Capítulo 111:
Aterrizaje en las Playas de Cydonia.
Zentraedi conducía el
Invencible.
La primera impresión
que dio cuando la Torre Olímpica explotó y se derrumbó tras ellos, fue que
Melodi iría a buscarlo.
Por ello, hicieron que
Myyah la encerrara en una capsula de hielo, para evitar que cometiera una
locura en su estado tan delicado, mientras el albino se había convertido en el
nuevo piloto.
-Debemos darnos prisa, esta
cosa no aguantará más tiempo- dijo el albino con desesperación.
-Cierto, además, con
suerte hemos podido tener este armatoste volando tanto tiempo, me sorprendió
que Kyoto tuviera tanto deseo de proteger que terminara intentando destruir su
preciado barco- dijo Kazuo mientras caía exhausto.
Todos en el barco
habían caído exhaustos intentando mantener a flote el barco, al menos hasta
lograr un aterrizaje de emergencia en tierra firme.
Y tal como se dijo, el
chico obligó a un aterrizaje forzoso sobre una playa, jalando el timón con
fuerza.
Pero el hecho de que su
cuerpo joven hubiese estado sometido a tantas peleas, además de la situación
emocional que atravesaban, como casi ser asesinado por su mejor amigo, lo
habían dejado exhausto también, por lo que cayó inconsciente, empujando el
timón, acelerando la caída del barco.
-¡¡¡ATRIBUTO AGUA:
¡¡¡TROMBA!!!
Una serie de columnas
de agua comenzaron a surgir del océano de las playas, tomando al barco para
evitar una brusca caída.
Lentamente, las tormbas
fueron desapareciendo conforme el barco se acercaba a tierra firme, donde eran esperados
por un ejército conformado por mil personas, con una chica al frente, que tenía
el cabello negro corto que contrastaba con su tez nívea, un traje militar de
alto rango montada en caballo.
-¡¡¡VAYAN AL BARCO Y
BUSQUEN SOBREVIVIENTES!!!, ¡¡¡ESCUADRÓN MÉDICO REVISEN A LOS QUE VAYAN SALIENDO
DEL BARCO!!!
-SÍ, MAYOR GENERAL.
Los soldados corrieron
hacia el barco, mientras el escuadrón médico se aseguraba en un área reducida.
-¡¡¡Mayor, tenemos un
total de 31 personas a bordo, cinco humanos jóvenes, nueve humanos adultos, el
príncipe de Hefestos, la princesa de Mythland, los dos principes de Gruunland,
hay dos soldados de Silkland, hay doce soldados, todos de cada reino menor y,
al parecer, una Drakkengar, todos están inconscientes!!!
-¡¡¡ESCUADRÓN MÉDICO,
YA SABEN QUE HACER!!!
El escuadrón médico
cargó a todos los carruajes médicos, para atenderlos de forma inmediata. Fue
ahí cuando la chica se dio cuenta de dos ausencias muy importantes.
-Su majestad- se
dirigió un militar a la mujer.- ¿Está segura que son…?
-El único que falta es
el joven Kyoto y una mocosa que siempre estaba con el y la chica de cabello
azul, y supongo que todo eso tiene como explicación el conflicto con Olympia.
-Entonces sí son…
-Sí, son ellos, tenemos
que salvarlos y sacar la información, es un alivio que haya estado justo aquí
para resolver sus problemas actuales, respecto a los otros dos, es más que
posible que esten muertos.
-¿Supo del derrumbe de
la Torre Olímpica?- preguntó el militar.
-Mayor Miles, ¿sabes tú
que el mar es azul?- preguntó sarcásticamente la chica.- Esa noticia fue
mundial, nunca nadie se había atrevido a levantar la mano contra esos
terroristas, vinieron ellos y lo hicieron, tuvieron sus bajas importantes, eso
es claro, pero acabaron con la amenaza.
-Supe que Shinnok
escapó- dijo el mayor.
-Estará muerto ya, supe
del cambio de poder y, al parecer, ese nuevo poder no acepta la debilidad, no
tuvo compasión alguna para deshacerse de un aliado, y mucho me temo que
nosotros tampoco somos de mucho interés.
