Capítulo
91: El Templo de Gaia.
Las
montañas flotantes de Olympia, los Montes de Eolo, no eran más que montañas
errantes que se movían con la corriente del viento.
Eso
en apariencia.
Conforme
subían los templos, Riot, Yuusei y Akashi sentían muy difícil caminar, como si
sus pies estuviesen pegados al suelo.
-¿Acaso es muy grande la gravedad aquí?- preguntó
Yuusei- He entrenado fuertemente cargando hasta 3 veces mi propio peso, pero
aquí me es imposible moverme.
-La brujula está girando como loca- dijo Akashi viendo
aquella pequeña rueda- Además recuerden que, cuando paramos para comer, nos
costó mantener a flote algunas ollas de metal.
-Entonces hablamos de un intenso flujo magnético- dijo
Riot- Es imposible movernos, pero para las montañas, es una fuerza mucho mayor
a la gravedad, lo que les permite levitar.
-Entiendo, entonces nosotros, al tener minerales en
nuestro cuerpo, nos es difícil movernos, por lo que no importa tanto el
entrenamiento, es muy difícil porque una fuerza nos aplasta, pero esa fuerza
magnética nos repele, por las polaridades magnéticas, pero los metales es otro
asunto.
-Sí, es lo que mantiene conectadas estos islotes
flotantes, el Archipielago flotante de Eolo, además de interferir con las
señales de comunicación.
-Entonces por eso no he recibido llamadas o mensajes
en este aparatejo- dijo Riot sacando el comunicador- Es difícil cuanto la
recepción de señal es 0.
-¿No era más fácil volar entre las montañas?- preguntó
Yuusei.
-No, imposible- dijo Akashi, hubiese sido muy difícil
para Riot y para mí, porque el aura que se emana al volar es del elemento que
poseemos, por lo que…
-Espera papá- dijo Riot- si tú y yo volamos, seríamos
atraídos por la fuerza magnética, pero…
-Estás pensando en enviar a Yuusei a pelear.
-No papá, es evidente que es incompetente en batalla…
-Oye, yo sólo quería…
-Cuando no sabe seguir una maldita orden o instrucción.
Yuusei iba a seguir replicando, hasta que recordó que,
en efecto, sus amigos estaban en ese embrollo, por culpa suya.
-Debemos enviarlo a encontrar el templo de Eolo, sin
entrar en combate, repito, SIN ENTRAR EN COMBATE.
-Entiendo, entiendo, ya aprendí de mis errores,
entonces supongo que debo buscar la entrada al templo de Gaia.
-Así es, suerte- dijo Riot mientras tomaba asiento.
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Tras una larga espera de dos horas, Yuusei llegó con
velocidad, mientras le veía con calma.
-La entrada al templo está bajo nosotros- dijo Yuusei
con la respiración agitada.
-Pregunta- dijo Riot con calma- ¿Por qué no revisaste
el lugar donde estábamos antes de ir como loco a otras montañas?
-Bueno, no pensé que la entrada al templo, mejor
dicho, el mismo templo, estuviese bajo nosotros, sería demasiada…
-Entiendo, entiendo- dijo el castaño juntando sus manos-
Bueno, debo entrar, Atributo Metal/Tierra: Taladradora.
Y un aura metálica comenzó a formar un cono con algunas
salientes rodeando al mismo.
Y apuntó aquella técnica en las montañas, sabiendo
que, por el aura metálica que le imbuía, la montaña atraería la técnica, siendo
más fuerte de cierta manera.
-Los veré al salir de aquí, y por favor papá, evita
que ese idiota se meta en problemas.
-Claro hijo, suerte- dijo Akashi con calma tomando el
hombro de Yuusei.
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El templo de Gaia era lo contrario a lo esperado.
Riot esperaba ver a la Titanesa de la Tierra
materializada en una estatua en un lugar cerrado.
Pero no, lejos de la expectativa, había una gran
ciudad dentro de las montañas Eolo, grandes edificios que iluminaban el
interior de las montañas.
Riot suspiró con tristeza porque por el bien de su
amiga, de su amigo, de su equipo, de los amigos de su padre y por la culpa de 8
lunáticos, morirían muchas personas a causa del conflicto que estaba a punto de
desatar.
-Nunca antes debieron tantos a tan pocos- dijo Riot,
citando a Winston Churchill.
Una frase dicha en su momento más y menos favorito, la
segunda guerra Mundial, y que ahora aplicaban a lo que estaba a punto de hacer.
-Siento pena por la gente- dijo el muchacho.
-No deberías sentirla- dijo una voz femenina pero
profunda.
-Pensar que estoy a punto de hacer una locura, ¿Se
atreve a decirme que no debería sentir tristeza?
-No, sé a lo que vienes, pero de mi cuenta corre que
no pasará nada- comentó la voz femenina.
