Kyoto mientras más fuego cargaba en el puño.
Antes de aterrizar el puño, fue detenido por una mano imbuida en agua.
-Hijo, detente por favor- dijo una voz adulta con calma, analizando la situación.
-Maldición- dijo el azabache, antes de caer desmayado otra vez.
Atrás de Kazuo estaban los adultos, Eglantine, Dani, Sora, un par de guarda espaldas y algunos soldados de diferentes naciones.
Habían llegado los aliados que conformaban la gran sociedad de The Fantasy.
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Invocó las casas de Oricalco, y encargó a Kazuha con sus padres, Kazuo y Erika, mientras él cerró fuertemente su casa de Oricalco.
Todo ello originado por los últimos eventos del día anterior, generando en él un estado de profunda tristeza, impotencia, y miedo.
Se sentó en un sillón dentro de la sala, prendió fuego a la chimenea, y se dispuso a leer un libro.
Todo era paz y calma dentro del edificio de Kyoto, pero no dentro de su mente, y en su estado emocional…
Las emociones que empezaba a sentir, además de la felicidad con Melodi y Kazuha, el amor por una familia, como sus padres y la que recién formaba con su novia, eran todas positivas…
Hasta que pasó esto.
Un cambio radical en su ruta original le hizo perder al amor de su vida.
Y todo eso había pasado gracias, en el mal sentido, a un idiota que no sabía seguir órdenes.
-Kyoto, ¿Puedo pasar?- dijo una voz femenina muy familiar para él.
No contestó, aún seguía atrapado en el limbo de sus pensamientos y sentimientos.
-Tomaré eso como un sí- dijo la chica de cabello verde y morado mientras tomaba asiento- ¿Cómo has estado?
Otro silencio, lúgubre y oscuro, como si el anterior Kyoto hubiese regresado.
-La señora Miyaah nos está curando a todos, incluso a Yusei por los golpes que le diste, le rompiste la nariz…
El chico seguía callado, incapaz de articular palabras.
-Bueno, iré al grano, en un principio, me oponía firmemente a verte junto a Melodi Inverna, por las cuestiones relacionadas con la guerra de clanes de hace siglos, sin embargo, por lo poco que pasamos juntos, descubrí que ella puede ser la mejor amiga con la que puedas contar.
El azabache sólo procedió a ignorarla, mientras seguía viendo al fuego de la fogata.
-Sé que no tiene caso que te hable, pero al menos debo intentarlo- se sinceró Stella viéndolo con calma- Tenemos que rescatarla, ya estamos aquí, y necesitamos a aquella persona que nos daba el animo de ir y armar todo el desastre que nosotros quisiéramos.
Kyoto seguía sentado, pero esta vez volteó la mirada hacia la joven que le hablaba.
-Kyoto, sé que me escuchas y por ello, quiero darte el ánimo de ir por Melodi Inverna, te lo suplico por favor, Kyoto… ella se ha convertido, ella es, ahora, mi mejor amiga, y no sé qué diablos voy a hacer sin ella.
Una vez dicho esto, salió por la puerta que daba directo a la sala donde el azabache reposaba.
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-¿Cómo está Kyoto?- preguntó Kazuo preocupado.
-Al parecer mal- contestó Stella- No reacciona, y tiene la mirada opaca, sin brillo, no me gusta ver a mis amigos en ese terrible estado.
-¿Crees que otra pequeña charla lo motive un poco?- preguntó Takeshi viendo a Natsuki.
Zentraedi no le había dirigido la palabra desde que ella decretó su “ley de hielo”, y eso la ponía de ligero mal humor, además de la paliza que recibió cortesía de Lenora y Eurekka.
-Sí, si es por mi mejor amiga trataré de hacerlo entrar en razón- dijo la pequeña rubia dirigiéndose a la casa de oricalco.
Se paró frente a la puerta de madera que daba la bienvenida al que Kyoto llamaba Hogar, al menos mientras estaba con Melodi, suspiró, tomó la puerta, y la abrió para encontrarse en un lugar lúgubre.
-Kyoto- dijo la chica al entrar a la casa.
Tras recibir un “Hn” como respuesta, se acercó a la fogata encendida, viendo al joven azabache.
Aún se encontraba golpeado, tras la invocación de las casas de Oricalco sólo se dedicó a ver al vacío, sin abrir realmente su corazón.
