miércoles, 20 de abril de 2016

Capítulo 57: Encuentro de Guerreros



Capítulo 57: Encuentro de Guerreros
Después de comer, Kyoto preparó las casas donde dormirían los exploradores, 6 casas de oricalco para ser precisos, cada familia podría dormir en una casa, pero alguien estaba algo en desacuerdo con esa opción.
-No- dijo la chica de cabello azul, con un puchero en el rostro y cruzando los brazos.
-Melodi, entiende- trató de insistir el chico.
-No, entiendo que te quiero a mi lado.
-Inverna, sabes bien lo que pasó cuando nos dejaban dormir juntos.
-¿Y no has llegado más lejos?- preguntó Miyaah con diversión.
-Esto no es gracioso- dijo el azabache enojado.
-Sí lo es, francamente lo es, además, como padres, merecemos un poco de privacidad- comentó Kazuo abrazando a su esposa.
-Agh… yo no tenía que saber eso…
-¿Entonces no quieres un hermanito?- comentó Erika ante la risa de todos los presentes.
-Largo de mi vista…
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-Vaya, esa discusión sí que es ardiente- comentó Sora viendo la escena.
-¿Falta mucho para llegar?- preguntó Yusei con fastidio.
-Nah, solo otros dos kilómetros más y estaremos cerca- contestó la castaña.
-¿Algunas rutas alternas?
-¿Para llegar a ellos o llegar a Hefestos?
-Para llegar a ellos.
-Si seguimos andando en la noche, es posible que los alcancemos, pero realmente necesitamos descansar y…
-Solo cinco minutos, meditemos y así repondremos fuerzas.
-Yusei…
-Hazlo ahora…
-Pero tengo sueñito…
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-Entonces, ¿Sí dormiremos juntos?- preguntó la joven de cabellos azules.
-Sí, así parece- comentó el joven azabache- Y por lo visto, el delicioso karma me adora.
Vieron a los adultos abrazados entre sí, con una gota de sudor en la cabeza.
-Muy bien, entonces la distribución estará de la siguiente manera, los hombres, es decir, Kazuo Katekyo, Takeshi Inoue, Ashura Schiffer y Akashi Oda dormirán en una de las casas, mientras que Erika Aramis, Sofía Aramis, Miyaah Inverna y Crista Diamanta dormirán en la Otra, ¿hay dudas?- preguntó el joven azabache
-¿Cómo dormiremos todos en las casas de oricalco?- preguntó Kazuo.
-Cada casa tiene un máximo de cuatro habitaciones, dormirán en cada una de ellas- masculló el azabache mientras tomaba la mano de Melodi.
-¿Y ustedes donde dormirán?- preguntó Erika.
-Recuerdo que querías que te hiciera abuela lo más pronto posible- dijo el joven con burla.
-No te atreverías.
-Rétame…
Kazuo veía la pequeña discusión con un ligero temor, y además estaba algo frustrado, por seguirle la broma a su hermana esta noche no tendría acción, y si seguía con esa actitud, menos.
-Mamá, déjame solo, ya estoy grande como para tomar mis decisiones yo solo.
Al dar la vuelta, no vio la piedra que estaba tras él, y cuando caminó.
-Fuera abajo- dijo Riot mientras el azabache caía.
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-Y entonces ya estás demasiado grande como para tomar tus decisiones- dijo Zentraedi con burla.
-Como para decidir romperte la cara, malnacido.
-Modera tu vocabulario Kyoto, es mi hijo- Pidió Ashura amablemente.
-Ah, entonces mal-concebido.
-Kyoto-kun, deja de moverte.
-No es nada pequeña, solo un ligero rasguño y ya.
Melodi estaba aplicando aura al chico azabache, quien le miraba avergonzado.
-La última vez moriste a consecuencia de pequeños rasguños, tu padre casi te mata a base de pequeños rasguños, ¿así o más claro?, Kyoto-kun.
-Joder…
-¿Cómo dijiste?
-Oh mierda…
-¿Perdón?
-Carajo…
-KYOTO-KUN…
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-Con una novia así, no me despertaría al día siguiente- masculló un azabache de piel ligeramente bronceada.
-Pero con tu hermana creo que basta y sobra- comentó la castaña despreocupada- Ya nos estamos acercando, Yusei, ah y otra cosa, quiero un puesto pequeño…
-¿A tu altura?
-Hijo de…
-Ya los veo.
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Ahora Melodi estaba aplicando aura en el ojo morado del azabache, tratando de minimizar la herida que tenía el joven.
-Inverna, que estoy bien.
-Lo siento, lo siento, lo siento…- decía la chica sollozando
-¿Siempre tienes que discúlpate por todo, Inverna?
-Lo siento, lo siento- aún decía ella.
