domingo, 3 de febrero de 2019

Capítulo 87: El templo de Ares.


Capítulo 87: El templo de Ares.
“-Soren, escúchame- dijo un chico de cabello largo y negro- Si algo me llega a pasar, prométeme que cuidarás de mi hermanito.
-¿A qué temes?- preguntó el albino con temor.
-Esta noche algo muy horrible va a pasar, Soren…”
-Soren, Soren, Escúchame- habló una voz adulta.
-¿Qué pasó?- dijo el chico con sueño.
El templo de Ares estaba más lejos que el de Afrodita, aunque un poco más cerca que el de Atenea, en cuanto llegaron al lugar decidió comer y dormir para no desgastar sus fuerzas.
-Me llegó información de Natsuki- dijo Takeshi con calma- Derrotó a Eurekka, pero le dijo que tuviera cuidado con el guardián del Templo de Ares.
-Es nuestro objetivo- dijo un albino mientras estaba sentado en posición de flor de Loto.
Habían llegado antes de Natsuki y su equipo, pero estaban agotados, por lo que decidieron acampar.
Por la experiencia de Takeshi y Ashura, ellos hicieron la guardia mientras Zentraedi dormitaba, aunque Takeshi se había encargado de recorrer el lugar y mapearlo para dar con el templo de Ares y destruir la estatua.
-Los guardianes son guerreros selectos- dijo Ashura- Deben tener el suficiente poder como para nombrarlos guardianes.
-Lo sé padre, es sólo que hay otra cosa más preocupante- comentó Zentraedi.
-Sobre el estilo de pelea, según la información de Natsuki- dijo Takeshi con velocidad- Eurekka es una mercenaria, y nos añade también que Quinnoa es experto en la lucha grecorromana.
-Lucha Grecorromana- repitió Ashura buscando el libro.
-Lucha olímpica papá- interrumpió Zentraedi la búsqueda de su padre- Si me llega a agarrar, estoy perdido, mis movimientos no se basan en agarres, sino en patadas certeras.
-Te mandé a clases de lucha libre y eras el capitán del equipo, tú me lo dijiste mientras presumías tu cinturón- dijo Ashura enojado.
-En realidad me volé las clases- interrumpió el albino con un bostezo- Y era de Tae Kwon Do, deja de lloriquear papá.
-Está bien- dijo Ashura- Y entonces ¿Cómo derrotarás al guardián del Templo de Ares?
-Pues sólo debo evitar que me derribe, ten por seguro que es lucha grecorromana, porque si es un guardián no habrá réferi, por lo que de olímpica no tiene nada.
-Entonces eso quiere decir que…
-Natsuki tal vez evangelizó a una de los Drakengarr, no significa que los demás tengan buen corazón y que con frases bonitas los haré cambiar, no padre, los demás buscarán patearnos el trasero o matarnos.
-Entonces… Bueno, el pequeño espíritu de Natsuki nos dijo que podrían morir sin las legendarias armas- dijo Ashura con temor- Ten, te prestaré a mi espada.
Y dicho esto, tomó el mapa de Takeshi y se fue corriendo, sabiendo que no le costaría nada llegar si el padre de Natsuki se había tomado la molestia de recorrer el país.
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Llegó a una estructura semicircular, recordaba haberlas visto en clases de historia antígua, las escaleras colocadas en semicírculo rodeando…
Claro, rodeaban un espacio libre, amplio y ovalado donde los espectadores veían algún espectáculo fascinante.
El Anfiteatro griego.
Alrededor de él, por las escaleras había mucha gente, era extraño porque se suponía que era un templo…
-¡¡¡UN TEMPLO EN HONOR A ARES!!! ¡¡¡NUESTRO DIOS DE LA GUERRA!!!- dijo una entidad en la zona de combate libre.
El público enardeció con la entrada del que, Zentraedi supo inmediatamente, era el guardián del templo.
