viernes, 13 de mayo de 2016

Capítulo 59: Efectos del Hidromiel.



Capítulo 59: Efectos del Hidromiel.
-Kyoto, debo irme, si es cierto lo que dices, sobre mi pueblo, debo apresurarme…
-Espera, Hyutsuchi, hay algo que no me has contado.
-Sí, mis padres murieron, pero Norwind tenía un trato con mis tierras- comentó el azabache de piel bronceada.
-¿EH?- preguntó Kyoto en las puertas del norte de Hefestos.
-Soy el príncipe de Gruunland, por eso me llevaron, Norwind alcanzó a salvarse porque su hija mayor se casó con el rey de Citizen, pero nadie mencionó sobre una hija menor, que es mi prometida…
-Bien, supongo que te llevarás a Sora- dijo burlón Kyoto.
-Nunca la dejaría, es mi pequeña brújula de bolsillo, jajaja.
-Ruego porque no nos escuche.
-Pues sus ruegos no hacen efecto, idiotas- comentó una castaña- Yusei, vámonos ya.
-Claro Sora-chan- dijo Yusei mientras cerraba el puño- Kyoto, nos volveremos a encontrar en el camino, y espero después de esto volver a combatir contigo, eres el único en darme una batalla esplendida.
-Si sigues así terminarás enamorado de mí- comentó Kyoto con burla.
-Tal vez, espero estar casado para evitar hacerlo, Sora, vámonos ya, tu novio debe estar esperándote en Norwind.
-Sí- contestó la joven castaña.
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-Tymir, maestro, ¿a qué se refiere con el Alma de mi hijo?
-El alma de tu hijo la sellaste en estas piedras, ¿me equivoco?
-No maestro, tenía que hacerlo o moriría y…
-No me interesan tus explicaciones, Kazuo, ¿por qué demonios no consideraste la normalidad de tu hijo?
-Mi hijo con una normalidad moriría sin remedio, así que sellé su alma dentro de esta piedra, y ahora usted forjará una espada con el alma de mi hijo.
-Tendré en mente eso, así como tú lo tuviste cuando sellaste su alma aquí, Kazuo.
-No quise hacerlo…
-Te quedarás aquí Kazuo, sin seguir a tu hijo a los demás países mayores, él se hará cargo solo de esos eventos.
-Pero maestro, sin el peso político, Kyoto no podrá…
-Recuerda a Jesús, era un Rey sin ser realmente un político, y revolucionó las enseñanzas bíblicas, Kyoto revolucionará The Fantasy, siendo un AJENO…
-¿Y yo que haré?
-Volverás a mi tutela, te has vuelto un inútil cuando dejaste de Fantasy, así que….
-Tengo miedo de lo que me va a decir…
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-Entonces el viejo enano te ha ofrecido volver a las forjas- comentó Kyoto bebiendo hidromiel.
-Oye, ten cuidado con la bebida…
-Contéstame.
-Sí, el Maestro Tymir volverá a entrenarme en las forjas, algo trama el viejo.
-Si Tymir te escucha decirle viejo, te matará.
-Sí, tienes razón- comentó Kazuo bebiendo el hidromiel.
Al voltear la vista, vio una chica de cabello azul tomando una de las jarras, y vio que se la empinó por completo.
Kazuo solo volteó con un maligno plan, era la venganza por no dejarlo dormir con su esposa.
-Kyoto, el Hidromiel es muy fuerte, lo sabes bien.
-sí, solo es una jarra chica, no pasará nada conmigo- comentó el azabache con soberbia.
-Bien, entonces puedes cargar con una persona ebria a su habitación supongo.
-Padre, si piensas que voy a cargarte, estás muy equivocado.
-No hablo de mí, hablo de…
-Kyo-kun…
-Ella.
La chica de cabello azul abrazó al joven azabache, que estaba sorprendido por el cambio de actitud de la chica, que, si bien era algo desatada, esta vez se notaba algo, distinta.
-Inverna, ¿pasa algo?
-Te extrañé, Kyo-kun…
-Tu boca huele a alcohol, no me digas que…
-Me dieron… algo muy dulce… sabía a… ciruela… estaba muy… delicioso.
