domingo, 21 de junio de 2020

Capítulo 100: Raptada.


Capítulo 100: Raptada.
-Dommino, Dommino Caricci, para servirte, joven caballero.
El chico saltó instintivamente hacia atrás, quedando en la misma posición de Melodi y Riot, mientras el Acua Aro se desvanecía de sus cuerpos, ya habían acabado de pelear, así que sus efectos se mitigaron. Ergo, Kyoto aún estaba herido.
Alzó la vista para verlo, alto, delgado, la piel blanca casi nívea y el cabello azabache, mirada serena, podría decirse que carente de emociones, aunque pudo notar que esa entidad no volteaba a verlo.
-Por lo general, la gente baja la mirada, señal de sumisión ante un poder tan grande, pero tú tienes la osadía de levantar el mentón en señal de desafio, sin embargo, no podré complacerte, porque no eres digno de enfrentarte a mi.
Kyoto no dijo más, y se abalanzó cubierto de llamas contra aquella entidad y, justo cuando el puño de Kyoto estaba a punto de impactar al rostro, el chico se sintió flotar en el aire.
-¿En verdad eres tú?, dudo mucho que alguien cuyas acciones están orientadas por sus emociones sea capaz de derrotarme, no eres más que un miserable trozo de basura andante.
Y arrojó al chico hacia Melodi y Riot, quienes contuvieron la caída del azabache.
-En este momento estamos todos en sintonía, Mi búsqueda requiere una fémina, casta, pura, anteriormente plagiada, vamos, la progenitora de esta infanta- dijo el azabache sacando la jaula donde estaba Kazuha.
La mirada de Kyoto se convirtió en rabia pura, mientras el cuerpo comenzaba a calentarse cada vez más.
-¿Acaso serás tú, Melodi Inverna, la progenitora de esta infanta?
La chica no dijo más, se levantó y aplicó Acua Aro sobre ella misma.
-Te atreviste a raptar a mi hija- dijo Melodi con calma, pero el agua a su alrededor parecía un mar en tormenta- Vas a pagar por ello, Atributo Agua.
La chica tomó carrera y avanzó con velocidad hacia el ente parado frente a ellos, mientras el agua que rodeava su cuerpo tomaba forma de un proyectil.
-¡¡¡ACUA JET!!!
Y justo antes de impactar, fue detenida por una extraña energía, siendo sometida de la misma forma que Kyoto.
-Ambos son impulsivos, de hecho, vinieron aquí sin ningún plan, mejor dicho, lo tendrían, con Cydonia de su lado, pero uno de los idiotas del barco que asalté fue demasiado estúpido como para querer venir solo y empezar la invasión, ¿o me equivoco, basura?
El ente veía a Kyoto mientras formulaba la pregunta, el chico sabía que Dommino tenía razón, una vez que se habían enterado de la derrota de Yusei, corrieron para atacar Olympia, sin ningún plan concreto.
Dommino caminaba en círculos alrededor de los chicos, mientras tomaba posesión de Melodi, aún bajo el poder de aquella extraña energía.
-Y todo el éxito que tuvieron fueron meros golpes de suerte, mucha suerte si me lo preguntan, pero…
Un disparo se escuchó a las espaldas de Dommino, quien sostuvo una bala que iba directo hacia su corazón. Riot soltó un ruido seco con su boca.
-Pero no es suficiente, si alguno de ellos hubiese fallado, el maestro Golittha seguiría con nosotros.
-Déjanos ir, a todos, Golittha está muerto, no hay nada por lo cual luchar, no hay Monte Olimpo que hacer renacer en la tierra- trató de razonar Riot, ante el fallido intento de asesinato.
-Me niego, yo, el seguidor más fiel de Golittha, seguiré con lo planteado, el maestro Golittha no habrá muerto en vano, él está ahora, en los campos Eliseos, esperando su renacer como el Dios de las Leyendas, aquel a cargo de mantener en la inmortalidad simbólica a los héroes.
Dicho esto, arrojó a Melodi hacia la jaula donde estaba la pequeña Kazuha, quien no dudó en correr hacia su madre mientras lloraba fuertemente.