-Vaya, ese ojo morado sí que duele, si eres inteligente seguirás muerto para el día de mañana, y con una novia así, menos.
-Esa maldita voz.
-Ya tan pronto me olvidas Katekyo, que lástima, creí que éramos amigos.
-Amigos, ja, mis pelotas, aún no olvido que intentaste asesinarme- masculló el azabache mientras se levantaba con el puño cerrado.
-Oh, ya veo- dijo el otro chico mientras cerraba también el puño.
Y de forma inesperada, chocaron puños, mientras Melodi les miraba confundida.
-Vaya, creí que intentarías matarme, maldito bastardo- comentó el chico de piel bronceada.
-Descuida Yusei, no lo haría, aunque me lo rogaras- explicó el joven- De hecho, pensaba buscarte porque te tengo una misión importante.
-Ya veo, estuvo bien que vine, ¿qué quieres que haga?
-Es peligroso, primero que nada, te diré que planeo una guerra contra Citizen.
Los ojos de Yusei se iluminaron ante la mención de la palabra Guerra, pero aún más cuando dijo “contra Citizen”.
El ceño fruncido del chico y la mirada salvaje se suavizaron en una suave mueca de alegría, como un chico al que le muestran un juguete.
-Eres un salvaje Yu-kun, la guerra no traerá nada bueno- explicó una castaña tras el azabache.
-Sora-chan- dijo Melodi tras Kyoto.
-Ah, hola Inverna- saludó la chica.
-¿También te unirás?- preguntó.
-Solo quiero un trabajo menor, nada más…
-¿Uno a tu altura, Sora?- dijo Kyoto entre risas.
-Hijos de… solo porque están altos…
-Te entiendo- comentó Natsuki- Yo también estoy pequeña, y también me hacen bromas.
-Pero bueno, es grandioso tenerte aquí, Yusei, porque tengo algo que pedirte- dijo el azabache.
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-Kyoga, nunca soñé con vivir en un palacio- mencionó una chica de cabello azul reposando sus pies.
-Hump, disfrútalo, porque tenemos que seguir entrenando si queremos tener estos lujos, Lirica- masculló el chico de cabello blanco mientras veía a la chica junto a él- Ahora si me lo permites, no te pegues tanto a mí, y mantente lo más alejada que puedas.
A Lirica le dolió esto, así que se levantó cabizbaja, dando vuelta por el pasillo.
-Muy distinto, a él, ¿pero por qué?, ¿por qué padre quiere matarle?- susurró.
-Lirica, Padre quiere verte- masculló una chica pequeña…
-Me llamo Meredi, no… no…
-¿No qué?, ¿Pasa algo contigo Lirica?...
-No, nada, nada grave, voy en un momento…
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-Así que embajador de los Reino Menores- dijo el chico azabache con los ojos brillosos.
-Sí, te harás cargo del entrenamiento en los reinos menores, empezando por el tuyo- dijo el azabache sonriente.
-¿Mi reino?, ¿estás de broma, Katekyo?
-No, supe de una movilización al norte de Gruunland, al parecer, hubo varios sobrevivientes, ¿Qué dices?
-Que estás loco.
-Ok, búscalos en Norwind, se refugiaron ahí antes de la invasión de Citizen, y dejaron a varios niños huérfanos para ser entrenados como espías.
-No te creo.
-Ve a Norwind, pero antes, te dejaremos unas cuantas cuadras antes del lugar- comentó Kyoto.
-Te creeré, así que vámonos.
-Espera- comentó Kyoto- Primero iremos a Hefestos, ahí te dejaremos.
-¿El país de los enanos?, bien, me parece perfecto, ¿Cuándo partiremos?
-Mmm, mañana en la mañana, esta noche cenaremos, reposaremos y dormiremos.
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Al entrar todos a sus respectivos cuartos, Melodi estaba sentada fuera de la casa de oricalco, viendo arder las brasas que quedaban.
Kyoto salió, con una taza de café en sus manos.
-Inverna, entra a dormir niña, o morirás de frío.
-Soy una Inverna, resisto el frío- comentó la chica como si nada.
-¿Entonces por qué siento tanto frío?- el chico se abrazó.
-Es porque eres Atributo Fuego, y al parecer tienes lava en las venas- decía la chica mientras reía con delicadeza.
-Joder, las razones por las cuales no te aceptaba…
-Basta de bromas crueles, K-kun, en verdad o te cortaré.
-Ok, lo admito, fui malo, ahora quiero cambiar contigo.
-K-kun…
-Escucha Inverna, te quiero, ahora me preocupo por ti, porque te quiero mucho- y la besó suavemente- Ven, vamos a la cama…
-¿EH?, K-kun, yo no, yo… aún no…
-A dormir- comentó serio.
-Ah, s…sí, v…vamos.
Y se fueron a la casa de oricalco, con mucho sueño encima.

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