-Entonces…
-Algo terrible se
acerca en “Tortura”, y ese rey tiene mucho que ver al respecto, Mayor.
-Sí, Mayor General
Angel Falkner…
-Me encanta como suena
el apellido de mi madre- dijo la chica con nostalgia.
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Sus ojos se abrieron
lentamente, para encontrarse en un hospital.
De pronto, al sentir
seguridad, hizo la pregunta que tanto le preocupaba.
-¿Kazuha-chan?-
preguntó con calma, esperando respuesta.
Pero no hubo, haciendo
que sus ojos comenzaran a lagrimear.
Se sentía tan inútil, y
tan responsable.
Si en vez de insistir
en llevársela a ese viaje, hubiese hecho caso a la idea de mandar a la niña a
un orfanato. Si tan solo, en vez de insistir en pasar un día más en Silkland,
hubiese hecho caso a su novio y hubieran partido el día que él dijo que
partirían, quizá, no, lo más probable, es que ambos estuviesen ahí, en ese
lugar, junto con ella.
-Soy tan estúpida, tan
tonta, perdónenme los dos, donde quiera que esten, por favor…
-No tienes que disculparte
por nada, cariño- dijo una voz fuerte, tras ella.- Sentir es natural, no te
disculpes, ni te arrepientas del pasado, ¿lo pasate bien?
La chica asintió, por
supuesto que había disfrutado aquellos días…
-Estoy segura que él,
en estos momentos, pensaría lo mismo, lo pasó bien… Si él fue capaz de
convertirse en lo que todo mundo vio, fue por eso, es humano sentir, y no
tienes por qué disculparte por nada, no tienes la culpa de nada…
-¡¡¡ELLOS ESTÁN
MUERTOS, MALDITA SEA!!!- gritó la chica con voz rota.
-¡ENTONCES MÁTATE TÚ Y
ALCÁNZALOS!- gritó la voz.- ¡VE CON ELLOS Y DEMUESTRA QUE DIERON SUS VIDAS EN
VANO!, ¡QUE LA PERSONA POR LA QUE MURIERON NO SOPORTÓ ESTO Y SE MATÓ!
Melodi se sentaba en la
camilla, abrazando sus piernas.
-Esto es una pesadilla,
estoy segura que, en algún momento, abriré mis ojos y ellos estarán tras esas
puertas, para seguir jugando y buscando nuestros tiempos felices.
El cuarto comenzó a
congelarse, cosa que notó la persona dentro.
Lo sabía, esa mujer al
frente estaba encerrándose, lo entendía, lo vivió cuando su madre había muerto,
no se sentía con el derecho de decirle algo.
-Supongo que, respecto
a la guerra, no tengo que hablar contigo, por fortuna, aún está el rey de
Belladona.
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-¿Cómo está ella?-
preguntó un adulto de cabello azul mientras intentaba recostarse.
-Ah, ¿cómo explicarlo?-
dijo la persona al frente.- El estado físico es perfecto, sólo se agotó por las
vivencias de los últimos días, respecto a lo mental, y a causa de lo vivido, su
estado mental es delicado, esto ocasionó que sus poderes de hielo se descontrolen.
-¿Otro despertar?-
preguntó Myyah asustada.
-Pues si usted lo
entiende así, supongo que ya vio algo similar, en efecto, su poder está
descontrolado, esto puede ocasionar que, gradualmente, pierda el atributo
hielo, por eso ella está aislada.
-Oh, entiendo, bueno,
¿cómo podríamos hacer para que ella no pierda la cordura?- preguntó Kazuo con
curiosidad.
-Ella, al parecer, está
afrontando dos duelos, el de su pareja y el de la niña que los acompañaba, lo
que debemos hacer es apoyarla en estos momentos, de momento, ella está afrontando
la negación.
-Bien, entonces…
-Espere, dejémos los
sentimentalismos a un lado, Kazuo, rey de Belladona, en ausencia de su hijo el
príncipe Kyoto, usted es quien debe firmar los tratados de la alianza, tenga
claro eso, porque doy un tiempo de recuperación de tres días para que empiecen
los preparativos.