-Hija, todo está bien, ya estoy aquí- dijo Melodi abrazando a la niña.
-Oh, por cierto, fuiste tú quien derrotó al maestro Golittha, entonces debo hacer algo por mera precaución, dado que tu aura no nos interesa, te prestaré estos brazaletes- dijo el ente mientras le colocaba los arillos en la mano a la chica- Son supresores de aura, no importa cuanto te esfuerces, no serás capaz de canalizar aura mientras los tengas puestos, y sólo una fuerza superior podrá romperlos.
De repente, una bola de fuego se dirigía hacia el ente, quien dio un salto hacia atrás para evitar el daño, pero vio dentro de la bola de fuego y jaló hacia su espalda la mano donde tenía la jaula, dando una poderosa patada en el abdomen del muchacho.
-No podrás hacerlo, nada de lo que hagas será útil, el renacer del Olimpo está cerca, y aquellos que fueron prometidos como nuevos Dioses, serán llevados ante el mismo Zeus, aún si han muerto.
Dicho esto, se dirigió hacia Kyoto, quien estaba adolorido por lo del combate anterior, por lo que levantó su pie, mirándolo con desinterés.
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Zentraedi, Natsuki y Stella vieron desde lejos una nube de polvo que se levantaba a los cielos, ellos se dirigían hacia el templo de Urano, después de la batalla contra Gulliverr, ahí se encontrarían con los chicos, y el barco que los llevaría a Cydonia.
-Tengo un extraño presentimiento- dijo Natsuki.
-Igual yo, siento como si un alma quisiera entrar al mundo de los muertos- dijo el albino un tanto agotado.
-¿De dónde procede esa alma?- preguntó Stella con viveza.
-Pues del lugar donde vino esa explosión, supongo que Kyoto…
-No, no lo digas, si él está muerto, entonces…
-Lo siento Natsuki, pero nadie de nosotros es capaz de invocar un poder así, entonces…
-Terrible- dijo Stella mientras veía al horizonte- Es una fuerza terrible.
-Entonces aceleremos el paso- dijo Zentraedi- Mi amigo está en peligro, y esta fruta podrá hacerlo renacer.
-¿Esa fruta?- preguntaron Natsuki y Stella.
-Es una manzana capaz de volver inmortal a una persona, al menos, en un corto periodo de tiempo, no puedes matar a un dios.
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Riot salió de una muralla de metal, cubierta de polvo por la explosión provocada, mientras veía a su alrededor, buscando al causante de la explosión, pero no encontró nada.
Excepto por el muchacho en el suelo, en un cráter con una forma bastante característica, la de un pie, era Kyoto, quien estaba boca abajo, con sangre saliendo de su boca, bastante golpeado.
Se acercó hacia el chico, quien intentaba moverse, pero no conseguía nada.
-La… La…
Riot le escuchó, le cerró la boca, mientras esperaba a sus amigos.
Natsuki, siendo más veloz, fue la primera en llegar al lugar, con la fruta entre sus manos.
Su mente no dio para más cuando vio la terrible huella en el suelo, con el maltrecho chico en el centro.
-Riot, ¿qué ha pasado?
-Te contaré la versión rápida, una entidad llamada Dommino Caricci apareció, había invadido el Invencible, derrotó a todos, secuestró a Kazuha, vino, le puso una golpiza a Kyoto, se llevó a Melodi y pisoteó a Kyoto.
-Literal- dijo Natsuki asustada- Zentraedi me encargó esto, debo darselo de comer o morirá.
La chica partió la manzana en cuatro partes, y se las dio a Kyoto con lentitud, increíblemente, aún estaba completo pese al daño que recibió por ese brutal ataque.
-Come despacio, Kyoto, tienes que recuperarte…
Kyoto masticó con debilidad, mientras su cuerpo se restauraba lentamente.
-Iré a preparar una fogata, debemos esperar a los adultos, y formular un plan de rescate.
-Claro, Zentraedi y Stella ya están en camino.