-Eso era hidromiel, tonta…
-Estaba muy… rico… pero acabo de… encontrar algo más… suculento…
-¿Qué?
-Esto.
Y la chica estampó sus labios en los del chico, quien seguía algo asustado con la actitud de la chica, y eso que llevaban apenas media semana de novios.
-Bueno, debo ir a dormir, que tengas una linda velada hijo- comentó Kazuo pasando junto a él.
-Espera Papá, ¿no me ayudarás?- preguntó el joven azabache.
-No, eso no es asunto mío, adiós…
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-Melodi se pasó con el alcohol- comentó Riot abrazando a su novia.
-Solo tomó una copa, ella es fuerte, estoy segura que resistirá- comentó Stella
-¿Apostamos?
-Va.
-Sabes, apostaría a que Kyoto y ella solo dormirán juntos, porque ella en el estado avanzado de ebriedad en el que se encuentra, llegará a la cama, y plop- aseguró
-Je, no lo creo, ahora son novios, nada impedirá que abusen de la inocencia de Kyoto, así que perderás…
-Tienes mala fortuna, cuando eras Mindy y Windy siempre perdías, ¿ahora qué te hace pensar que ganarás?
-Tengo un instinto femenino infalible, algo dentro de esa casa pasará.
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-Muy bien Inverna, te llevaré a tu departamento- comentó Kyoto dirigiéndose al hotel donde se estaban hospedando.
-Mi… departamento… está… lejos- comentó la chica con voz interrumpida.
-Es que no hay de otra Inverna, tienes que dormir, en dos días partiremos…
-Si… nos vamos a ir… en dos días… hic… entonces quiero… quedarme contigo…
-Amor…
-No me… digas amor…
-¿Te molesta acaso, amor?
-Es que si me dices amor voy a terminar violándote aquí mismo, amor…
El azabache terminó ruborizado, mientras activaba el Catalyst.
-Tal vez no sea muy útil, pero...
-Pequeño K-kun… las técnicas ilusorias… no sirven en… alguien que… está de… delirando.
-Entonces…
-Vámonos, amorcito.
La chica lo llevaba a rastras por todo el reino, mientras Kyoto estaba asustado, por primera vez en su joven vida, estaba totalmente asustado de su destino.
Melodi lo llevó a rastras, congeló sus manos y sacó las llaves de la habitación del joven azabache.
-I…Inverna…
-Voy a privatizar a Kyoto-kun.
-¿EH?...
No dijo más, la chica lo aventó a la cama y el hielo de las manos se expandió a la cabecera, dejándolo inmóvil.
-Oh, fuego…
-No lo harás, Atributo Agua: Anegar…
Cuando Kyoto trató de canalizar aura ígnea, el hielo se endurecía más y más,
-¿Qué demonios?
-Anegar convierte cualquier aura en atributo agua, por lo que intensifica el hielo que te apresa… no saldrás casto de esta situación, K-kun…
-Mier…
-Ya te dije que serías mío…
-Ayuden…me
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Fuera del departamento de Kyoto, una chica de cabello verde y un castaño escuchaban la conversación privada que se manifestaba en el recinto, hasta que la chica habló.
-Gané- dijo una chica estirando la mano.
-¿Pero cómo?
-Intuición femenina, además de esto, leyes de los signos, Windy y Mindy eran signos negativos antes de fusionarnos, después de la fusión algo pasó dentro de mí que me elevó de manera positiva, contrario a ti, en primera instancia, Ride era quien armaba las apuestas, pero Rode siempre perdía, negativo por positivo da negativo, simple aritmética- comentó la chica de cabello verdoso aún con la mano estirada.
-Maldición- masculló el castaño mientras le daba el dinero.
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En un lugar repleto de hornos y calderas, un adulto y un anciano entraban con calma, viendo el fuego soplar por todas las chimeneas gigantes de la ciudad.
