viernes, 14 de octubre de 2016

Capítulo 61: Un momento para disfrutar.



Capítulo 61: Un momento para disfrutar.
-No me dejes sola- dijo la chica de cabello azul mientras aguantaba las lágrimas- Estuve esperándote años para ser la chica que compartiría su vida contigo, como para ver que has muerto que te alejas de mi lado, no otra vez, no lo resistiría.
Kyoto le miraba fijamente mientras la abrazaba, sin saber exactamente qué decir, ahora que era más humano sabía acerca de los sentimientos, si le decía que no la dejaría sola, ni él mismo estaba seguro…
-Kyo-kun, promételo…
-Yo… lo intentaré- masculló el azabache bajando la mirada.
-¿LO INTENTARÁS?...- la chica cambió súbitamente su tono de voz
-Es que… déjame explicarte… esto es una jodida guerra, alguien tiene que morir.
-KYOTO-KUN…
-Hump… “En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural”, eso lo dijo Edgar Allan Poe una vez, seguimos siendo hombres simples Inverna, y sentimos ese deseo de proteger cualquier cosa aún a pesar de nuestra vida- masculló el azabache tomando de las manos a su ahora novia- Alguien debe quedarse aquí a garantizar la paz de este mundo, de convertirse en el símbolo de la armonía.
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Doce horas antes…
-Kyoto, es imposible que quieras convocar una guerra entre ambos sectores continentales, es decir, apenas tu y yo tenemos un ejército lo necesariamente grande apenas para combatir a Mythland, pero Citizen es otro punto y aparte, querer atacar a Citizen es como querer atacar un continente completo.
-Pero no solo tendremos a un ejercito, será mucho más grande, planeo orillar a todo aquel país que no pertenezca a Citizen a una guerra sobre la cual tendremos ventaja- comentó el azabache con seriedad.
-¿Tan solo Belladona y Hefestos?, perdóname Kyoto, pero estas demente- regañó el enano a Kyoto mientras tomaba sus sienes- Dani, tráeme un poco de Hidromiel.
-Que sean dos copas, por favor- pidió Kyoto mientras sonreía siniestramente.
-Yo quiero…
-Tú no volverás a tomar hidromiel, Inverna- comentó el azabache- Tymir, quiero que me apoyes en esta guerra, porque tengo una ambición, y es liberar a The Fantasy de la Expansión Territorial de Citizen, si logramos destruir toda esa maldad, podemos vivir en paz.
-Kyoto, Kyoto, Kyoto, aun si acabas con lo que conoces como MAL, la ambición seguirá presente, y eso volverá a desenvolver el mal, además, ¿acaso planeas quedarte aquí?- preguntó el Enano viendo fijamente a ambos jóvenes.
-Sí, eso planeo, planeo mantener la paz quedándome aquí, ya sea como un mensajero de paz, o como el sacrificio del Resultado de la Guerra.
Melodi sintió el corazón romperse en cuanto el joven azabache dijo eso, es probable que ella también quisiera estar con Kyoto y quedarse en aquel mundo, pero…
-Bien, te ayudare, pero necesito que formes bien un ejército, que me confirmes con seguridad…
-Sé de qué hablas, y te aseguro que así será, forma guerreros fuertes, y saldremos victoriosos- agregó el azabache con firmeza.
-Bien, te apoyaré- dijo el enano mientras tomaba su cabeza- Mi hijo Dani será el comandante de las fuerzas de Hefestos, ¿no tendrás problema en ello?
-Para nada, si es hijo suyo y lo ofrece al ejercito con orgullo, es que es fuerte, y usted lo reconoce- comentó el azabache- Muchas gracias por su apoyo- dijo haciendo una reverencia de pie- Ahora solo debemos ir mañana por el Mar de la Serenidad, para llegar a Mythland.
-Claro, mientras tanto, disfruten de este su último día de estadía en Hefestos, espero haya sido provechosa- comentó el enano haciendo una reverencia.
-De pie honorable Rey, he disfrutado mucho este lugar y me encantaría quedarme un día más, Rey Tymir, agradezco esa prueba de amistad al confiarme a su hijo a tan noble y peligrosa misión- comentó el azabache sonriente mientras tomaba la copa de hidromiel y la chocó con la copa de Tymir- Una vieja tradición, a Salud, POR THE FANTASY.
-POR THE FANTASY- dijo el Rey Tymir.
