viernes, 15 de mayo de 2020

Capítulo 99: Aquellos que están ahora en un solo ejercito.


Capítulo 99: Aquellos que están ahora en un solo ejercito.
-¡¡¡SHIKAI!!!
Y la oscuridad llenó el ambiente, mientras la espada de Zentraedi creía a un tamaño considerable, el mango se rodeó de un vendaje y el filo se volvía hacia un solo lado, en tanto Zentraedi ahora poseía una máscara de Lobo
-¿Acaso es la Fase 2?- preguntó Natsuki sorprendida, rompiendo su ley de hielo ante la demostración de fuerza de su novio.
-No, te equivocas- contestó el albino con simpleza, y cero emociones.
Lanzó un corte al aire, pero este provocó una onda gélida que paralizó todo.
-Valhalla, el salón de los Caídos, quienes conviven lleno de hermosas Valquirias y carne hasta atiborrarse, en ollas de comida eterna, no importa tu procedencia, Odín siempre tiene un lugar reservado para ti si caes en combate, pero mueres con honor y valor.
El albino sólo tomó asiento ante la vista de Stella y Natsuki, quienes seguían en posición de combate.
- ¿De qué mierda hablas?- preguntó aterrado el gigante.
-Del salón de los caídos, las valquirias que satisfacen a los valientes guerreros tanto en vista, como estómago y garganta, pues ellas sirven hidromiel y carne del jabalí más delicioso, y son los caídos quienes vendrán a nosotros.
-Mierd…
Un aura verdosa le cubrió mientras una nebulosa inundaba el ambiente.
-Surge: Ragnarök
Y la nebulosa comenzó a tornarse siniestra, a la vez que salían varios guerreros de la nebulosa, todos vivaces, llenos de energía, pero con los ojos en blanco.
-Al Ataque - dijo Zentraedi con calma mientras veía con calma las almas llegar.
Y los guerreros comenzaron a atacar a Gulliverr, quien recibía los impactos con fuerza.
Poco a poco, la resistencia de Gulliverr iba disminuyendo, a cada impacto de los guerreros, su poder disminuía de forma considerable.
-Maldito mocoso, ¡¡¡Vas a pagar por esto!!!- gruñó el gigante mientras recibía los embates.
Furioso, el gigante golpeó el suelo, haciendolo retumbar, haciendo caer a varios miembros del ejercito de Zentraedi.
Pero los guerreros no sólo se levantaron, sino que recogieron sus armas y reiniciaron los embates, mientras las chicas veían con nervios al guerrero que estaba a su lado.
-Llueve, Granice, Neve, Truene, Tiemble, no importa, los Einherjer pelearán a favor del orden contra el caos, está escrito en la Edda Prosaica.
Natsuki miraba asustada a Zentraedi, preguntándose sobre si era necesario recurrir a ese nivel de pelea.
-Los Einherjer son los caídos en combate, se atiborrarán de hidromiel, se deleitaran con las hermosas valquirias y comerán hasta el hartazgo… sólo serán despertados cuando llegue el día del juicio final, y ese día es el nombre de la espada de mi padre- dijo el albino levantándose de su posición de flor de loto.
-¿Qué has dicho, Zentraedi?, Se supone que un encargado de vigilar las almas errantes en la Tierra debería tener un alto entrenamiento para manejar la segunda etapa de su arma legendaria- dijo Natsuki asustada.
-“Morimos” cuando estaba a punto de empezar mi entrenamiento en segunda etapa, y nadie tuvo la descencia de decirle a mi padre donde me habían dejado a cargo… Por eso, del nombre completo, sólo me aprendí la mitad de su nombre: Ragnarök.
Stella miraba confundida, mientras veía a Natsuki discutir con su novio.
-A ver, a ver, ¿qué pasó aquí?- preguntó Stella con confusión- ¿Hay algo que me haya perdido?
