Capítulo 21: Destiny…
Amanecieron en la torre XTAR, aunque
hubiera deseado con el alma amanecer junto a Meredi, las reglas no lo permitían
por ser ambos menores de edad, serían considerados parias y los matarían como
animales, los japoneses tenían costumbres muy extrañas.
-Y sin embargo, detesto las reglas-
dijo Kyoto de forma sombría.
Habían tenido apenas una semana del
proyecto y, para atrapar a un par de criminales peligrosos, tuvo que recurrir a
los métodos más arcaicos que pudo encontrar.
Cosa que agradó mucho a su novia y que
a Melodi le dejaron un amargo sabor de boca.
Al estar casi dos semanas rompiendo
las reglas bajo el argumento de que la muerte de los que osaran meterse con
Meredi, acabarían malparados, estaban ganando una muy pésima reputación.
-Doble patada gélida- dijeron Melodi y
Meredi a la vez que asestaban una fuerte patada a otro soldado.
Melodi sorprendentemente había logrado
mantener una buena relación con Meredi, no sin antes advertirle que si lo hacía
sufrir ella se encargaría de cobrarle el daño, cosa que, extrañamente, fue
devuelta con paz y tranquilidad, en vez de otro despertar tan angustioso.
-Felicidades Melodi, tienes buen
empuje de piernas- dijo Meredi.
-Gracias, Sara-chan, o debo decir,
Meredi-chan- dijo sonriente la chica.
-Meredi está bien, compartimos misma
línea de sangre real final de cuentas….
Ride, Rode,Zentraedi y Kyoto
colaboraban en técnicas casi suicidas, cuando alguien osaba meterse con alguien
de su equipo, Kyoto siempre iba al frente para ser el proyectil de…
-Técnica triple: Cañón Xtar del Caos-
gritaron los tres mientras Kyoto era expulsado cual balastro hacia un grupo
criminal.
Todo era paz y amor en el equipo 6 de
Xtars.
Sin embargo, una noche toda la vida
dio un cambio inesperado.
-Chicos
de Xtars, favor de presentarse en el muro de misiones para tomar una reciente y
de alto riesgo, pro su atención, gracias.
Los chicos habían peleado contra seres
simples, asaltantes, organizaciones criminales, pero esa noche fue un vuelco
inesperado.
-Derrotar a la Armada de la nación
Flotante, un reino celestial formado por clérigos y teólogos que buscan el
dominio del mundo- dijo Kyoto.
Por primera vez en una misión, se explicaban
situaciones paranormales.
-¿De qué atributos son?- Preguntó
Kyoto con seriedad, algo raro desde el regreso de Sara.
-¿Cómo sabes que…?
-Fácil, por lo que me explica, la
nación de la armada flotante es una organización mítica, así que nosotros
formamos parte de la historia oculta, lo que nadie se atreve a decir- el tono
de voz de Kyoto se tornó amenazante- La razón es, porque somos superiores a los
millones de simples que existen, y que luchan por un ideal de libertad, mismo
ideal que reprimen siguiendo dogmas y leyes que restringen el conocimiento,
nosotros como organización, carecemos de ellas.
-¿Crees que Dios es una invención?-
preguntó enfadado Akashi.
-Pues claro, La Nación Flotante por
algo quiere invadir nuestro mundo, sin embargo, necesitaba mantenernos
limitados en nuestro desarrollo científico y tecnológico, ¿há jugado Xenogears
alguna vez?- preguntó Kyoto.
Akashi conocía ese juego, tan
desconcertante que no logró captar el mensaje, pues era bastante abstracto, sin
embargo…
-La libertad como ideal de los
sujetos, ¿cómo lograr la libertad si seguimos estancados en creencias y
dogmas?, ¿cómo combatir contra la armada…?
-Solo sal y cumple con tu estúpida misión-
dijo Akashi tomándolo del cuello- Pero te voy a decir algo, si mueres,
recibirás parte de tu castigo.
Kyoto solo esbozó una sonrisa, había
sacado de sus casillas al director de XTARS.
-Aceptaré ese castigo, para demostrar
que no existe.
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Salieron de la base con alta tensión,
excepto Kyoto, él estaba dispuesto a pelear contra aquellos que inventaron los
dogmas en la tierra.
