Capítulo 67: Una joven familia.
El chico se sentó para alcanzar la altura de la
niña que osaba llamarlo padre, o papi en el peor de los casos, y vio con
detenimiento las facciones de Melodi y suyas en la niña.
-Efectivamente aparentas ser mi hija, pues
tienes apariencia similar, sin embargo, esto que has ocasionado no es correcto.
-¿Vas a castigarme papá?
-Pues no realmente, tendrás que desayunar, pero
con tu madre dormida, dudo mucho que podamos hacer algo- dijo el azabache
mientras se tomaba el rostro.
-Voy a Limpiar todo- se ordenó la niña.
-Debemos salir al mediodía, así que no tenemos
mucho tiempo y…
-Listo papá- dijo la chica con una sonrisa,
mientras una esfera de agua turbia era llevada por el drenaje.
-Eres rápida, aunque sobre lo de Melodi- dijo
el chico con duda.
-¿Qué pasará con mamá?
-Con tu madre, podremos esperar a que se
despierte, y poder desayunar en familia- comentó el chico con una sonrisa.
-Cla… claro, pa…
-Nada de papi… me llamo Kyoto- dijo el azabache
mientras caminaba con lentitud hacia la puerta- Estoy muy joven para cuidar de
una niña.
-Entonces cuidaré a mamá- comentó la pequeña
levantándola hacia una silla.
-Sí, pequeña…
-Kazuha, Kazuha Katekyo- dijo la chica después
de poner a Melodi en la silla.
-Pequeña Kazuha- dijo el chico- Debo reconoce
el área para salir de esta selva.
-Sí, papi, espero no te coman los gatos.
El chico sólo soltó un suspiro, esto de ser
padre no le estaba gustando.
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Despertó de nueva cuenta en la cama, en su
mirada, se notaba un brillo de sorpresa aún, no podía creerlo, pero ya era
madre, y no sabía cómo ni por qué.
-Es lo que pasa cuando dos personas que se aman
están juntos- escuchó una voz femenina.
Y volteó rumbo al origen de aquella voz, para
encontrarse nuevamente con aquella niña que había osado llamarla madre durante
la mañana.
-¿Papá y tu duermen juntos?- preguntó la
pequeña.
-¿Quién es tu padre?- dijo Melodi con voz
débil.
-Pues papi, Papi Kyoto, ¿tú y él duermen
juntos?- volvió a preguntar.
-Sí, sí, él y yo compartimos el cuarto donde
dormimos- contestó la chica.
-¿Y se quieren mucho?- volvió a preguntar la
pequeña.
-Sí, nos amamos, ¿por qué preguntas…?
-Entonces por eso estoy aquí- dijo la niña con
una sonrisa- Papi y Mami duermen juntos y se aman, resultado, YO- dijo la chica
con un salto de alegría.
La puerta se abrió para dejar ver a Kyoto con
un delantal negro, y una mirada de seriedad.
-La comida está lista, tenemos que apresurarnos
y salir lo antes posible, para encontrar al verdadero padre de esta mocosa-
dijo el chico sin contemplaciones.
-¿No me quieres papi?- dijo la niña con los
ojos a punto de derramar lágrimas.
-Por enésima vez, que NO SOY TU PA…
-¿Ya hiciste el examen de ADN correspondiente?-
preguntó Melodi callando al muchacho.
-Eh, bueno, no consideré necesario hacerlo,
porque después de todo, bueno, tú sabes- dijo el chico sonrojado.
-No es necesario hacer nada más que dormir
juntos- dijo la pequeña mientras tomaba de la mano a Kyoto- Mami y papi duermen
juntos y se aman mucho, ¿no es así?- preguntó Kazuha con ojos alegres.
-Sí, así es- contestaron ambos tomando asiento.
-Entonces, según este libro- sacó un cuento-
Dice que cuando mami y papi se aman y duermen juntos, PUM, hijo nacido.
-Es que ese libro no lo dice todo, para que
pueda haber un hijo entre dos personas que se aman, aparte de dormir juntos,
necesita tener rela…
-TENGO HAMBRE KYOTO-KUN, VAYAMOS RÁPIDO A
COMER, HACES ESOS ANÁLISIS Y TE HACES RESPONSABLE- dijo Melodi interrumpiendo
al chico y tapando las orejas de la niña.
-Bien, pero rápido, que la comida se enfría.
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La comida no podía ser más tensa de lo
acostumbrado, esta vez ellos estaban solos, en medio de la nada con una niña
que tenía por costumbre llamarlos “papi y mami”
O tal vez, no era sólo costumbre.
-Efectivamente Melodi, es nuestra- dijo el
chico con calma- Tome un cabello de ella, uno tuyo y uno mío, tienen
compatibilidad de 100.
-Entonces somos padres- dijo la chica mientras
veía a la pequeña comer.