-Sí, como parte del gremio de exorcistas, tenemos una amplia relación con los dioses de la muerte, así que dejan a algunas personas a cargo de las almas errantes en la tierra, ellos son conocidos en Japón como Shinigamis Sustitutos.
-¿Hablas de sujetos como el protagonista del cómic favorito de Zentraedi?- preguntó Stella con sorpresa.
-Justo por eso adora ese manga, porque su familia ha estado a cargo de las armas errantes generaciones atrás, mejor dicho, desde Yû Schiffer.
-Entonces Zentraedi ha heredado…
-Sí, el poder de evacuar a las almas, y llevarlas a un lugar mejor… Por eso fue que padre me llevó a conocerlo, porque un Shinigami y un Exorcista tienen trabajos similares y nos complementaríamos juntos.
-Entiendo- dijo Stella- ¿entonces hay cambio de planes?
Zentraedi no dijo nada, tomó la espada y se lanzó al ataque, junto a su ejército de armaduras.
-El plan es el mismo, Stella dará órdenes a Natsuki, mientras yo iré al ataque frontal- dijo el albino mientras corría con la espada en alto.
Natsuki sólo se quedó aterrada, pero agradecida con que Zentraedi tuviese la espada en sus manos y no el padre del muchacho.
-¿Te encuentras bien, Natsu?- preguntó Stella.
-Sólo alterada, entendiendo la razón por la cuál nuestros clanes estaban enfrentados, pero mi clan no hizo nada contra ellos, y es que nadie se atrevería a levantar las manos contra un enemigo cuya arma, en su primera liberación, convocase un ejercito de cadáveres heróicos.
-Entonces, ahora le temes, supongo, ese poder es bestial…
-¿Temerle?- dijo Natsuki mientras se daba un par de palmadas en las mejillas- Mi novio ya fue temido, ahora somos temidos en nuestro mundo, dejarlo solo implica quedarme sola, no pienso perderlo otra vez.
Dicho esto, se cargó de energía espiritual y un par de alas purpuras de aura salieron en su espalda.
-¿Qué hago Stella?
-Bien, este es el plan…
-------------------------------------------------------
Zentraedi había dado alcance al gigante, quien intentaba defenderse de los embates de los einherjer, pero todo empeoró cuando llegó el albino con la espada sobre su hombro.
-¿Qué pasa?, ¿ya no te sientes tan grande verdad?- dijo Zentraedi con soberbia.
Gulliverr, en un intento desesperado de desvanecer la técnica, creó otro temblor, provocando que los guerreros cayesen de nueva cuenta.
-Creí haber dicho que llueve, truene, neve, granice o tiemble, el ejercito de los caídos no se detendrá… Pero es la última vez que lo repito, ya que yo no tengo replica.
Y apuntó con sus palmas hacia el gigante.
Gulliverr se levantó, aterrado, mientras buscaba incrementar la distancia entre los guerreros y él, dando un gran salto para retroceder… pero no se esperaba la estrategia planteada.
Stella, a lo lejos, se unió al ataque de los caídos con la lanza que su madre le había dado.
-Pero olvidaste decirme cómo liberar su poder- se dijo Stella mientras tomaba la lanza- No importa, Atributo Cósmico…
La lanza se llenó de varias estrellas, coronando la punta, mientras Stella se iba encarrerando hacia el gigante.
-Ataque de Escorpio…
Y arremetió con velocidad contra Gulliverr, perforando el cuerpo de lava, dejando expuesto el cuerpo real de Gulliverr.
-¡¡¡AHORA NATSUKI!!!- gritó Zentraedi con furia.
-¡¡¡Atributo Espiritu!!!- gritó la rubia mientras colocaba sus manos al frente, cargando un gran aura- ¡¡¡RAYO ESPECTRAL!!!
Y un poderoso rayo de aura salió de las manos de la chica, Stella se quitó junto con su lanza, haciendo que el rato atacara al cuerpo vulnerable de Gulliverr, quien recibió el golpe de lleno.