Ni siquiera para salir a curarse había salido, llevaba el concepto de “encierro” a su más realista concepción, y eso era con lo que Natsuki quería acabar.
-Kyoto, fue hace 4 años cuando nos conocimos, ¿recuerdas?, fue cuando el torneo inter-escuelas, cuando salimos por primera vez juntos Kyoto, nunca supimos tu verdadero nombre,
Kyoto sólo volteó a ver la chica, mientras su mirada ensombreció, a lo que Natsuki sólo ignoró para seguir con su discurso.
-Melodi te veía como estúpida mientras íbamos en la camioneta, recuerdo que llegó a tirar su paleta de hielo sobre ti para generar plática contigo, irónica forma de “romper el hielo”- dijo la chica con calma mientras tomaba asiento- Recuerdo que ese día funcionó bien el hablarle, pero ella hablaba como si te conociera de siempre, y tú apenas le dirigías la palabra.
El chico se removió inquieto.
-Al final del torneo, fuimos a celebrar la victoria a casa de Zentraedi, excepto tú, que tenías que estar en casa temprano, y ella nos comentó una historia del por qué te habló.
La rubia se levantó, viéndolo con calma.
-La salvaste hace años, en la primaria, cuando tenían 7 años- comentó Natsuki con una sonrisa- Unos bravucones se burlaban de ella, yo estaba escondida, porque estaba más pequeña, entonces fue cuando saltaste tú, la defendiste de ellos, y cuando salí yo, ella sonreía como tonta por su salvador.
El chico volteó a verla, mientras cerraba su libro.
-Ella entró a esa secundaria esperando encontrarte dentro, porque no sé qué corazonada le decía que se volverían a ver, y dicho y hecho, mismo grupo, misma fila, misma cara de idiota enamorada de su súper héroe, y tú no la reconociste.
El chico sólo agachó la mirada, mientras miraba a Natsuki con arrepentimiento.
-En aquellos tiempos mis memorias estaban encerradas- contestó el azabache, provocando un brillo en la mirada de Natsuki- No tenía idea de que la hubiese conocido, me sentí incómodo al verla hablarme como si me conociera cuando realmente nunca recordaba haberla conocido antes de aquella época- dijo el azabache mientras se levantaba.
-¿Entonces qué harás esta vez?- preguntó Natsuki mientras salía con lentitud de la casa, pero con una sonrisa enorme.
-Volver a convertirme en su súper héroe.
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Dieron las 2 de la mañana, y un azabache con una nueva determinación salía de la casa de Oricalco donde estaba sometido al encierro.
Se acercó a la fogata, mejor dicho, las pocas brasas que aún quedaban prendidas, el chico acercó unos leños y las encendió con una pequeña llama.
Se sentó en un tronco que usaban como banquillo y procedió a calentarse, aún con el cuerpo medio roto.
Las nanomáquinas no reaccionaron rápido a la curación al centro del pecho, donde la herida más grave se mostraba, por lo que la herida sólo estaba siendo cauterizada, y las nanomáquinas cerraron los ductos de circulación de la sangre, para evitar la pérdida masiva del líquido.
No había comido, por lo que la poca carne que quedaba le abría el apetito al exponerla al fuego, mientras las especias sazonaban la carne, y decidió esperar sentado en la fogata.
Ideando un plan para intervenir en Olympia, hacer pagar a Golittha por la paliza que le había dado, rescatar a Melodi y destruir el país menor a su más absoluta miseria, sin dejar piedra sobre piedra.
-Nunca confié en ti- dijo una voz adulta tras Kyoto.
El joven azabache volteó con calma para ver a la figura adulta de cabello azul tras él.
Aquel adulto con el que tropezó en una junta escolar, aquel mismo adulto que le preguntó las intenciones con su hija en aquellos años, el mismo que casi lo abofetea cuando negó conocer a la chica (lo cual era cierto, en cierta forma).
Koresh Ryone, el padre de Melodi Inverna.
-Nunca se lo pedí- contestó el azabache restándole importancia- Fue Melodi quien cayó enamorada de mí, muy a su pesar, señor Koresh.
-Nunca me importó quien fuese su novio, siempre y cuando no fueses tú, mocoso del demonio, e hice hasta lo imposible para separarlos, como cambiarla de escuela- dijo el adulto con calma- Su madre me apoyó en cierta forma, cuando nos enteramos que seguía con vida tras el accidente, todos nos fuimos a Brasil para tener una vida apartada de todos, hasta de ti.