Y tomaron la copa hasta el fondo, para infortunio de Melodi, que no probó gota alguna.
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Salieron del Palacio del Rey, y Kyoto tomó a Melodi por el brazo, ella saltó consiguiendo que él la cargase al estilo princesa, el azabache voló directo a una de las lagunas que rodeaban Hefestos, al estar cerca de una zona volcánica, se había desarrollado un valle con Aguas termales para los que quisieran escapar de las temperaturas frías, el Valle del Infierno de Hefestos.
Kyoto se quitó la gabardina negra que cubría gran parte de su cuerpo, cuyo torso se encontraba descubierto y la piel blanca estaba tomando un ligero bronceado.
Melodi no evitó desviar la mirada, mientras hacía memoria de aquella noche loca en la que casi pierde su virginidad en manos del hombre que ella amaba, pero ebria, ahora estando sobria era otro asunto.
-Amor, te traje aquí para disfrutar de una de las maravillas naturales de Hefestos, el Jigokudani de The FANTASY, llamado El valle de las termas, reservé todo este lugar solo para nosotros- dijo el azabache mientras tomaba su cabello y lo arrojaba hacia atrás, dejando ver su ojo izquierdo.
Una cicatriz le fue revelada en el hemisferio izquierdo del rostro del azabache, quien tomó un poco de agua de las termas y la frotó contra la misma hendidura, volviendo a alisar la piel del azabache.
-Debería agradecer que Tymir me recomendó estas aguas, son fabulosas- comentó el azabache mientras quitaba los botones del pantalón negro.
-K…kyoto-kun
-Anda mocosa, no seas tímida, y ven conmigo.
La chica solo asintió mientras, con excesivo nerviosismo, comenzaba a quitar su ropa, a la vez que Kyoto ya estaba dentro de las termas.
El azabache soltó un largo suspiro mientras el agua corría por su cuerpo, por su parte Melodi, ya desnuda, entraba con lentitud acoplándose a la temperatura del agua.
-Apenas es de mañana, pequeña, tenemos todo un día para disfrutar- comentó el azabache enfatizando el todo- Además, quiero estar a tu lado.
-¿Siempre?- preguntó la chica ya dentro del agua.
-Siempre.
-¿Nunca me dejarás sola?- Preguntó la chica acurrucándose hacia el azabache.
-No, nuca te dejaré, lo prometo, Melodi Inverna- dijo el azabache estrechándola en sus brazos.
-Oh, veo que necesitaban un poco de privacidad- comentó una rubia frente a ellos.
-Na…Natsuki-chan- dijo Melodi cubriéndose.
-¿Qué no estas aguas termales no eran de baños separados?- preguntó Stella mientras estaba de espaldas a ambos.
-Sí, y se suponía que había reservado este lugar especialmente para esta tarde- masculló el azabache mientras sonreía con malicia.
-¿En serio?, es una pena, entramos diciendo que somos tus amigas, y los otros dos están del otro lado, en el de hombres- comentó la rubia mientras veía con nervios la sonrisa de Kyoto.
-Atributo Fuego...- dijo el azabache mientras el agua a su alrededor comenzaba a burbujear.
-Bien, bien, tú ganas, nos vamos- Dijo Natsuki mientras salía del agua, con una toalla cubriendo su cuerpo- Pero solo te digo algo, tus actos egoístas te llevaran a lo peor.
-Solo estas molesta que quiero pasar tiempo de calidad con mi novia a solas sin un grupo de idiotas tras nosotros, estamos a punto de una maldita guerra y necesitamos relajarnos- dijo el azabache con calma, ignorando el comentario de la rubia- Eso también incluye a sus mascotas- masculló el azabache apuntando a los baños termales del lado masculino.
-Pero…
-Sin excusas, llévenselos de aquí maldita sea.
-Está bien, está bien, por egoísta te saldrán imperfecciones en el rostro- masculló Natsuki saliendo del lugar.
-Stella- dijo Kyoto mientras veía a la chica que seguía de espaldas- Largo.
-ASH, ¿acaso una no puede distraerse en este bello lugar?
-Nope, chaito- dijo el azabache mientras le señalaba la salida.
-Maldita sea- gruñó la chica saliendo de las termas.
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Estuvieron un tiempo en las aguas termales, y cuando la temperatura comenzaba a descender gradualmente, ambos salieron a ver la puesta de sol, a una montaña rocosa.
