miércoles, 11 de noviembre de 2015

Capítulo 48: Llegada a Belladona: Xtars se reúne.

Capítulo 48: Llegada a Belladona: Xtars se reúne.            
Al pisar tierra, se dieron cuenta de que por fin lo habían logrado, habían cruzado el Gran Océano para llegar a Tierra firme.
Lo primero que hicieron, después de anclar el barco, fue bajar de él, atarlo, y Zentraedi junto con Riot comenzaron a besar desesperadamente la arena de la playa.
-OH, tierra, hermosa, hermosa tierra- decía Riot mientras tomaba arena con sus manos.
-Oh por dios, por fin, por fin algo de tierra firme, ya no aguantaba más tiempo dentro del barco.
-Vaya con un bebé- exclamaron Stella y Natsuki con pena.
-Bueno, al menos ya estamos en donde queríamos, según mi radar, y el mapa, es un lugar algo alejado de civilización…- trató de explicar Melodi.
Al ver atentamente, supo que no era así, mucha gente reunida para tomar el sol y disfrutar de unas merecidas vacaciones ahora los miraban raro, pues para empezar, luego de la ridícula escena de Riot y Zentraedi.
-Hace calor- dijo la chica de cabello azul mientras se quitaba su enorme vestido, quedando con su short playero puesto azul y un bikini de una pieza color turquesa.
-Cierto- explicó Stella a la vez que se quitaba su abrigo- esto no es el círculo de hielo de hace tres días, ahora hay sol arena y playa.
-Oh sí- exclamó Natsuki quedando con un short playero amarillo y una blusa delgada color morado- espero Zentraedi pueda surfear para mí.
-Sí, ya lo imagino- dijo Stella.
-¿Qué?, hace tiempo que nada de nada, mi cuerpo pide sol y se…
-Sería mejor que no hables de más, Natsuki-chan- dijo Melodi con un sonrojo.
-Ok, bueno, debemos irnos, ¿nos acompañan chicos?- dijo Stella con soltura.
Riot y Zentraedi también decidieron quitarse su ropa, para disfrutar del calor que ofrecía aquel hermoso paisaje de playa.
-Aunque realmente no entiendo cómo demonios fue que llegamos aquí- explicó Riot mientras se metía al agua- Se supone que la ruta que trazamos nos llevaba a lugares, pero la ruta trazada en automático por el mismo mapa nos trajo a este lugar, realmente, tuvimos suerte de encontrar un puerto marítimo.
-Bueno, debe ser bastante casualidad que hayamos llegado a este pequeño paraíso terrenal- dijo el albino mientras veía a las bañistas- Realmente Kyoto estaría feliz en un lugar como este.
-¿Por qué lo dices?
-Por eso.
Y señaló al mar, donde Melodi, Natsuki y Stella jugueteaban en el mar, mientras corrían, los pechos de la chica de cabello azul botaban mientras corrían, viendo que los demás bañistas veían con lujuria a sus novias.
-No creo que Kyoto esté muy feliz de ver eso, ¿o tú qué opinas Riot?…
-Ni yo tampoco, me costó mucho ser el novio de Stella en ese maldito barco y no la voy a descuidar un maldito minuto.
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La familia Katekyo reposaba en la playa, después de un largo día de trabajo en el laboratorio y de visitas diplomáticas, merecían una de las tantas vacaciones que habían tomado.
Kyoto alzó la vista y, alcanzó a divisarla, era imposible no verla, cuyo cabello camuflado con el color del mar traslucía, y a pesar de haber tocado de más, nunca, nunca había visto aquel cuerpo, que ahora le hacía sentir cosquillas.
-Mamá- dijo el azabache mientras se levantaba.
-Dime Kyoto.
-Tengo que ir a ver un asunto importante, cosas de diplomacia.
-¿No te puedes quedar un rato más?
-No mamá, ahora tenemos visitas, y es de mala educación no recibirles, ¿qué opinas mamá?
-¿Amigos tuyos?
-Claro, llevamos dos semanas sin vernos…
-Los asustarás…
-Por eso voy a saludarlos.
Y se fue corriendo, directamente al restaurante.
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-Buenas tardes, ¿son turistas?- preguntó el camarero.
-¿Tenemos cara de ser lugareños?- preguntó Natsuki con burla.
-No, pero…
-Entonces no hagas preguntas y cumple con tu deber…
-Lo siento… yo…
-Cuatro langostas, tres copas de helado, ocho cafés Frappe y  tres paquetes de galleas- dijo Riot con velocidad- ¿Alguien quiere algo chicos?
-La misma orden, por favor- dijeron todos a la vez.
-Muy bien, en un rato traigo las órdenes.
En cuanto se fue el mesero, rieron como nunca lo habían hecho.
-Su cara- dijo Natsuki- ¿fue genial no?
-Sí Natsuki-chan, aunque exageraste un poco, pobre mesero- comentó Melodi.
-Bah, patrañas, debemos investigar en este lugar, ¿no creen?
-Sí, a lo mejor encontramos algo interesante- masculló Zentraedi.
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-Muy bien- masculló el chico azabache con una sonrisa- Plan B, Plan Bomba- en su palma creó una suerte de animales de sombras, que liberó, haciéndose más grandes.
-¿Por qué plan B Kyoto?-Preguntó su madre mientras estaba tras él.
-Porque siempre es ley que el plan A fracasa, y siempre crean un B que resulta ser un éxito.
-Perfecto, ahora, ¿qué harás?
-Liberarlos.
Dicho esto, las bestias de sombras comenzaron a causar estragos por la ciudad de Belladona, ante los ojos asustados de los pobladores, que no sabían qué diablos estaba pasando.