-¿Tres días?- preguntó
Kazuo con sorpresa.- Se supone que debemos apresurar esto por lo que pensé que…
-Con todo respeto,
¿Creé usted que su equipo estará listo para afrontar esta misión en menos
tiempo?
-La verdad es que…
-Tres días, se
recuperará y veremos como llevaremos los preparativos para la guerra.
-Entendido, joven
príncipe.
-Debo aclarar dos cosas
para estos efectos, para comenzar, no tendré piedad con ningún soldado del
ejército, si mueren en el entrenamiento, no descansaremos, se tratará de la
superviviencia del más fuerte, y número dos, ¡¡¡SOY UNA CHICA!!!
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-¿Cómo están, jóvenes
guerreros?
-Bastante mal, pero nos
preocupa nuestra compañera, ha sufrido demasiado.
-Sí, puedo entender
cómo se siente la perdida de un ser querido, por ello es que, de momento, sólo
contamos con ustedes para esta guerra.
Todos abrieron sus ojos
con sorpresa, esa persona, sin dudarlo, estaba relegando a una chica con amplia
experiencia en combate sólo por…
-Sí, parecerá ridículo,
pero ella no está apta para tomar las riendas de algo así, por ello será
relegada del campo de batalla, por lo que queda verlos a ustedes.
Dicho esto, comenzó a
caminar directo a una de las camillas a su izquierda.
-Stella Blizzard,
estuviste a punto de asesinar a una compañera sólo porque dijo que tu comida no
era buena, lo lógico es que tu cargo sea menor y alejada de las cocinas, no
quiero cargar con soldados muertos o con indigestión.
Se alejó de ella,
dejando a Stella con un puchero.
-Lo que usted diga,
joven príncipe.
-¡¡¡SOY UNA CHICA!!!
Siguió avanzando hasta
la camilla de una rubia.
-Natsuki Inoue, tú
peleaste con tu compañera de batalla, al parecer eres fuerte de actitud, cosa
que me gusta, la verdad, adoro cuando las personas actúan con fortaleza, pero
tu temperamento es volátil, no quiero cargar con soldados muertos o con baja
autoestima.
Se alejó de ella,
mientras un pequeño rayo se ensartó en la pared.
-Maldito seas, nadie me
dice cómo actuar.
-¡¡¡SOY UNA CHICA!!!
Se alejó con
precaución, caminando hacia un castaño de mechas grises.
-Riot Oda, no sé que
pensar respecto a ti, tienes don de mando, tu capacidad de resistencia es
superior a la media, tienes un peso aceptable pero el apetito de miles, lo que
ocasionó que reservas para una semana sólo duraran dos días, me niego a cargar
con soldados muertos o desnutridos.
-Lo que usted ordene,
joven príncipe.
-¡¡¡SOY UNA CHICA!!!
Por último, se dirigió
hacia Zentraedi.
-Tú eres el indicado,
según los reportes sueles actuar como un idiota, sin embargo, eres un genio a
la par de tu mejor amigo y primo, grandes dotes como artemarcialista, excelente
en el manejo de la espada, pocos conflictos, supiste guiar a tu equipo en
ausencia de un líder, además de gran motivador, quiero cargar con soldados
fuertes, animados, con carácter, tú y yo podríamos dominar el mundo si aliamos
nuestros reinos.
-Me halaga lo que me
dice, aunque me siento indigno de ellos, mi Lady- dijo el albino con calma.
-¡¡¡QUE SOY UNA…!!!- La
princesa se quedó corta, había escuchado bien.
-Sí, lo sé, es una
chica, hay que ser demasiado ciego para no notarlo, supongo que se ha ganado su
mérito como la Mayor General, Angel Falkner.
-Sí, mis medallas han
sido emblema de los logros conseguidos en mi corta carrera militar, si unimos
nuestros talentos, esta guerra acabará…
-En menos de lo que cae
un rayo, tengo un concepto para ello, “Blitzkrieg”, o guerra relámpago.
-Me agrada tu visión,
tú y yo seremos los mejores en el campo de batalla.