-La forja, Maestro, hace tiempo que no entro aquí y…
-Kazuo, no estoy para juegos- comentó Tymir con furia- Creíste que yo forjaría las armas de tu hijo, pero no, mis enanos crearán las armas de los chicos, pero tú, tú harás lo que te dije, tu castigo será, ya que sellaste el alma de tu hijo en una piedra, darle forma, filo y poder a esa piedra, tú darás forma a su alma, con tus propias manos…
-Pero Maestro, no puedo hacer eso, es mi hijo…
-Mismo hijo de quien sellaste su alma…
-¿Me lo recriminará toda la vida?
-No, solo quiero ver los niveles de insensibilidad del “Gremio de Ciencias Médicas”.
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-Ufff… me salvé- masculló un chico azabache con el brazo bajo Melodi.
Ella estaba desnuda sobre él, cubierta con una sábana, pues al quitarse la última prenda, ella quedó dormida, inhabilitando la habilidad Anegar, permitiendo a Kyoto derretir el hielo de sus manos, y al menos había conservado su ropa interior.
-Eres bella, pero en una situación así… Dios mío Inverna, estamos en preguerra, ¿cómo diablos crees que haríamos algo así?
-Tal vez es el mejor momento, por eso lo intento- comentó una voz proveniente de la puerta.
-Esto no te incumbe Inoue…
-Claro que me incumbe, Kyoto, es mi amiga, estamos pasando por un momento de amplia tensión y…
-A Takeshi Inoue no le hará gracia que su niñita ya no es virgen y pura- comentó el azabache.
-No me interesa, los hombres Inoue no tienen que involucrarse en decisiones que no les corresponden, a pesar de que sean sus hijas, además, si dejé de ser virgen con Zentraedi, déjame decirte que valió la pena, tú eres quien se está tardando…
-Inoue, tú tienes una relación de 3 años con el lobo, yo apenas tengo días de empezar a salir con ella.
-No creo que ella piense lo mismo, francamente apostaría a que lleva aproximadamente cinco años aguantando las ganas de privatizarte, K-kun…
-No te incumbe enana, ahora largo, que si se despierta pensará lo peor…
Y comenzó a vestirse, empezando por su pantalón, su camisa y la enorme gabardina, el clima frío sentaba perfecto para aquella vestimenta.
-A Practicar.

Capítulo 58: El país de los Enanos: Hefestos.



Capítulo 58: El país de los Enanos: Hefestos.
Llegaron a una tierra vasta y extensa, cuyas llanuras se inundaban en humos y vapores salientes de construcciones de piedra y metal, contrastantes con la nieve que caía en aquel reino.
Caminaron el resto del camino, dispuestos a llegar a donde aquellas casas emanantes de vapor como chimeneas de locomotora estaban, Erika se inundó de nostalgia, recordando los tiempos cuando llegaron hacía unos años atrás.
La puerta gigante de bienvenida, hecha de madera de caoba negra y barnizada, estaba vigilada por dos hombres de estatura baja, con armaduras de metales extraños, que sostenían hachas dos veces su tamaño, y finalmente tenían una mirada severa, de gran sabiduría y experiencia.
Kazuo se adelantó, conocedor de aquellas vastas tierras, supo que sería un imbécil completo si no correspondía al protocolo de los habitantes de Hefestos.
-Saludos valerosos caballeros- saludó Kazuo- Estamos aquí de visita diplomática y…
-¿Citizen o Cydonia?- preguntó secamente el enano de la puerta izquierda.
-Belladona, señor Glaeder.
-Debes ser Kazuo, el mandatario de aquel país, podríamos dejarles pasar, pero aquel mocoso de cabello negro se ve extrañamente sospechoso y…
-Es mi hijo…
-Sea lo que sea de ti, necesitamos averiguar sus verdaderas intenciones- comentó el enano de la derecha.
Kyoto se adelantó, comprendiendo lo que los enanos querían decir, y si querían sospechar…
-Oh, son simples, adelantar el fin del mundo- contestó con una sonrisa cruel.
-¿El Ragnarok?- Preguntaron ambos enanos asustados.
-Llámenlo como quieran, de todas formas, nadie saldrá vivo de aquí si siguen con esos estúpidos prejuicios.
Los enanos estaban atónitos, debían dejarlo pasar, pero sabiendo que el rey de los enanos no le aceptaría tal afrenta.