-Sí, lo lamento, por lo que pudo pasar en la
mañana- dijo el chico.
-Descuida Kyoto-kun, al contrario, me alegra,
es alguien que podemos llamar nuestro amor, y darle lo mismo como tal.
-Aun así, lo sorprendente es que haya aparecido
aquí, es posible que sea alguna viajera del tiempo- dijo el chico mientras
miraba a la niña- No puedo encontrar otra explicación lógica.
-Es nuestra hija, no trates de buscarle una
explicación, es posible que tenga una motivación o una misión por la cual debió
adelantar su existencia- dijo Melodi con la mirada fija en la pequeña
-Aun así, es preocupante la situación actual
que estamos, en medio de la guerra no podemos encargarnos de ella, así como así
Inverna, la situación actual no es un maldito juego- Aseveró Kyoto mientras
seguía comiendo.
-¿Entonces qué propones hacer?- dijo la chica
asustada de oír la respuesta.
-La llevaremos hasta Mythland, a la embajada
principal, y ahí la dejaremos en un orfanato, alguna buena familia con ansias
de tener una niña preciosa la adoptará, es el plan maestro- masculló el
azabache con mucha calma- Es una niña bien portada, educada, respetuosa.
-Pero no sabremos qué será de ella- dijo Melodi
aguantando el llanto- Yo la quiero, quieras o no, este es el fruto de nuestro
amor aún no consumado.
-¡¡¿SABES QUÉ INVERNA?!! ¡¡¡ERES UNA IDIOTA
SENTIMIENTALISTA!!!- Alzó la voz el azabache ignorando a la niña- ¡¡¡ESTO ES
UNA PUTA GUERRA DONDE PODREMOS MORIR!!! ¡¡¿TANTO TE PONES A PENSAR EN SU FUTURO?!!
¡¡¿QUÉ PASARÍA SI AL FINAL DE LA GUERRA TÚ Y YO YA NO ESTAMOS CON VIDA?!!
-¡¡¡HICIMOS UN PACTO DONDE PUSIMOS NUESTRAS
VIDAS AL CUIDADO DE CADA QUIEN!!! ¡¡¿ACASO ELLA NO TE DA UNA MOTIVACIÓN DE
VIVIR?!!-dijo la chica de cabello azul mientras abrazaba a la niña, que había
roto en llanto en ese instante.
Kyoto vio la escena, a su novia aguantando el
llanto y abrazando a… ¿cómo podría llamarla?
-Hija- llamó el azabache- Yo no, sé que hacer-
dijo con la cabeza gacha- Ya perdí muchas personas importantes, y tengo que
cargar con ello, no quisiera que nada malo te pasara hija, o que quedaras sola.
-Yo no estoy sola- dijo la pequeña entre
sollozos- Porque ustedes están conmigo.
El chico sólo hizo una mueca con sus labios,
mientras digería lo que pasaba, ¿qué era lo que lo tenía tan tenso?
-Hablaré con mami esta noche, cariño- dijo el
chico con naturalidad.
-¿Se van a reconciliar? - dijo la niña mientras
veía con los ojos iluminados.
-Reconciliar, y sí, algo así- comentó el
azabache tomando entre sus brazos a Kazuha.
- ¿Harán otro bebé? - dijo la niña
inocentemente.
-Eso será algo… imposible- dijo el chico-
Apenas estamos contigo ni tres días, así que… no habrá bebé- dijo el chico algo
asustado de la naturalidad de la niña.
-Entonces después de que hablen, ¿puedo ir a
dormir con ustedes? - dijo la niña más emocionada.
-Sí, claro que sí- dijo el chico llevándola a
un cuarto en la casa de oricalco.
Al llegar a la puerta, hizo un sello, y varios
juguetes inundaron la habitación.
-Aquí jugarás un rato Kazuha, iré a hablar con
mamá- dijo el chico.
-Sí papi- contestó la pequeña antes de correr
hacia el tobogán.
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-Inverna, perdóname por lo de hace rato, pero…
es mucha la presión encima, el saber que tenemos una guerra, los pactos con los
países, el saber que tenemos una hija, dios, ¿qué más falta?
-Estar perdidos en medio de la nada- dijo la
chica- Estate tranquilo K-kun, Podemos salir de esta situación los tres, ¿acaso
no quieres eso?
-Francamente una hija es demasiado- dijo el
joven mientras se sentaba en su cama- Es decir, Inverna, tenemos 16 años, no
sabré si… no sabré cuidarla, no tuve una buena figura paterna hasta estos días
que estamos juntos, pero no es lo mismo- dijo el chico con frustración- Tan
sólo ve lo que hice hace rato, la espanté.
-Por supuesto que no será lo mismo- dijo la
chica- Y por ello es que sabremos qué hacer en este caso, por el bien de
nuestra hija.