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Abrió sus ojos lentamente, mientra sentía sus huesos acomodarse suavemente.
Nuevamente había sido pisoteado, literal y figurativamente, sintiendo su orgullo romperse a pedazos.
Se levantó, y salió con calma fuera de la cabaña.
-Espera, ¿a dónde irás?, aún estás herido- preguntó Zentraedi con calma.
-Iré por ellas, por Melodi y por Kazuha.
- ¿Acaso estás loco Katekyo? - cuestionó Riot- Ese monstruo casi te mata, ¿qué podrás hacer para salvarlas y salir con vida?, tenemos que esperar a los adultos, con ellos formularemos un plan.
-¿Plan?, no hay tiempo Riot, tengo que ir, debo salvarlas, aún si termino sin vida, estoy seguro que lograrán seguir este camino.
Tomó su gabardina y dirigió una mirada gélida a sus compañeros.
-Como sea, debo irme- finalizó el azabache.
Y tomó marcha, directo a la torre Olímpica, donde Melodi estaba secuestrada, por segunda ocasión, sólo que ahora tenía dos vidas a las que proteger, la de su novia y la de su hija.
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Recorrió el bosque con velocidad, mientras saltaba partiendo ramas gigantescas y muy gruesas.
-Olympiakos, malditos.
Saltó de nueva cuenta mientras, con guitarra en la espalda, buscaba un indicio de que estaba cerca de la torre.
Cuatro golem de piedra con gigantescos mazos salieron a su encuentro, amenazando su cruzada.
Sacó la guitarra y dio un rasgueo brutal.
-Atributo Oscuridad: Riff Gótico.
Y unas ondas expansivas petrificaron por completo a los golem, y Kyoto voló entre ellas, enviando cinco clones con una mecha en su cabeza.
-Atributo Oscuridad: Clones Kamikaze.
Y los cuatro golem cayeron destruidos en rocas mientras Kyoto se acercaba más a la playa.
Y pudo verla a la distancia, la torre olímpica sobre el mar de Olympia.
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-Debo irme- masculló una rubia que se levantó después de tratar sus heridas con Voltio Parábola- Estoy aburrida aquí.
-Natsuki, ¿vas a seguirlo? - preguntó Zentraedi cargando a Riot, quien aún no se recuperaba de sus heridas, pues Melodi lo había dejado a medio curar.
-No puedo dejar sola a mi amiga, y en manos del imbécil de Kyoto, es un peligro.
-Motivos, Motivos de Muerte- dijo Stella sacando un viejo libro de una de las casas de Oricalco- Listo.
Comenzó a buscar las páginas, mientras Zentraedi veía con desinterés los movimientos oculares de la chica, rogando porque no fuera cierto.
-Los 8 motivos de la Muerte son las razones causales de la misma- comenzó a leer Stella- Enumerarlos es fácil, definirlos, es lo complejo, pues desde la perspectiva subjetiva, inclusive, este libro está hecho para dar una visión propia de los motivos de la muerte.
-Calla Stella, lo que diga ese libro…
-Kyoto posee el Motivo de la Frustración, este motivo desencadena Destrucción, Caos, Nihilismo y la Ira, no me sorprendería que la Torre Olímpica cayera en mil pedazos, y Melodi muriera en el proceso.
-Eso si se vuelve loco- comentó Natsuki- Mi amiguita es muy preciada para él, así que dudo que quiera perder el control ante eso.
-Eso queda verlo, no creo que termine destruyendo la Torre Olímpica, no con Melodi dentro, ¿tú qué opinas Riot? - preguntó Zentraedi con curiosidad.
-Que es la ira andante, estoy seguro de que en algún momento perderá el control- dijo el castaño de forma pausada.
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El chico voló con velocidad sobre el mar de Olympia, mientras iba esquivando las olas que trataban de impactarlo. Las lágrimas rodaban por sus ojos, mientras se lamentaba tantas veces no ser lo suficientemente fuerte para proteger a sus seres queridos.
Por culpa suya es que su hija y su novia estaban secuestradas lejos de él. No podía fallar en esta misión.

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