A espaldas del hombre que entraba a la zona semicircular, estaba la estatua de Ares, protegido por una suerte de estructura similar a un Partenón.
-El dios Ares se sentirá glorificado ante este poder- dijo el hombre castaño debajo del graderío- Mi nombre es Quinnoa Qquatro, guardián del templo de Ares, y luchador profesional del estilo Grecorromano.
-Zentraedi Schiffer, y no tengo idea de qué carajos hago aquí- dijo el albino bajando las escaleras- Es más, ni siquiera debería venir sólo.
Lo sabía, sabía que volarse las clases de Lucha Libre en su escuela había sido mala idea, nadie le había dicho que tendría que enfrentarse a un ser que usaría el estilo grecorromano.
-Baja, Quiero enfrentarte con todo mi poder a muerte, en este anfiteatro en honor al Dios Ares.
-Bien- dijo el albino- Sólo te advierto que no usaré el estilo grecorromano, sino mis propias técnicas.
-Descuida, es un duelo a muerte, sin descalificación- dijo el castaño mirándole con burla- Así que yo también usaré técnicas ilegales en este combate.
Zentraedi tuvo duda en aquel momento de bajar, pero algo le hizo avanzar.
“-Protégelo, por favor Soren…”- Repetía aquella voz en su cabeza.
-Protegerlo implica también asegurar su felicidad- dijo el albino mientras bajaba al escenario- Así que no retrocederé.
Una vez dicho esto, dio un gran salto, llegando al ruedo donde Quinnoa lo esperaba.
-Bien, ¿Ahora qué escrotos?- preguntó el albino con calma.
-Pues aho…
-¡¡¡¿¿¿AHORA QUÉ ESCROTOS???!!!
Quinnoa comenzaba a desesperarse, de todos los miembros, le tocaba…
-El más idiota de los tres- masculló el castaño mientras golpeaba el suelo.
Y varias rejas de metal salieron del suelo, rodeando a los contendientes para una lucha dentro de las rejas.
Zentraedi comenzó a preocuparse más, una lucha en jaula hacía todo más peligroso aún.
Por pensar en ello, no sintió cuando el castaño lo tomó por la espalda, a altura de la cintura, para impulsar el cuerpo hacia atrás, haciendo que el peso de su cuerpo cayera sobre la parte alta de la espalda y parte del cuello.
-Suplex De la Bestia- dijo Quinnoa mientras se levantaba- Atributos Bélico, Leyenda y Oscuridad, eso es a lo que te enfrentas.
El albino seguía tumbado por la sorpresiva técnica de Quinnoa, no había réferi ni alguien que indicara el comienzo de la contienda.
-Bien… si quieres jugar así, vamos a jugar así- dijo el albino impulsándose con sus manos para volver a quedar de pie- Atributo Bélico: Triple Patada.
Zentraedi se impulsó con su pierna derecha, logrando dar una serie de patadas al hombre que estaba frente a él.
Pero Quinnoa tomó uno de sus pies, haciendo que Zentraedi formara un ángulo recto con sus piernas, y con fuerza, giró, haciendo girar al muchacho para volverlo a derribar, procurando lastimar su rodilla.
-Mierda- masculló el azabache tomando la rodilla lastimada.
-Venga, levántate- dijo Quinnoa viéndole con furia- ¡¡¡LEVÁNTATE MALDICIÓN!!!
-¡¡¿Cómo carajos pretendes que lo haga?!! ¡¡¡LASTIMÁSTE MI MALDITA RODILLA!!!
-Pues perdóname, bebito de mamá, debiste ir con tu madre en vez de enfrentarme a mí en este combate.
Zentraedi se levantó, esta vez saltando sobre una pierna buscando que su rodilla se recuperara, era una recuperación rápida, pero en combate su sanación se hacía más lenta, esta vez optó por el boxeo.
-Atributo Bélico: Jab de Poder.