-¿Qué es lo que quiere?- preguntó el joven mientras trataba de ignorar al adulto, cosa imposible, pues el adulto era más molesto que su propia hija cuando se trataba de llamar la atención.
Ante la mirada de sorpresa del azabache, se encontró al adulto de cuclillas, con las manos y el rostro al nivel del suelo, mientras le escuchaba sollozar.
-Por favor, muchacho, salva a mi hija- dijo el adulto rompiendo en llanto- Yo soy un simple, y apenas empecé a manipular el aura gracias a mi esposa y mi hija, pero con mi poder actual, es imposible que haga algo por ella, y no tengo a nadie más para confiarle la vida de mi más preciado tesoro.
-Señor yo…
-Si tanto la amas, si tanto quieres estar con ella, si tanto quieres que te de mi bendición para poder estar juntos, es lo único que te pido, que la rescates, y si quieres separarte de ella, hazlo, pero tráela conmigo, y yo me aseguraré de que nunca más vuelva a acercarte a ti, por favor, muchacho, te lo ruego- finalizó el adulto mientras seguía sollozando frente al chico.
-Señor, yo no necesito que me digan que hacer- contestó el chico con crueldad, haciendo que el adulto se levantara asustado- Pero no es algo que usted tenga que pedirme, y no necesito su permiso ni su bendición para hacerlo, voy a rescatarla, la traeré de vuelta, me casaré con ella y, cuando usted menos lo espere, lo haré abuelo, porque me niego a perder a la persona que salvé cuando era niño, y que ahora por fin encontré, no la voy a dejar ir tan fácilmente.
-Muchacho- dijo el adulto acercándose a él- ¿Puedo llamarte hijo?
-Si quiere ocasionarme un problema de parentalidad y ser mi cuarto padre, adelante- dijo el azabache sonriendo- Salí porque quería comer un poco, tenía hambre, ¿gusta acompañarme?
-Por supuesto muchacho, nada como compartir tiempo con mi sobrino y el novio de mi hija.
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Las cadenas en sus manos impedían cubrir la desnudez a la que ahora se encontraba expuesta, a pesar de que juraron no hacer nada contra ella.
-Requerimos mantenerte virgen hasta que el día de tu sacrificio llegue- dijo una voz femenina- Serás desposada por Shinokk y después te llevaremos a la cima de la torre Olímpica, donde serás el sacrificio de nuestro Dios Zeus.
-¿Y acaso no puedes ser tú la chica que sacrificarán?- dijo Melodi mientras trataba que su largo cabello cubriera sus pechos.
-Shinokk me desvirgó ya, así que no soy tan útil para él, caso contrario al tuyo, al no verte como una mujer, él hará y deshará de ti lo que le plazca- dijo la mujer mientras mantenía un horno encendido.
-¿Y entonces con qué motivo estoy desnudada aquí?- preguntó Melodi asustada.
-Te vestiremos después, pero necesitamos hacer algo que, cuando la gente te vea, sepa que eres de nuestra propiedad- dijo la mujer llegando con un sello de hierro forjado- ¿Sabes algo?, el ganado siempre fue marcado para saber de qué lugar provenía y qué dueño tenía.
-No…
-Oh sí- masculló la mujer mientras le pisaba la cadera- Ahora mantente inmóvil, si lo haces, sólo dolerá por poco tiempo.
-No- la mirada de Melodi se estremeció.
-¿Acaso creíste que te irías limpia sin ningún castigo por la cicatriz de mi rostro?, acabas de arruinar mi hermoso perfil griego y eso, maldita perra, merece un castigo.
Y Lenora adentró el hierro candente en la espalda de Melodi, mientras la chica gritaba con desesperación, la poca sangre que salía era inmediatamente consumida, para finalmente ser cauterizada.
Al sacar el hierro candente, una extraña figura estaba mostrándose en la espalda de la chica.
-Ahora sí, eres propiedad de Olympia, y Olimpyakos, con la marca de Urano en tu espalda todo mundo sabrá que eres de nuestra propiedad.
Y se fue de la sala oscura, mientras Melodi seguía derramando lágrimas y el humo en su espalda se desvanecía, dejando ver con más claridad la marca en su espalda.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra. -¿Habrá llegado ya el mensajero?- preguntó Kyoto mientras realizaba algunas abdominales. -Esto...