Melodi estaba insegura, sabiendo que su romance, a ojos de otros, sería mal visto, pues claro, estaba siendo novia del azabache apenas a dos semanas de la muerte de la novia de este último, y sus sentimientos despertaron así de repente…
-¿No es raro?- preguntó definitivamente la chica mientras veía al sol esconderse- Digo, tus sentimientos solo florecieron a la luz de un recuerdo, o una invasión de recuerdos, yo quería estar contigo, no forzarte a esto, me odio, soy tan egoísta, solo quería estar contigo y…
-No lo eres- masculló el azabache mientras le miraba a los ojos- Egoísta es aquel que, contra todo y todos, quiere obtener algo, y si no lo tiene, patalea, llora, agrede e insulta, pero tú, solo quisiste estar conmigo, y cuando no lo hice, te alegraste, esperando que esa persona me hiciera feliz, lo nuestro no es forzado ni nada por el estilo, lo nuestro solo nació, tú ya estabas enamorada de mí, solo faltaba que yo decidiera probar ese amor, y ahora debo disfrutarlo, sin tabús- dijo el chico mientras miraba a las estrellas-
“Hay personas que no lo van a entender, que patalearan, lloraran, insultaran y te harán menos solo porque no querían que yo estuviese contigo, pero solo te digo algo: Me importan un bledo sus opiniones, porque esta decisión yo la tome, yo viviré contigo, yo pelearé contigo, sufriré contigo, ellos no lo harán- finalizó el azabache tomando el mentón de la chica.
-¿Vas a besarme?- comentó la chica sonrojada.
-¿Aquí arriba?, ¿En una puesta de sol?, ¿el escenario perfecto para un beso?, oye, no lo sé, podría convertir esto en tu dulce agonía, ¿qué dices?- preguntó el azabache mientras se acercaba peligrosamente a los labios de la chica.
Roce, tras roce, tras roce, la chica trataba de corresponder a los besos del chico, pero una vez que abrió la boca, el azabache se alejó.
-Sí, esto podría tornarse divertido
-No seas malo Kyoto-kun, ¿me dejarás así?- preguntó la chica mientras se sonrojaba y sonreía con un dedo en la boca, muy seductora.
-Pensaba castigarte, pero creo que sí, así te quedarás toda la noche.
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Siguieron caminando por las calles de Hefestos, mientras eran seguidos por los chicos, quienes esperaban un mayor avance en la relación.
-Ya se besaron y todo, pero no pueden caminar juntos como una pareja normal, es extraño- comentó Stella mientras sacaba unas cadenas.
-No podemos hacer un acercamiento más íntimo- dijo Riot- Según el Protocolo de los Katekyo y los Inverna, si los amantes llegasen a poseer el mismo lazo familiar, tienen que ser discretos.
-Por el amor de dios Riot- masculló Natsuki- Mi amiguita casi viola a Kyoto y tienes el descaro de decir que tienen que ser discretos.
-Discretos en el sentido que nadie puede saber que su relación va más allá de simples novios, en el momento en el que un Katekyo y una Inverna se besan, es ahí cuando podemos llamarlos “esposos”- dijo Riot mientras sacaba un libro cuya portada se leía como “Signos y Símbolos de los Clanes Antiguos”.
-Entonces un simple beso entre Kyoto y Melodi en público…- anunció Zentraedi.
-Es el posible fin de la relación entre ambos, puesto que…- alcanzó a decir Riot.
-Según yo recuerdo, Meredi Inverna, o Sara Reyes ya había besado a Kyoto, ¿o me equivoco?- dijo Stella con veneno en la boca.
-Cabe destacar que Meredi no es una Inverna Pura, solo la ayudaron los genes que implantamos en su cuerpo, de hecho, de no ser por nosotros, ella no se habría reencontrado con Kyoto, y según sé, Meredi le encargó a Melodi el bienestar de Kyoto- dijo Riot mientras se sentaba en una banca.
-Oh, ya veo- dijo una voz tras ellos.
-Sí, así es…
-Y es por eso que han estado siguiendo a Kyoto desde la tarde, en las aguas termales- dijo la misma voz.
-Sí, en realidad, no queríamos dejarlos a solas y…
-Ya veo, acosando sin razón a Inverna y a mí, eso es imperdonable- masculló el azabache.
-¿Pe…pero cuando?
-Desde que inició la conversación, soy solo un clon, pero creo que será más que suficiente- masculló el joven azabache saliendo de las sombras.