-Sí, eso solía decir mi
mejor amigo, me halagan sus comentarios, su alteza.
Natsuki veía con celos
la escena, esa chica, que había osado llamar “volátil” a su temperamento, al
parecer no notaba nada.
Y el imbécil de su
novio se ponía a coquetear con ella…
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-¿Cómo están chicos?
-Se supone que somos
personas que vienen en plan de diplomacia, ¿qué hacemos en prisión?- dijo una
voz varonil con enfado.
-Les diré qué es lo que
hicieron, pero antes, ¿conocen a Melodi Inverna?- preguntó la princesa de
Cydonia.
-Sí, es una amiga
nuestra, junto con su novio, ambos son parte fundamental en este plan de
invasión.
-Bueno, pues ella no
está en una buena salud mental, su novio no sabemos donde está y, respecto a la
niña…
-Si, sabemos que es lo
que pasó- dijo una chica, compañera de celda.
-Bueno, pues les
explico, técnicamente ellos dos eran sus superiores, desobedecer una orden de
tu superior implica alta traición, por ese motivo…
-Deberiamos ser
juzgados por…
-Sí, lo sé, por
Belladona, pero ahora están en Cydonia, y decidí ser yo quien los arrestara,
por un simple motivo, no puedo confiar en ustedes después de tamaña estupidez
de desafiar la orden de un superior, Yuusei Hyutsuchi, ¿por qué demonios
retaste a los Olympiakos?
-Yo quería ahorrar
problemas respecto a esos terroristas, pensé que sería buena idea llegar a
Hefestos con la noticia de que Olympiakos estaba destruida.
-No, temo decir que esa
no fue tu razón, y tu hermana lo declaró- dijo la princesa sacando un
documento.- “Si él pudo retarlo, ¿Por qué yo no lo haría?” fueron tus exactas
palabras, ergo, tú no esperabas llegar con la noticia de la “destrucción de
Olympiakos, tú esperabas llegar con la noticia de que TÚ destruiste a
Olympiakos, a pesar de no saber NADA respecto a ellos.
-Bueno… yo…
-Como consecuencia,
pusiste una alianza en riesgo, hubo una pérdida lamentable, un desaparecido, una
chica en severo estado mental y un equipo destruido, bravo, Yuusei.
La princesa aplaudió
con sarcasmo, cosa que irritó a Yuusei.
-¡¡¡YO NUNCA LES PEDÍ
QUE ME RESCATARAN!!!
Un golpe cerrado lo
derribó, mientras Sora acudía a su auxilio.
-¡¡¡¿¿¿QUIERES CALLARTE,
IDIOTA???!!! ¡¡¡EL MOTIVO POR EL CUÁL FUERON POR TI FUE POR QUE LES
IMPORTABAS!!! ¡¡¡TÚ SÓLO BUSCABAS LA GLORIA, ARRIESGANDO INCLUSO A TU
HERMANA!!!
Yuusei calló, mientras
Sora veía con tristeza la discusión.
-¡¡¡POR ESTUPIDECES
TUYAS MURIÓ UNA PERSONA, OTRA ESTÁ DESAPARECIDA Y OTRA ESTÁ DEVASTADA!!!
¡¡¡¿¿¿CREES TÚ QUE ESOS SOLDADOS ME SIRVEN???!!!
Yuusei seguía callado,
Kyoto se lo había dicho antes de invadir Olympia, y ahora se percataba de sus
errores.
-¿Sabes algo?, a pesar
de todo, te tienen estima, ninguno de ellos pidió que te convirtieras en un
criminal por ello, fueron ellos quienes decidieron ir a buscarte, porque les
importas, aún con esos errores cometidos- dijo Angel mientras volvía a cerrar
la celda.- Pero soldados que, posiblemente, me traicionen buscando la gloria
personal, no me sirven, es por ello que están aquí ustedes, yo me haré cargo de
los reinos de Norwind y Gruunland, mientras ustedes cumplen su condena en
prisión, esta condena será acordada en la reunión de Unificación.
-¿Y yo por qué estoy aquí?- preguntó una mujer.
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