-Nuestra- susurró mientras sonreía con timidez-
Ni siquiera termino de asimilar lo que está pasando en estos momentos- dijo el
chico levantándose de golpe- Ni siquiera sé a donde tenemos que ir después de
esto.
-500 kilómetros al norte, para llegar a
Alfheim, el sendero de la luz está a camino nuestro- dijo la chica- No quiero
dejar a Kazuha-chan ahí, quiero que termine este viaje con nosotros, y si
salimos de aquí, salir con ella.
-Tienes razón, gracias Melodi, me has traído de
vuelta a la realidad.
-De nada, cariño, y, por cierto, juraste algo
esta tarde y…
-Sí, sí ya sé- dijo el chico con los hombros
alzados- Iré por ella.
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-Irá a Alfheim, la capital imperial de
Mythland- dijo una voz femenina mientras veía una esfera de cristal.
-Tengo que adelantarme, las malditas bestias de
ese país serán de mucha ayuda- declaró el ente con malicia mientras veía a tres
jóvenes - ¿Están listos esos idiotas?, ¿acaso creen que el monte Olimpo
renacerá por sí sólo?
-Los Drakengarr están listos mi señor- dijo una
voz femenina con calma.
-Haz pasar a esos especímenes.
-Sí, Amo Shinokk- dijo la mujer para abrir una
puerta- Pueden pasar, honorables Drakengarr.
-Muy bien- dijo uno de ellos, cabello rubio,
tez nívea que sostenía una espada hecha con un colmillo gigante- Espero que lo
que tenga para nosotros sea, ¿cómo decirlo?, de sumo interés para nosotros,
Shinokk Petrikkos.
-En efecto, mi estimado Golittha Calixx, esta
misión es para ustedes diez.
- ¿Acaso es algo que el gran y poderoso Shinokk
no pueda resolver? - dijo una voz femenina e infantil, mientras jugaba con un
yoyo- De ser tú, yo estaría ya meramente cabreada.
-Eurekka Quagga, deja a ese sujeto en paz-
reclamó uno de ellos, con mirada divertida, cabello negro y tez nívea- Sueles
perder los estribos con nada, y eso te hace un rival fácil de leer en batalla.
-No creo que seas el más indicado para decirlo,
Quinnoa Qquatro, tú que sueles enfadarte ante la más mínima provocación- dijo
otro de ellos, con cabello castaño oscuro, una mirada color café grisáceo
acompañado de una pequeña niña- ¿O tú que piensas, Dommino Caricci?
- ¿No hagas hablar al idiota? - dijo otro en
lugar del señalado, un chico de cabello plateado con un chaleco antibalas- En
cuanto empiece a hablar, nos hará cuestionar nuestro sentido de existencia.
-Pienso, mi estimado Russel Orwell, que el
enfado suele producir efectos negativos en el desempeño en batalla además de
desgaste físico por presionar los músculos a un alto grado de tensión que te
haría más lento, menos resistente y, por lógica, terminarías perdiendo en
combate, volviendo a tu punto, Francce Oldden, la existencia es un concepto
bastante complejo de definir, pues podemos encontrar una existencia en la sola
aparición de algo, mientras que hay otra existencia más allá de simplemente
“estar”, se trata de dejar un resultado visible y permanente en donde estés,
tan permanente que, a pesar que tu existencia física expire, existirás de forma
simbólica.
-No sé cómo fue que te dieron el motivo de
muerte a ti solamente, y lo que genera más dudas, ¿por qué te dieron el vacío
como motivo de muerte si hablas más que todos nosotros juntos?- preguntó una
mujer de cabello plateado, con una mirada casi perdida.
-Si está en ti el no volver a escuchar algo más
de mis cuerdas vocales, Aliccia Nakkiri, lo más recomendable a no hacer estando
a mi lado es no volver a hacerme cuestiones tan profundas del ser, puesto que
suelo explayarme lo suficiente, me dieron el motivo de muerte por tener un amorío
con ella, o con su parte física con la que interactúo diariamente, y me dieron
el vacío no por seriedad, sino porque en efecto, el vacío puede desintegrar
cualquier cosa.
-Cierra la puta boca, no soporto a la gente tan
petulante, me produce malestar la misma existencia de tu ser, es más, la sola
mención de tu nombre me enferma- comentaron tres féminas al mismo tiempo, con
una sincronización perfecta.
-Ya basta, Gemelas Warrodd- dijo Golittha-
Shinokk, con ellos 9, tú y yo traeremos al Olimpo a su antigua gloria, en el
mundo del cual fuimos exiliados hace miles de años.
-Aquella divinidad que monopolizó la humanidad,
y por la cual los miles de relatos, los cientos de historias, aquellas
gloriosas leyendas, se convirtieron en simples mitos- comentó Shinokk con
enfado- Regresaremos todo a su lugar, a la verdadera explicación racional de
las cosas.