miércoles, 12 de julio de 2017

Capítulo 67: Una joven familia.

Capítulo 67: Una joven familia.

El chico se sentó para alcanzar la altura de la niña que osaba llamarlo padre, o papi en el peor de los casos, y vio con detenimiento las facciones de Melodi y suyas en la niña.

-Efectivamente aparentas ser mi hija, pues tienes apariencia similar, sin embargo, esto que has ocasionado no es correcto.

-¿Vas a castigarme papá?

-Pues no realmente, tendrás que desayunar, pero con tu madre dormida, dudo mucho que podamos hacer algo- dijo el azabache mientras se tomaba el rostro.

-Voy a Limpiar todo- se ordenó la niña.

-Debemos salir al mediodía, así que no tenemos mucho tiempo y…

-Listo papá- dijo la chica con una sonrisa, mientras una esfera de agua turbia era llevada  por el drenaje.

-Eres rápida, aunque sobre lo de Melodi- dijo el chico con duda.

-¿Qué pasará con mamá?

-Con tu madre, podremos esperar a que se despierte, y poder desayunar en familia- comentó el chico con una sonrisa.

-Cla… claro, pa…

-Nada de papi… me llamo Kyoto- dijo el azabache mientras caminaba con lentitud hacia la puerta- Estoy muy joven para cuidar de una niña.

-Entonces cuidaré a mamá- comentó la pequeña levantándola hacia una silla.

-Sí, pequeña…

-Kazuha, Kazuha Katekyo- dijo la chica después de poner a Melodi en la silla.

-Pequeña Kazuha- dijo el chico- Debo reconoce el área para salir de esta selva.

-Sí, papi, espero no te coman los gatos.

El chico sólo soltó un suspiro, esto de ser padre no le estaba gustando.

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Despertó de nueva cuenta en la cama, en su mirada, se notaba un brillo de sorpresa aún, no podía creerlo, pero ya era madre, y no sabía cómo ni por qué.

-Es lo que pasa cuando dos personas que se aman están juntos- escuchó una voz femenina.

Y volteó rumbo al origen de aquella voz, para encontrarse nuevamente con aquella niña que había osado llamarla madre durante la mañana.

-¿Papá y tu duermen juntos?- preguntó la pequeña.

-¿Quién es tu padre?- dijo Melodi con voz débil.

-Pues papi, Papi Kyoto, ¿tú y él duermen juntos?- volvió a preguntar.

-Sí, sí, él y yo compartimos el cuarto donde dormimos- contestó la chica.

-¿Y se quieren mucho?- volvió a preguntar la pequeña.

-Sí, nos amamos, ¿por qué preguntas…?

-Entonces por eso estoy aquí- dijo la niña con una sonrisa- Papi y Mami duermen juntos y  se aman, resultado, YO- dijo la chica con un salto de alegría.

La puerta se abrió para dejar ver a Kyoto con un delantal negro, y una mirada de seriedad.

-La comida está lista, tenemos que apresurarnos y salir lo antes posible, para encontrar al verdadero padre de esta mocosa- dijo el chico sin contemplaciones.

-¿No me quieres papi?- dijo la niña con los ojos a punto de derramar lágrimas.

-Por enésima vez, que NO SOY TU PA…

-¿Ya hiciste el examen de ADN correspondiente?- preguntó Melodi callando al muchacho.

-Eh, bueno, no consideré necesario hacerlo, porque después de todo, bueno, tú sabes- dijo el chico sonrojado.

-No es necesario hacer nada más que dormir juntos- dijo la pequeña mientras tomaba de la mano a Kyoto- Mami y papi duermen juntos y se aman mucho, ¿no es así?- preguntó Kazuha con ojos alegres.

-Sí, así es- contestaron ambos tomando asiento.

-Entonces, según este libro- sacó un cuento- Dice que cuando mami y papi se aman y duermen juntos, PUM, hijo nacido.

-Es que ese libro no lo dice todo, para que pueda haber un hijo entre dos personas que se aman, aparte de dormir juntos, necesita tener rela…

-TENGO HAMBRE KYOTO-KUN, VAYAMOS RÁPIDO A COMER, HACES ESOS ANÁLISIS Y TE HACES RESPONSABLE- dijo Melodi interrumpiendo al chico y tapando las orejas de la niña.

-Bien, pero rápido, que la comida se enfría.

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La comida no podía ser más tensa de lo acostumbrado, esta vez ellos estaban solos, en medio de la nada con una niña que tenía por costumbre llamarlos “papi y mami”

O tal vez, no era sólo costumbre.

-Efectivamente Melodi, es nuestra- dijo el chico con calma- Tome un cabello de ella, uno tuyo y uno mío, tienen compatibilidad de 100.

-Entonces somos padres- dijo la chica mientras veía a la pequeña comer.