-Atributo Bélico: Bala de Espíritu de Lucha- dijo Zentraedi mientras colocaba sus palmas al frente, creando una esfera de aura roja.
Y arrojó la esfera al cuerpo más maltrecho del gigante, quien salió disparado, abandonando el cuerpo de magma y rocas, quedando más expuesto aún.
Y los tres chicos saltaron rumbo al gigante, quien estaba debilitado y muy mal herido, mientras veía a los tres chicos dirigirse hacia él.
-Atributo Bélico/Leyenda- dijo Zentraedi mientras cargaba su espada con las dos manos, apuntando hacia el pecho del gigante- Corte del Behemot.
-Atributo Cósmico/Psíquico- dijo Stella con la lanza al frente- Psico-Vacío.
-Atributo Espiritual/Eléctrico…- dijo Natsuki mientras canalizaba aura en sus palmas, juntándolas- Palmas de Raijin.
Y los chicos perforaron el pecho de Gulliverr, en un ataque feroz y combinado, viéndose obligados a aterrizar en el llano.
Dado el poder del Corte del Behemot, el “Shikai” de Zentraedi se desvaneció, llevándose a los Einjerher a su morada…
Gulliver lucía recostado sobre el campo de batalla, ante la mirada alerta de los chicos, en el caso de Zentraedi y Stella, sacaron sus armas del cuerpo del gigante.
Gulliverr vio a Zentraedi, y sonrió, dejando confundido al albino.
-Al menos, prométeme que pelearé junto a ti en el Ragnarök- dijo el gigante mientras sonreía.
-No importa de que bando hayas peleado- Dijo Zentreaedi apuntando la espada hacia Gulliverr- Si moriste con honor y valor, te espera un lugar en el Valhalla.
Gulliverr cerró los ojos, satisfecho, mientras expiraba su último aliento.
---------------------------------------------------------
Kyoto despertó, mientras veía a Riot siendo curado por Melodi, aunque no recibió mucho daño, era preciso que todos estuviesen al cien.
Todo había acabado, podían reunirse nuevamente, sólo quedaba esperar a Zentraedi, Natsuki y Stella llegasen al punto de reunión a bordo del invencible.
Esto de no ser por la llamada que estaban a punto de recibir.
Sonó el intercomunicador de Kyoto, quien sólo arrastró un dedo en el auricular, para recibir la llamada.
-¿Bueno?
-Kyoto, eres tú, gracias al cielo que contestas, eso indica que todo está bien por allá- dijo Kazuo con alivio.
-Si dices por allá y no en general, significa que algo anda mal “por allá”, padre, ¿algo qué confesar?
-Sí, bueno, la verdad es que soy el único que sigue consciente en esta embarcación, todos los demás siguen inconscientes, fuimos derrotados por una fuerza monstruosa…
-¿Kazuha está bien?
-No lo sabemos, ella fue…
-Raptada, entiendo, supongo que era un cuerpo militar de Olympia lo suficientemente grande para…
-Sólo fue un hombre, Kyoto, todos peleamos con fuerza, incluso el padre de Melodi, él está atendiendo a los heridos…
-¿Quieres decir que una sóla persona acabó con grandes miembros de Xtars de la 5ta generación, una princesa guerrera, un espía entrenado para matar, la hermana de armas de ese espía, los mejores caballeros de toda The Fantasy, una evangelizada, mis suegros, y se llevó a mi bebé como trofeo?- dijo el azabache con calma, pero apretando cada vez más sus puños.
-Eso es de lo que queríamos hablar, él dice que es el más fuerte de todos los Drakkengar, que él y sólo él puede acabar con un ejercito y con los 5 reinos.
-Sólo estaba fanfarroneando, pero no importa ya, yo mismo buscaré a ese hijo de perra, ¿cuál es su nombre?
-Dommino, Dommino Caricci, para servirte, joven caballero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra.

Capítulo 115: Dos semanas para la guerra. -¿Habrá llegado ya el mensajero?- preguntó Kyoto mientras realizaba algunas abdominales. -Esto...