miércoles, 18 de diciembre de 2019

Capítulo 91: El Templo de Gaia.



Capítulo 91: El Templo de Gaia.
Las montañas flotantes de Olympia, los Montes de Eolo, no eran más que montañas errantes que se movían con la corriente del viento.
Eso en apariencia.
Conforme subían los templos, Riot, Yuusei y Akashi sentían muy difícil caminar, como si sus pies estuviesen pegados al suelo.
-¿Acaso es muy grande la gravedad aquí?- preguntó Yuusei- He entrenado fuertemente cargando hasta 3 veces mi propio peso, pero aquí me es imposible moverme.
-La brujula está girando como loca- dijo Akashi viendo aquella pequeña rueda- Además recuerden que, cuando paramos para comer, nos costó mantener a flote algunas ollas de metal.
-Entonces hablamos de un intenso flujo magnético- dijo Riot- Es imposible movernos, pero para las montañas, es una fuerza mucho mayor a la gravedad, lo que les permite levitar.
-Entiendo, entonces nosotros, al tener minerales en nuestro cuerpo, nos es difícil movernos, por lo que no importa tanto el entrenamiento, es muy difícil porque una fuerza nos aplasta, pero esa fuerza magnética nos repele, por las polaridades magnéticas, pero los metales es otro asunto.
-Sí, es lo que mantiene conectadas estos islotes flotantes, el Archipielago flotante de Eolo, además de interferir con las señales de comunicación.
-Entonces por eso no he recibido llamadas o mensajes en este aparatejo- dijo Riot sacando el comunicador- Es difícil cuanto la recepción de señal es 0.
-¿No era más fácil volar entre las montañas?- preguntó Yuusei.
-No, imposible- dijo Akashi, hubiese sido muy difícil para Riot y para mí, porque el aura que se emana al volar es del elemento que poseemos, por lo que…
-Espera papá- dijo Riot- si tú y yo volamos, seríamos atraídos por la fuerza magnética, pero…
-Estás pensando en enviar a Yuusei a pelear.
-No papá, es evidente que es incompetente en batalla…
-Oye, yo sólo quería…
-Cuando no sabe seguir una maldita orden o instrucción.
Yuusei iba a seguir replicando, hasta que recordó que, en efecto, sus amigos estaban en ese embrollo, por culpa suya.
-Debemos enviarlo a encontrar el templo de Eolo, sin entrar en combate, repito, SIN ENTRAR EN COMBATE.
-Entiendo, entiendo, ya aprendí de mis errores, entonces supongo que debo buscar la entrada al templo de Gaia.
-Así es, suerte- dijo Riot mientras tomaba asiento.
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Tras una larga espera de dos horas, Yuusei llegó con velocidad, mientras le veía con calma.
-La entrada al templo está bajo nosotros- dijo Yuusei con la respiración agitada.
-Pregunta- dijo Riot con calma- ¿Por qué no revisaste el lugar donde estábamos antes de ir como loco a otras montañas?
-Bueno, no pensé que la entrada al templo, mejor dicho, el mismo templo, estuviese bajo nosotros, sería demasiada…
-Entiendo, entiendo- dijo el castaño juntando sus manos- Bueno, debo entrar, Atributo Metal/Tierra: Taladradora.
Y un aura metálica comenzó a formar un cono con algunas salientes rodeando al mismo.
Y apuntó aquella técnica en las montañas, sabiendo que, por el aura metálica que le imbuía, la montaña atraería la técnica, siendo más fuerte de cierta manera.
-Los veré al salir de aquí, y por favor papá, evita que ese idiota se meta en problemas.
-Claro hijo, suerte- dijo Akashi con calma tomando el hombro de Yuusei.
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El templo de Gaia era lo contrario a lo esperado.
Riot esperaba ver a la Titanesa de la Tierra materializada en una estatua en un lugar cerrado.
Pero no, lejos de la expectativa, había una gran ciudad dentro de las montañas Eolo, grandes edificios que iluminaban el interior de las montañas.
Riot suspiró con tristeza porque por el bien de su amiga, de su amigo, de su equipo, de los amigos de su padre y por la culpa de 8 lunáticos, morirían muchas personas a causa del conflicto que estaba a punto de desatar.
-Nunca antes debieron tantos a tan pocos- dijo Riot, citando a Winston Churchill.
Una frase dicha en su momento más y menos favorito, la segunda guerra Mundial, y que ahora aplicaban a lo que estaba a punto de hacer.
-Siento pena por la gente- dijo el muchacho.
-No deberías sentirla- dijo una voz femenina pero profunda.
-Pensar que estoy a punto de hacer una locura, ¿Se atreve a decirme que no debería sentir tristeza?
-No, sé a lo que vienes, pero de mi cuenta corre que no pasará nada- comentó la voz femenina.