-Sí, lo lamento, por lo que pudo pasar en la mañana- dijo el chico.

-Descuida Kyoto-kun, al contrario, me alegra, es alguien que podemos llamar nuestro amor, y darle lo mismo como tal.

-Aun así, lo sorprendente es que haya aparecido aquí, es posible que sea alguna viajera del tiempo- dijo el chico mientras miraba a la niña- No puedo encontrar otra explicación lógica.

-Es nuestra hija, no trates de buscarle una explicación, es posible que tenga una motivación o una misión por la cual debió adelantar su existencia- dijo Melodi con la mirada fija en la pequeña

-Aun así, es preocupante la situación actual que estamos, en medio de la guerra no podemos encargarnos de ella, así como así Inverna, la situación actual no es un maldito juego- Aseveró Kyoto mientras seguía comiendo.

-¿Entonces qué propones hacer?- dijo la chica asustada de oír la respuesta.

-La llevaremos hasta Mythland, a la embajada principal, y ahí la dejaremos en un orfanato, alguna buena familia con ansias de tener una niña preciosa la adoptará, es el plan maestro- masculló el azabache con mucha calma- Es una niña bien portada, educada, respetuosa.

-Pero no sabremos qué será de ella- dijo Melodi aguantando el llanto- Yo la quiero, quieras o no, este es el fruto de nuestro amor aún no consumado.

-¡¡¿SABES QUÉ INVERNA?!! ¡¡¡ERES UNA IDIOTA SENTIMIENTALISTA!!!- Alzó la voz el azabache ignorando a la niña- ¡¡¡ESTO ES UNA PUTA GUERRA DONDE PODREMOS MORIR!!! ¡¡¿TANTO TE PONES A PENSAR EN SU FUTURO?!! ¡¡¿QUÉ PASARÍA SI AL FINAL DE LA GUERRA TÚ Y YO YA NO ESTAMOS CON VIDA?!!

-¡¡¡HICIMOS UN PACTO DONDE PUSIMOS NUESTRAS VIDAS AL CUIDADO DE CADA QUIEN!!! ¡¡¿ACASO ELLA NO TE DA UNA MOTIVACIÓN DE VIVIR?!!-dijo la chica de cabello azul mientras abrazaba a la niña, que había roto en llanto en ese instante.
Kyoto vio la escena, a su novia aguantando el llanto y abrazando a… ¿cómo podría llamarla?

-Hija- llamó el azabache- Yo no, sé que hacer- dijo con la cabeza gacha- Ya perdí muchas personas importantes, y tengo que cargar con ello, no quisiera que nada malo te pasara hija, o que quedaras sola.

-Yo no estoy sola- dijo la pequeña entre sollozos- Porque ustedes están conmigo.
El chico sólo hizo una mueca con sus labios, mientras digería lo que pasaba, ¿qué era lo que lo tenía tan tenso?

-Hablaré con mami esta noche, cariño- dijo el chico con naturalidad.

-¿Se van a reconciliar? - dijo la niña mientras veía con los ojos iluminados.

-Reconciliar, y sí, algo así- comentó el azabache tomando entre sus brazos a Kazuha.

- ¿Harán otro bebé? - dijo la niña inocentemente.

-Eso será algo… imposible- dijo el chico- Apenas estamos contigo ni tres días, así que… no habrá bebé- dijo el chico algo asustado de la naturalidad de la niña.

-Entonces después de que hablen, ¿puedo ir a dormir con ustedes? - dijo la niña más emocionada.

-Sí, claro que sí- dijo el chico llevándola a un cuarto en la casa de oricalco.

Al llegar a la puerta, hizo un sello, y varios juguetes inundaron la habitación.

-Aquí jugarás un rato Kazuha, iré a hablar con mamá- dijo el chico.

-Sí papi- contestó la pequeña antes de correr hacia el tobogán.

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-Inverna, perdóname por lo de hace rato, pero… es mucha la presión encima, el saber que tenemos una guerra, los pactos con los países, el saber que tenemos una hija, dios, ¿qué más falta?

-Estar perdidos en medio de la nada- dijo la chica- Estate tranquilo K-kun, Podemos salir de esta situación los tres, ¿acaso no quieres eso?

-Francamente una hija es demasiado- dijo el joven mientras se sentaba en su cama- Es decir, Inverna, tenemos 16 años, no sabré si… no sabré cuidarla, no tuve una buena figura paterna hasta estos días que estamos juntos, pero no es lo mismo- dijo el chico con frustración- Tan sólo ve lo que hice hace rato, la espanté.

-Por supuesto que no será lo mismo- dijo la chica- Y por ello es que sabremos qué hacer en este caso, por el bien de nuestra hija.