-¿De qué habla…?- alcanzó a preguntar Riot.
Y en ese momento, Kyoto retiró la parte superior de su gabardina, mostrando la sonrisa con sangre y dientes afilados que anteriormente sería su técnica maestra.
-O nos dejan de molestar, o me encargaré de hacerlos tener las peores pesadillas que puedan imaginar- dijo el azabache mientras seguía mostrando sus dientes ensangrentados.
-Solo es una ilusión, Melodi nos dijo eso- comentó Stella tratando de tomar valor.
-¿Una ilusión eh?, ¿qué pasara si decido devorar tu mano?- preguntó el ente frente a ella.
-N…no te atreverías- dijo Stella asustada.
-Rétame…
-Bien tú ganas- dijo Riot tomando a su novia- Nos vamos chicos, retirada provisional.
-Nah… Será definitiva, de eso me encargo yo: Atributo Oscuridad: Pesadilla.
Y los chicos cayeron inconscientes ante los pies del clon del azabache, quien solo los tomó para llevárselos a sus habitaciones.
-No soy un simple clon, soy parte de la personalidad de mi creador, y cuando esta misión termine, volveré a su cuerpo.
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-Esos idiotas- masculló Kyoto mientras esperaba sentado en una banca con vista al reino.
Hefestos se ubicaba rodeado de montañas, junto a un lago congelado en la superficie, donde gran cantidad de peces comestibles que se mantenían en constante navegación para evitar el congelamiento total del lago.
Entre todas las montañas, una de ellas tenía una cueva donde se rumoraba, había una llama que nunca se extinguía, conocida como “La Llama Eterna”.
Junto a ella, se encontraba Kyoto, esperando la comida que Melodi traería del festival, que ella había ido a comprar a solas por petición propia.
-Kyoto-kun.
Y por lo visto le había ido bien.
-Tiempo sin vernos- dijo Melodi mientras cargaba la canastilla.
-Solo tardaste diez minutos y…
Cada minuto sin ti es una eternidad, k-kun- dijo Melodi sacando los platillos de Sushi.
-Exageras- dijo Kyoto sacando una botella- Solo es jugo de uvas con miel, no te emociones.
-Desde aquella noche te pusiste muy estricto en cuanto al alcohol- dijo Melodi haciendo un puchero.
-Lo siento, pero me gustaría que mi primera vez fuese con mi novia totalmente consciente, sin alcohol de por medio.
Comenzaron a comer con calma, frente a la llama eterna.
Melodi miraba el paisaje que le rodeaba, y recordaba su breve, pero divertido y muy emotivo, pase por Belladona, el lugar donde su ahora novio había sido concebido.
-Serías una princesa, si te quedas aquí junto a mí- dijo el azabache.
-Mamá no estaría muy de acuerdo- confesó la chica con pesar- Mi padre estaría devastado y yo… si te soy honesta, quiero volver a casa.
-Entiendo, al menos, fue hermoso haberte conocido y…
-No me dejes sola- dijo la chica de cabello azul mientras aguantaba las lágrimas- Estuve esperándote años para ser la chica que compartiría su vida contigo, como para ver que has muerto que te alejas de mi lado, no otra vez, no lo resistiría.
Kyoto le miraba fijamente mientras la abrazaba, sin saber exactamente qué decir, ahora que era más humano sabía acerca de los sentimientos, si le decía que no la dejaría sola, ni él mismo estaba seguro…
-Kyo-kun, promételo…
-Yo… lo intentaré- masculló el azabache bajando la mirada.
-¿LO INTENTARÁS?...- la chica cambió súbitamente su tono de voz
-Es que… déjame explicarte… esto es una jodida guerra, alguien tiene que morir.
-KYOTO-KUN…
-Hump… “En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural”, eso lo dijo Edgar Allan Poe una vez, seguimos siendo hombres simples Inverna, y sentimos ese deseo de proteger cualquier cosa aún a pesar de nuestra vida- masculló el azabache tomando de las manos a su ahora novia- Alguien debe quedarse aquí a garantizar la paz de este mundo, de convertirse en el símbolo de la armonía.
Y puso sus dedos en la frente de la chica.
-Hipnosis

Y la chica cayó profundamente dormida.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra. -¿Habrá llegado ya el mensajero?- preguntó Kyoto mientras realizaba algunas abdominales. -Esto...