El albino asestó un golpe potente sobre la cara de Quinnoa, de lleno y sin protección.
Quinnoa salió disparado hacia la reja de metal que les rodeaba, mientras el público enardecía con la pelea que apenas empezaba.
El castaño se levantó y vio a Zentraedi acomodar la pierna que él mismo le había fracturado.
-Eso dolió, albino- dijo el castaño furioso, pero con una sonrisa- Esto se puede tornar interesante, Atributo Bélico.
Corrió hacia Zentraedi, quien seguía agachado.
Lo tomó del cuello con sus brazos, se impulsó hacia atrás impactando la cabeza del albino sobre el suelo.
-Brutal Head Breaker.
Zentraedi se volteó, mientras tomaba su cabeza.
Sintió un líquido en sus manos, las vio y aquel color rojizo le indicó lo peor.
-Sangre- dijo el chico- Oh viejo, Natsuki va a matarme.
Se levantó y corrió para tomar la mano de Quinnoa, lo jaló y asestó una patada lo suficientemente fuerte para doblarlo desde el abdomen.
-Atributo Bélico: Triple Patada.
Nuevamente asestó tres golpes de pierna en la parte baja, media y alta del castaño, elevándolo, el albino dio un gran salto y comenzó a rodar para tomar impulso.
-Atributo Bélico/Leyenda: Colmillo Descendente.
Asestó una fuerte patada enterrando la cabeza de Quinnoa en el suelo.
-Creo que por fin terminó esto- dijo el albino con el pie sobre la cabeza de Quinnoa.
-Te equivocas, Atributo Bélico/Leyenda: Giro de la Bestia.
Desde el suelo, Quinnoa tomó los pies de Zentraedi para hacerlo girar y que cayera con brutalidad al suelo, boca abajo.
Una vez en el suelo, tomó la espalda del chico para impulsarlo de nueva cuenta, pero esta vez hacia la reja de metal, rebotándolo nuevamente al suelo, lastimando la espalda del chico.
-Mierda, si no salgo de aquí con vida, Natsuki nunca me perdonará- dijo el albino mientras estaba de rodillas en aquel ring.
-Ni siquiera saldrás de aquí, imbécil, tengo como tarea evitar que destruyas este templo y al ídolo.
-No sabes con quien tratas, idiota- dijo el albino mientras se levantaba con lentitud.
Tomó impulso, esta vez con el tronco al frente y los puños preparados para impactar a Quinnoa.
Una vez cerca, impulsó el puño derecho hacia la cabeza de Quinnoa, mientras el izquierdo se dirigía al abdomen.
-Una finta- dijo Quinnoa- Fingirás darme en el rostro para que me cubra y deje vulnerable mi abdomen, buena jugada imbécil, pero…
Quinnoa se cubrió el abdomen, esperando el impacto en su brazo.
Pero la cara estaba descubierta, recibiendo el golpe de la mano izquierda con potencia, empujándole nuevamente hacia las paredes de la jaula.
-Soy ambidiestro- declaró Zentraedi con el brazo izquierdo estirado- Atributo Bélico: Puño Drenaje.
Zentraedi irradiaba una luz que le curaba poco a poco, aunque las heridas abiertas, como la de su cabeza, aun se conservaba.
-Sólo recupero energía, al final, es lo que nos mantiene vivos- dijo el albino mientras recuperaba la compostura.
-Bueno, eso indica que es posible que tu rodilla siga lastimada- dijo Quinnoa apuntando a la rodilla del joven albino.
Y justo en ese momento, decidió arremeter en una poderosa tacleada, derribándolo al suelo de gravilla.
-Soy un peleador de lucha libre, y sé que estás haciendo aquí, y ni por el “por favor” voy a detener mi misión, proteger el templo de Ares y, por consecuencia, a Olympia de hundirse en el mar.
El albino seguía acostado, con la mirada opaca, fruto de quedar inconsciente.

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