-¿Ven?- preguntó Kazuo- Es mi hijo, y sus amigos, venimos en paz, aunque este pedazo de idiota simplemente le gusta ocasionar problemas- masculló ahorcando a Kyoto.
-Oh, bueno, solo enséñenle los protocolos de nosotros los enanos y posteriormente irán con el rey Tymir, y otra cosa, jóvenes caballeros, sabemos que llevan minerales preciosos y de invaluable poder, ¿cierto?- preguntó Glaeder mientras tomaba su llave.
-Oh, bueno, no sabemos su valía, pero realmente buscamos herreros que puedan forjar armas, porque las necesitamos- explicó Melodi mientras tapaba la boca de Kyoto.
-Bueno, esperemos que busquen lo que encuentren aquí, en Hefestos.
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Al ingresar, una nube de humo y vapor les recibió con extrema calidez, mientras Kazuo paseaba lentamente por la gran ciudad.
Acompañados por Yusei y Sora, el equipo de Kyoto veían con calma la ciudad, para ver a los enanos trabajar.
-¿A qué diablos se supone que venimos aquí?, a estas horas, Citizen debe estar avanzando para invadir los reinos menores.
-Te equivocas, Yusei- comentó Kyoto- Venimos aquí porque necesitamos ayuda de los enanos, ellos son los mejores herreros de la región, ellos nos ayudaran a crear las cosas que necesitamos.
-¿En serio confiarás en estos seres?- preguntó Sora.
-Son amigos, y estarán de nuestro lado, o trataré de ponerlos de nuestro lado.
-¿Tratarás?
-Escucha Yusei, tú no sabes cómo se lleva a cabo una guerra, tenemos que verificar el lugar, para evitar que inocentes salgan lastimados, las fechas, y ten por seguro que tú no quieres ver otro país abrasado por las llamas de la ambición- masculló el azabache molesto.
-Bien, bien, ¿entonces cuáles son los escenarios que tienes planeados para esta ridícula guerra?
-Tengo dos, el primero, Ellos se unen a nosotros y nos ayudan a crear nuestras armas, o segundo, simplemente crean las armas, nos las proveen, pero no nos apoyan.
-¿Y el resto de los países?
-Silkland es un país pacífico, tengo por seguro que es muy probable que se rehúsen a apoyarnos, a lo mucho, nos crearán armaduras, Mythland, iremos ahí para ponernos de acuerdo con los elfos y demás seres mitológicos, por defender sus tierras estoy seguro que se unirán y Cydonia, con ellos lo que haremos será demostrar que estamos de su lado, y así ellos estarán del nuestro.
-Oh, ya veo, entonces no vienes tan vacío como pensé, ¿y cuál será mi papel?
-Serás el embajador de todos los reinos menores, si haces sumas, todos los reinos son más grandes que Belladona misma, así que ten fe que lograremos hacer algo grande.
-Kyoto- habló Kazuo al frente- Recuerda que debes ser el representante, así que te mostraré los modales ante el Rey Tymir, ¿ok?
-Bien- comentó el joven azabache con atención.
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Entraron al palacio, donde las columnas de hierro forjado y acero templado daban la bienvenida, mientras grandes armaduras ligeramente escamosas se mostraban impasibles ante el paso de los quince guerreros que visitaban el país.
Kazuo se adelantó y se arrodilló ante un ente de baja estatura sobre un trono de hierro.
-Rey Tymir, vengo a…
-Sé a lo que vienes, Kazuo, el omnisciente Odín me lo reveló, Hugin y Munin, sus cuervos fueron enviados para que me informaran de lo que venías a informarme, y estoy en completo desacuerdo contigo.
-Lo sé, majestad es solo que…
-No puedes solo contra un reino gigantesco a pesar de tus grandes logros Kazuo, eres despreciable y ruin…
Kyoto permanecía de pie, mientras fruncía, y sus pies se movían de un lado a otro.
-Lo sé, Rey Tymir, y lo lamento, en verdad lo siento.