-Kyoto, ¿te ocurre algo?
-Sí Meredi, la Nación Flotante, muchos
la conocían como Solaris por el juego de Xenogears, pero no dejo de pensar que,
tal vez, Víctor Lence haya provenido de ese país, ya sabes, me odia con su
alma, o mejor dicho, me odió.
-Sí, puede ser, pero ya no importa,
por cierto, nunca nos dijeron los atributos que manejaban- dijo Meredi.
-Fuego y Tierra, al poseer los genes
de Gaia ellos tienen control sobre lo que conocemos como “realidad”, así que
planteemos nuestra estrategia.
-¿Otra vez el tablero de ajedrez?-
preguntó Zentraedi.
-Sí, otra vez.
Sacó dos las dos reinas, dos torres,
los dos caballos y 3 alfiles.
-Meredi y Melodi irán al frente,
mientras que las mellizas aura curarán a los que pelean al frente, Ride y Rode
se encargarán de amortiguar los ataques de la armada mientras que Natsuki,
Zentraedi y yo agarraremos trataremos de derribar los buques… ya sabes hermano,
con lastres, electricidad y Combustión Interna.
-Sí capitán- y todos tomaron posición
de combate.
En las nubes, una corriente de aire
totalmente anormal hacía acto de presencia, a su vez, mientras las nubes del
cielo se apartaban, una enorme aeronave descendía, con una estructura similar a
un Buque de guerra.
-Habitantes de la tierra- gritó una
voz- Somos los Angeles Celestiales, y hemos venido por los justos para ser más
habitantes de El Cielo, y todos los demás serán desintegrados.
Donde Kyoto caminaba, mucha gente
estaba arrodillada, esperando la “salvación eterna”, o bien, el inminente final.
-Pfff- suspiró harto de la situación-
Ciegos de fe, sedientos de fe, hambrientos de fe, todo lo logran con fe, estos
idiotas no saben nada de la realidad, creen que con la fe se salvarán…. No sé
si reírme o llorar, así que haré ambas.
La falta de Sara le quitaba toda clase
de emoción.
-¿Tú qué sabes mocoso?, sí, tu
Nakimushi, eso es lo que eres, un mocoso llorón que…
Kyoto lo tomó del cuello frente al
anciano que le había gritado, estaba frente a los hijos y los jóvenes nietos
del sujeto, pero eso pareció no importarle a Kyoto.
-Escúcheme bien abuelo, viví un
maldito infierno gastando inútilmente mi saliva rogándole a Dios, su Dios, que
me evitara más dolor, así que no me venga con cuentos infantiles, porque ya no
soy un mocoso.
Dicho esto recibió el impacto de una
esfera de energía que se aproximaba a la tierra para desintegrar toda clase de
vida.
-Ignoren al muchacho, su falta de
creencias lo ha llevado a su destrucción- dijo un sujeto vestido de obispo-
Vengan señores, a servir para la obra que Dios nos ha mandado.
Kyoto seguía sangrando del impacto,
pero al mismo tiempo seguía inconsciente de lo que pasaba a su alrededor.
-Mi señor, su legítima Santidad,
gracias por este regalo, por fin mi familia y yo seremos felices- dijo el
anciano tomando la mano de sus hijos y nietos.
-¿De qué hablas anciano?
-¿No se supone que ustedes vendrían a
dirigir nuestra salvación?- preguntó el hijo del anciano.
-JAJAJAJA, solo muy pocas personas
merecen la salvación divina, ser parte del proyecto, de la gran obra de Dios
para nosotros…
Una esfera oscura le voló el báculo
que el Obispo sostenía.
-Agradezco que no soy de los salvados-
dijo la voz que había lanzado esa esfera de energía- de lo contrario, tendría
un poco más de piedad… contigo.
-Ah, bueno, supongo que eres más necio
que la mismísima muerte... el hombre nunca será superior a nosotros, y tú,
muchacho, no te contemplo dentro de la Obra Divina, porque eres antinatura.
-¿Qué es eso?
-Que lo que pasó contigo, fue
genético, anticristo.
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Mientras tanto, un ente observaba
desde el cielo la supuesta batalla que se llevaba a cabo.