Riot se volteó amenazante para encarar a quien le
decía que se calmara, fue cuando la vio fijamente, cabello castaño con algunas
ramas enredadas alrededor, finalizando en una suerte de tiara, los ojos verdes,
y ropa hecha con hojas de la misma naturaleza, lo que sorprendió más a Riot fue
la asombrosa altura de la mujer, haciendo cálculos, supuso que serían como 3
metros de altura.
-Yo protegeré a esta gente y a toda Olimpia, como su
madre original que soy- dijo la mujer- La titanide de la tierra, Gaia, Gea, o
Terra.
-Está…
-Libre, sí, me di cuenta de las intenciones de
Olympiakos, cuando se acercaron a pedir los favores de la titanide de la
Tierra, pude verlo, el futuro gracias a mi hijo Cronos- dijo la mujer con
calma- ¿Verdad, Russell?
-Así es Señora, gracias a usted, el templo se ha
mantenido a salvo.
Un adulto castaño salió de una casa debajo de su
posición actual. Riot se colocó en posición de batalla, aunque un tanto
relajado.
-Russell Orwell, se suponía que yo debía ser tu rival,
sé a lo que vienes, pero te digo de corazón, no hay manera de que ambos
tengamos que pelear aquí, no cuando eres el más fuerte de tu equipo, además…
Una niña pequeña tomó las manos del adulto, ante la
mirada de sorpresa de Riot, Russell pudo notar la sorpresa en Riot y soltó una
sonora carcajada.
-Dioses, ¡¡¡NO!!!- gritó después de reir- Su madre, mi
esposa, es la guardiana del templo de Afrodita, Eurekka, a éstas alturas debe
estar…
-Creo que está viva, señor- recordó Riot la llamada-
Mi amigo llamó antes de perder la señal de mi comunicador, diciéndome que una
pequeña amiga le dio la paliza de su vida a Eurekka y ganó, pero no la mató.
-Ella y yo no teníamos elección, ser los guardianes o
dejar que nuestros templos perecieran.
-Pero entonces lo de Yusei
-Ah, su amigo el gigante de Hielo, la única vez que
nos dejamos ver fuera de nuestros templos fue para darles la cálida bienvenida,
lamento si ese día me excedí con los golpes que te di, si no lo hacía,
sospecharían de nosotros y seríamos tratados como traidores.
-Descuida, no dolió tanto como la humillación, ahora
bien, sabes que no me puedes dejar ir así como así…
-Sí puedo, Gaia es más poderosa que Shinnokk, no puede
hacer nada contra ella, ni contra nadie más de los Drakkengarr, sobre todo
sabiendo que tenemos las bendiciones de los dioses a nuestro favor.
-¿Entonces por qué diablos obedecen a Shinnokk si son
más fuertes que ellos?- preguntó Riot con enfado.
-Por el único que puede destruir nuestro país sin
titubear, y todo el gran continente, Golittha Calixx, el líder de los
Drakkengarr, tiene prisionero a Urano, el dios de los cielos, por eso es que
nadie puede hacer mucho por este país.
-¿Y destruyendo los templos de los demás dioses?, ¿No
sería más fácil destruir los templos o las estatuas de los dioses?- preguntó
Riot con enfado.
-Sí, y no, verás, el que Golittha haya capturado a
Urano, lo hace el más fuerte de los Drakkengarr, incluso, más que un Dios, pero
eso no lo hace inmortal, se dice que Golittha era aficionado de la épica de
Gilgamesh, entonces se puede decir que vendió su alma al un demonio para ser
igual de fuerte pero sin ser inmortal- contestó Gaia con calma.
-Eso implica que estamos atados bajo las órdenes de Golittha,
en consecuencia, de Shinnokk, pero si han liberado a algunos de los dioses,
significa que podemos regresar a una Segunda Titanomaquia, pero tendría aún a
alguien más poderoso de su lado- agregó Russell.
-Todo ello hasta que Urano sea liberado, ya que una de
las condiciones para el pacto, era que Urano debía estar prisionero- dijo Gaia
con calma.
-No tan rápido su Deidad, hay algunos más fuertes de
lo que Golittha lo son, ellos son de quienes deberían preocuparse.
El castaño veía como la conversación volvía a ser
entre dos personas nuevamente, en vez de grupal, a lo que fingió toser para
llamar la atención.
-Bien, entonces, si no hay templo que destruir, ¿Qué
procede?- preguntó Riot con enfado.
Se sentía decepcionado en cierta forma, él quería
pelear.
-Tengamos un combate amistoso, hay algo que quiero
regalarte, pero debes ser digno de ellas- dijo Russell con calma.
-Ahora sí estamos hablando- contestó Riot con una
sonrisa mientras adoptaba posición de combate- Creí que venir era una pérdida
de tiempo.
El suelo donde estaban se removió, creando una forma
cónica perfecta invertida, y éste mismo cono comenzó a levitar, con ambos
peleadores en la superficie.
-El primero en caer inconsciente, o fuera de la
plataforma, pierde- dijo Gaia emocionada- ¡¡A PELEAR!!!