-Y tienes el descaro de pedir perdón, un guerrero de verdad nunca se arrepiente, pero esto, no merece el perdón de Odín, Kazuo, me has decepcionado.
-Pues no eres su padre- masculló el joven azabache de pie- ¿A ti que te importa lo que hizo mi padre?, venimos a pedir tu apoyo, pero me encuentro con que le tiras mierda a mi padre, ¿y qué si cometió errores?, es mi héroe, y eso es lo que importa.
-¿Quién eres?
-Kyoto Katekyo, hijo de Kazuo Katekyo.
-Recibiste el curso de los protocolos para dirigirte a un rey.
-Sí, pero me da flojera aplicarlos, además, acaba de perder mi respeto.
-Hump, ya veo- masculló el enano bajando de su trono- Tu padre fue mi alumno, cuando estuvo aquí.
-No lo sabía, aun así, no tiene ningún derecho.
-Me agradas muchacho, nunca nadie había tratado de faltarme al respeto, solo te faltó decirme “grotesca criatura”.
-No soy tan canalla- masculló el azabache mientras se sentaba en flor de loto al suelo.
-Kazuo, explícale sobre mi identidad.
-El Rey Tymir- comenzó Kazuo- Es quien ocupó el cargo como padre tras la desaparición del mío, y fue quien me entrenó en las artes oscuras.
-¿Un duergar poseído por la oscuridad?- pregunto Kyoto asombrado.
-Digamos que yo poseí la oscuridad, soy el primer enano en manipular los metales preciosos de sombra y no caer bajo el poder de estas, gracias a ellas es que soy reconocido en el mundo como el Rey Oscuro de Hefestos.
Kyoto solo tragó saliva mientras veía al enano sonreír.
-Munin me lo dijo todo, ¿vienes a desatar el Ragnarok?- preguntó el rey.
-Sí, así es, más bien, vengo a liberar a The Fantasy del país de Citizen.
-Caos contra orden, eso es el Ragnarok,
-Bien, ¿qué dice de mi oferta?- preguntó Kyoto mientras veía con interés.
-Estaré de acuerdo, si me permiten crear armas para ustedes, Hugin me contó que tienen minerales preciosos recogidos de minas que ninguno de nosotros podríamos encontrar, ¿cierto o falso?- preguntó Tymir.
-Es cierto, chicos- el azabache señaló a sus amigos.
Uno por uno fueron pasando con una bolsa de piel que contenía los minerales que iban a examinar.
Tymir se levantó mientras veía con detenimiento las bolsas.
-Piedra Marina- comentó viendo la bolsa de Melodi -Piedra Roja de Ares- dijo al ver la bolsa de Zentraedi, y siguió avanzando- Hierro Meteórico- agregó mientras pasaba frente a Stella- Carbón de Gaia- masculló mirando la bolsa de Riot- Ámbar Trueno- dijo al ver la bolsa de Natsuki.
Yusei y Sora se miraron nerviosamente, mientras veían a Kyoto.
-Ustedes dos, ¿qué traen?- preguntó Tymir.
-Desafortunadamente…
-Sus minerales los tengo yo, mi señor- aseguró Kyoto- Hielo Férrico y Caoba Acerada, si gusta verlos mi señor.
-NO hace falta, pero tú, eres el que emana un aura impresionante…
-Munin…
-Mi percepción, algo que me dice que…
-Traigo esta roca.
Y dejó caer una roca gigantesca, cuyo color negro contrastaba con pequeñas gravillas incrustadas blancas, Tymir la partió en dos, y una de las mitades de la roca se pintó de blanco.
-Necesito ambas, para hacerte tus armas.
-¿Armas?
-Por alguna extraña razón, estas piedras esta relacionadas al cien con tu alma.
-¿Cuál alma?
-Dime, joven Katekyo, ¿de donde sacaste esas piedras?
-Las encontré apenas empezando mi Segunda Vida.
-Y tienes noción que careces de alma, ¿cierto?
-¿Eso qué tiene que ver?
-Que es tu alma, lo que está dentro de estas piedras.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra. -¿Habrá llegado ya el mensajero?- preguntó Kyoto mientras realizaba algunas abdominales. -Esto...