-Bueno, trajeron al muchacho a
encenderlo, veremos si realmente es un Katekyo, o una miserable copia burlesca
de Kazuo y de Mi hija.
-Mi señor- una voz proveniente de una
esfera- esos se suponen que serán nuestros cuerpos, ¿por qué trajeron a La
Nación Flotante?
-Para explotar sus habilidades, ¿acaso
no ves que tenemos a tres herederos de la quinta generación?
-Cierto, y su nieto…
-Cá-lla-te,
no digas que ese mocoso es mi nieto hasta no verlo en acción
-Atributo Luz: Anti Sombras
-Atributo Oscuridad: Tragaluz
Las fuerzas chocantes en la batalla
crearon un desbalance en la situación de iluminación del campo de batalla.
-Eres poderoso, lástima que tenga que
derrotarte, servirías bien como un siervo de Dios- dijo el ente mientras
cargaba aura luminosa.
-Bueno- dijo Kyoto sin emociones
mientras cargara aura umbría en su palma- lamento no poder decir lo mismo que
tú.
-Atributo Luz: Foco Resplandor.
-Atributo Oscuridad: Pulso Umbrío.
Ambos recibían mucho daño, Kyoto nunca
se había cuestionado acerca de ese nuevo atributo que hacía acto de presencia
ante sus ojos.
-Veo que eres de armas tomar: Atributo
Luz: Puño Sagrado de Iluminación.
-Hump: Atributo Oscuridad:
Desvanecimiento.
El ángel trataba de golpear a Kyoto
con el puño imbuido en aquella aura tan extraña, pero que era más fuerte que su
atributo.
-Creo que gané: Atributo Luz: Espada
de Luz.
El ente creó un sable para desvanecer
la sombra que era Kyoto en ese momento.
-La oscuridad, el mal, las
supersticiones, todo lo maligno se encierra en tu cuerpo maldito, debo
purificarlo, solo será un rasguño divino Kyoto, solo un pequeño rasguño.
-No lo creo, pero debo atacar ahora…
Atributo Oscuridad: Sable Umbrío.
No sacó arma alguna, su mano imbuida
en aura oscuro era toda la técnica, y si lograba completarla…
-No puedes hacer eso, no podrías ni en
tus más ridículos sueños, solo eres un demonio, un demonio que pertenece al más
profundo de los avernos…. Deberías quemarte en el infierno…
-Lo lamento, pero ya viví un infierno-
y se acercó velozmente que no fue capaz de evitarlo, siendo perforado
exactamente y con precisión quirúrgica en el corazón- Y no me gustó.
-¿Q…quién…?
-Quien fui hace mucho tiempo no
importa, pero acabaré con ustedes por hacer de mi vida un infierno, Tío Sarco
Lence
-¿C…cómo…?
-No gastes saliva en vano tío, pagarás
caro los mil y un sufrimientos que me hiciste pasar, y el hecho de que estuviste
a punto de abusar de MÍ NOVIA- dicho esto, Kyoto se cubrió de llamas negras-
Atributo Fuego/Oscuridad: Impacto Bengala.
Corrió hacia Sarco para golpearlo con
la rodilla, imbuida en llamas negras, luego todas sus extremidades impactaron
al coronel de la Armada, mientras Sarco iba consumiéndose en las sombras de
Kyoto.
-Tal vez haya matado a Víctor Lence,
pero a ti te buscaba desde el inicio, maldito, y hoy sostendré tu cabeza en
alto.
Con la misma rodilla lo elevó de
espaldas, rompiendo varias vertebras.
-Muere: Colmillo Ígneo.
Al cerrar las patadas de fuego, un par
de fauces salieron impactando a Sarco, incinerándolo en el acto.
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-¿Lo ves?- preguntó el ente- Te dije
que solo habría que provocarle un poco, pero eso no es todo el poder que tiene,
estoy seguro que debes estar feliz de saber que tendrás un cuerpo, ¿cierto
Kyoga?
-Así es padre, es muy interesante
verlo, pero si me apodero de su cuerpo, no podría pelear contra él, mmm…
quisiera pedirle un favor.
-Adelante hijo mío.
-Crea un cuerpo con su secuencia de
ADN, quiero verlo en un combate contra él mismo.
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