Riot se volteó amenazante para encarar a quien le decía que se calmara, fue cuando la vio fijamente, cabello castaño con algunas ramas enredadas alrededor, finalizando en una suerte de tiara, los ojos verdes, y ropa hecha con hojas de la misma naturaleza, lo que sorprendió más a Riot fue la asombrosa altura de la mujer, haciendo cálculos, supuso que serían como 3 metros de altura.
-Yo protegeré a esta gente y a toda Olimpia, como su madre original que soy- dijo la mujer- La titanide de la tierra, Gaia, Gea, o Terra.
-Está…
-Libre, sí, me di cuenta de las intenciones de Olympiakos, cuando se acercaron a pedir los favores de la titanide de la Tierra, pude verlo, el futuro gracias a mi hijo Cronos- dijo la mujer con calma- ¿Verdad, Russell?
-Así es Señora, gracias a usted, el templo se ha mantenido a salvo.
Un adulto castaño salió de una casa debajo de su posición actual. Riot se colocó en posición de batalla, aunque un tanto relajado.
-Russell Orwell, se suponía que yo debía ser tu rival, sé a lo que vienes, pero te digo de corazón, no hay manera de que ambos tengamos que pelear aquí, no cuando eres el más fuerte de tu equipo, además…
Una niña pequeña tomó las manos del adulto, ante la mirada de sorpresa de Riot, Russell pudo notar la sorpresa en Riot y soltó una sonora carcajada.
-Dioses, ¡¡¡NO!!!- gritó después de reir- Su madre, mi esposa, es la guardiana del templo de Afrodita, Eurekka, a éstas alturas debe estar…
-Creo que está viva, señor- recordó Riot la llamada- Mi amigo llamó antes de perder la señal de mi comunicador, diciéndome que una pequeña amiga le dio la paliza de su vida a Eurekka y ganó, pero no la mató.
-Ella y yo no teníamos elección, ser los guardianes o dejar que nuestros templos perecieran.
-Pero entonces lo de Yusei
-Ah, su amigo el gigante de Hielo, la única vez que nos dejamos ver fuera de nuestros templos fue para darles la cálida bienvenida, lamento si ese día me excedí con los golpes que te di, si no lo hacía, sospecharían de nosotros y seríamos tratados como traidores.
-Descuida, no dolió tanto como la humillación, ahora bien, sabes que no me puedes dejar ir así como así…
-Sí puedo, Gaia es más poderosa que Shinnokk, no puede hacer nada contra ella, ni contra nadie más de los Drakkengarr, sobre todo sabiendo que tenemos las bendiciones de los dioses a nuestro favor.
-¿Entonces por qué diablos obedecen a Shinnokk si son más fuertes que ellos?- preguntó Riot con enfado.
-Por el único que puede destruir nuestro país sin titubear, y todo el gran continente, Golittha Calixx, el líder de los Drakkengarr, tiene prisionero a Urano, el dios de los cielos, por eso es que nadie puede hacer mucho por este país.
-¿Y destruyendo los templos de los demás dioses?, ¿No sería más fácil destruir los templos o las estatuas de los dioses?- preguntó Riot con enfado.
-Sí, y no, verás, el que Golittha haya capturado a Urano, lo hace el más fuerte de los Drakkengarr, incluso, más que un Dios, pero eso no lo hace inmortal, se dice que Golittha era aficionado de la épica de Gilgamesh, entonces se puede decir que vendió su alma al un demonio para ser igual de fuerte pero sin ser inmortal- contestó Gaia con calma.
-Eso implica que estamos atados bajo las órdenes de Golittha, en consecuencia, de Shinnokk, pero si han liberado a algunos de los dioses, significa que podemos regresar a una Segunda Titanomaquia, pero tendría aún a alguien más poderoso de su lado- agregó Russell.
-Todo ello hasta que Urano sea liberado, ya que una de las condiciones para el pacto, era que Urano debía estar prisionero- dijo Gaia con calma.
-No tan rápido su Deidad, hay algunos más fuertes de lo que Golittha lo son, ellos son de quienes deberían preocuparse.
El castaño veía como la conversación volvía a ser entre dos personas nuevamente, en vez de grupal, a lo que fingió toser para llamar la atención.
-Bien, entonces, si no hay templo que destruir, ¿Qué procede?- preguntó Riot con enfado.
Se sentía decepcionado en cierta forma, él quería pelear.
-Tengamos un combate amistoso, hay algo que quiero regalarte, pero debes ser digno de ellas- dijo Russell con calma.
-Ahora sí estamos hablando- contestó Riot con una sonrisa mientras adoptaba posición de combate- Creí que venir era una pérdida de tiempo.
El suelo donde estaban se removió, creando una forma cónica perfecta invertida, y éste mismo cono comenzó a levitar, con ambos peleadores en la superficie.
-El primero en caer inconsciente, o fuera de la plataforma, pierde- dijo Gaia emocionada- ¡¡A PELEAR!!!

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