-AYUDA
-AUXILIO.
El equipo Xtar que comía tranquilamente en el restaurante de la playa de Belladona se sobresaltó al sentir un temblor que surcó la playa.
Posteriormente, tres bestias de sombras comenzaron a correr con fiereza sobre las calles, mientras ocasionaban diversos estragos en la ciudad.
-Oh vaya, ¿estás pensando lo mismo que yo Zentraedi?- preguntó Riot.
-En efecto, será divertido y…
-Ni se adelanten- interrumpió el mesero al chico albino.
-¿Por qué?
-El príncipe de Belladona se hará cargo de esas pestes.
-¿Príncipe?-Preguntó Stella con interés.
-Sí, el joven príncipe de Belladona, es más o menos de su edad.
Ante esta descripción, a Stella le vino a la mente un joven apuesto, cabellera larga y sedosa, piel blanca y suave, y los ojos, oh por dios…
-EXIJO UNA AUDIENCIA CON EL PRÍNCIPE AHORA MISMO- exclamó la chica de cabello zafiro.
-Oh, bueno, no sabía de la popularidad de nuestro joven mandatario, pero ya viene.
Y seguido de la frase del mesero, una serie de partículas en cúmulo surcó a velocidad extrema la calle, mientras los demonios invocados hacían lo posible por huir.
-Atributo Oscuridad…
Y esa voz provocó cuatro desmayos y un sonrojo involuntario junto con un suspiro de sorpresa.
-Bestia Negra.
Y unas poderosas fauces de aura negra salieron de las nanomáquinas, mientras devoraban a mordiscos a cada demonio, absorbiendo cada partícula de aura que emanaban aquellos demonios.
A su vez, Melodi se había desmayado, con la cara aún más pálida, con una sonrisa de alegría y nervios.
Había visto eso, al chico que amaba, y a quien vio morir frente a ella.
Y estaba como desquiciado loco tratando de cazar a aquellos demonios…. Claramente…
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-No es como un príncipe actúa- dijo Erika aguantando la risa- Pero…
-Fue divertido, rompiste el molde.
Habían vuelto al palacio, mientras las tres chicas veían a los mandatarios de Belladona, Stella estaba decepcionada, el príncipe de Belladona era nada más y nada menos que…
-Fue divertido, pero… la cara de Inverna, esa no tiene nombre.
Los chicos estaban recostados en los sillones nuevos del palacio, mientras susurraban cosas…
-No tenía idea de que hablaban dormidos- comentó Kyoto mientras escuchaba a Zentraedi y Natsuki discutir totalmente dormidos.
-Bueno- añadió Kazuo- al menos no juega futbol dormido- exclamó al ver a Riot pateando algo.
-La pequeña rubia, es tan… tan…
-¿Linda?- preguntó Kyoto- debo decir que es la primera vez que la veo tan tranquila.
-Y mira esas hebras color zafiro- exclamó Erika mientras veía a Stella, se ven tan geniales alborotados, sería un total error amarrar ese cabello.
-Sí, lo sé, Stella es simplemente genial a su modo- exclamó Kyoto mientras se dirigía a la última persona.
Y la vio, por primera vez con una calma de espíritu, convertida en un pequeño estanque en vez del escandaloso remolino.
Con una dulce sonrisa.
-Te hice una promesa, Melodi- dijo, con la voz al hilo de las lágrimas, feliz de que…- Y la cumpliré, porque ahora, hay algo más allá de los sentimientos que nos unen… La sangre.
Erika y Kazuo sonrieron con ligera emoción, al ver a su hijo con aquella mujer que le haría feliz.
-Boba- masculló el azabache mientras se inclinaba sobre ella- como te amo.
Y la besó, no fue el beso agresivo y apasionado cuando se besaba con Sara, ni mucho menos aquel arrebato salvaje de Australia, cuando buscaban a las gemelas.
Era uno suave, uno dulce que mostraba cariño sincero.
-Te amo…
En ese mismo instante, Melodi Inverna despertó, viendo a los ojos aquella mirada de amor que tanto anhelaba ver en el chico azabache.
-Ky…Kyoto-kun…
-Melodi, perdona a este tonto.
Y ella se abalanzó sobre él, alegrándose de que por fin estuvieran juntos, y sabía que no debía desaprovechar esa oportunidad.
Al estar sobre él, comenzó a sollozar, mientras Kyoto, aplastado por el peso de la chica, quien se acomodó sobre el hombro, sollozando aún más…
-Es… estoy feliz por… porque estés vivo…
Y él solo se dejó estrujar por ella.
Los demás chicos despertaban lentamente, mientras veían el espectáculo que tenían enfrente, Kyoto y Melodi estaban abrazados.
-Bueno- masculló Stella- al menos ya conocemos al príncipe de Belladona, debo decir que me decepcionó- dijo ella.
-Ja, lamento decepcionarte, querida, lamento no cumplir con tus expectativas- contestó el azabache con sarcasmo.
-Bueno, en el fondo sigue siendo el mismo- dijo Riot- Es un placer verte vivo…
-Gracias hermano, en verdad…
-Eres un tonto, pero al final de cuentas, ¿quién no es raro?
-Jodete Zentraedi…
Y miles de nanomáquinas salieron a impactarlo, mientras Natsuki lo veía agradecida, a su vez, Kyoto leía los libros de Isaac Asimov…
-Oh… lo olvidé… lo siento hermano, violé los protocolos éticos…
-Descuida… me lo merecía.

Y comenzaron a reír… aquel reencuentro era lo que había alegrado todo el día.

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