-Nuestra- susurró mientras sonreía con timidez- Ni siquiera termino de asimilar lo que está pasando en estos momentos- dijo el chico levantándose de golpe- Ni siquiera sé a donde tenemos que ir después de esto.

-500 kilómetros al norte, para llegar a Alfheim, el sendero de la luz está a camino nuestro- dijo la chica- No quiero dejar a Kazuha-chan ahí, quiero que termine este viaje con nosotros, y si salimos de aquí, salir con ella.

-Tienes razón, gracias Melodi, me has traído de vuelta a la realidad.

-De nada, cariño, y, por cierto, juraste algo esta tarde y…

-Sí, sí ya sé- dijo el chico con los hombros alzados- Iré por ella.
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-Irá a Alfheim, la capital imperial de Mythland- dijo una voz femenina mientras veía una esfera de cristal.

-Tengo que adelantarme, las malditas bestias de ese país serán de mucha ayuda- declaró el ente con malicia mientras veía a tres jóvenes - ¿Están listos esos idiotas?, ¿acaso creen que el monte Olimpo renacerá por sí sólo?

-Los Drakengarr están listos mi señor- dijo una voz femenina con calma.

-Haz pasar a esos especímenes.

-Sí, Amo Shinokk- dijo la mujer para abrir una puerta- Pueden pasar, honorables Drakengarr.

-Muy bien- dijo uno de ellos, cabello rubio, tez nívea que sostenía una espada hecha con un colmillo gigante- Espero que lo que tenga para nosotros sea, ¿cómo decirlo?, de sumo interés para nosotros, Shinokk Petrikkos.

-En efecto, mi estimado Golittha Calixx, esta misión es para ustedes diez.

- ¿Acaso es algo que el gran y poderoso Shinokk no pueda resolver? - dijo una voz femenina e infantil, mientras jugaba con un yoyo- De ser tú, yo estaría ya meramente cabreada.

-Eurekka Quagga, deja a ese sujeto en paz- reclamó uno de ellos, con mirada divertida, cabello negro y tez nívea- Sueles perder los estribos con nada, y eso te hace un rival fácil de leer en batalla.

-No creo que seas el más indicado para decirlo, Quinnoa Qquatro, tú que sueles enfadarte ante la más mínima provocación- dijo otro de ellos, con cabello castaño oscuro, una mirada color café grisáceo acompañado de una pequeña niña- ¿O tú que piensas, Dommino Caricci?

- ¿No hagas hablar al idiota? - dijo otro en lugar del señalado, un chico de cabello plateado con un chaleco antibalas- En cuanto empiece a hablar, nos hará cuestionar nuestro sentido de existencia.

-Pienso, mi estimado Russel Orwell, que el enfado suele producir efectos negativos en el desempeño en batalla además de desgaste físico por presionar los músculos a un alto grado de tensión que te haría más lento, menos resistente y, por lógica, terminarías perdiendo en combate, volviendo a tu punto, Francce Oldden, la existencia es un concepto bastante complejo de definir, pues podemos encontrar una existencia en la sola aparición de algo, mientras que hay otra existencia más allá de simplemente “estar”, se trata de dejar un resultado visible y permanente en donde estés, tan permanente que, a pesar que tu existencia física expire, existirás de forma simbólica.

-No sé cómo fue que te dieron el motivo de muerte a ti solamente, y lo que genera más dudas, ¿por qué te dieron el vacío como motivo de muerte si hablas más que todos nosotros juntos?- preguntó una mujer de cabello plateado, con una mirada casi perdida.

-Si está en ti el no volver a escuchar algo más de mis cuerdas vocales, Aliccia Nakkiri, lo más recomendable a no hacer estando a mi lado es no volver a hacerme cuestiones tan profundas del ser, puesto que suelo explayarme lo suficiente, me dieron el motivo de muerte por tener un amorío con ella, o con su parte física con la que interactúo diariamente, y me dieron el vacío no por seriedad, sino porque en efecto, el vacío puede desintegrar cualquier cosa.

-Cierra la puta boca, no soporto a la gente tan petulante, me produce malestar la misma existencia de tu ser, es más, la sola mención de tu nombre me enferma- comentaron tres féminas al mismo tiempo, con una sincronización perfecta.

-Ya basta, Gemelas Warrodd- dijo Golittha- Shinokk, con ellos 9, tú y yo traeremos al Olimpo a su antigua gloria, en el mundo del cual fuimos exiliados hace miles de años.


-Aquella divinidad que monopolizó la humanidad, y por la cual los miles de relatos, los cientos de historias, aquellas gloriosas leyendas, se convirtieron en simples mitos- comentó Shinokk con enfado- Regresaremos todo a su lugar, a la verdadera explicación racional de las cosas.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra. -¿Habrá llegado ya el mensajero?- preguntó Kyoto mientras realizaba algunas abdominales. -Esto...