Capítulo 81: Los Drakengarr
Al recorrer la
desviación que tomaron en Mythland para llegar a las costas de las Cavernas
Submarinas, tomaron rumbo al sur, donde se encontrarían los reinos menores.
Según el mapa de Kyoto,
uno de los países menores de mayor tamaño, era Olympia, rodeado de espesa
vegetación, pero todo esto era diferente al nuevo Olympia que se mostraba
frente a ellos.
Melodi tomó el catalejo
mientras activaba su habilidad ocular, a través de él, algunas montañas con
edificaciones se veían a lo lejos, con algunas emanaciones extrañas.
-Kyoto-kun, estamos
cerca- dijo la chica mientras bajaba del árbol sobre el cuál veía al país.
-Me lo imagine, estamos
a punto de llegar, espero que estén listos chicos, porque invadiremos
inmediatamente el País- dijo el azabache con unas pronunciadas ojeras.
-¿Cómo sabes que es
Olympia?- Preguntó Zentraedi mientras le veía confundido.
-Explícale Melodi- dijo
el azabache mientras se recostaba debajo de un árbol.
-Pues, las montañas que
vimos un momento atrás son algo más que lo que aparentan, emanan energía cada
una.
-Entiendo- dijo
Zentraedi- ¿En cuál está Yusei?
-No tengo idea- dijo la
chica- Las emanaciones de aura eran muy intensas y no pude detectar otra
energía, mi Ojo Cascada aún no está muy desarrollado.
-¿Qué hay del Ojo
Glacial?- preguntó Stella impactada.
-Sólo lo despierto de
forma inconsciente- se sinceró la chica.
-Bueno, creo que
debemos partir, entre menos tiempo más rápido acabaremos con este país- dijo el
azabache mientras se levantaba.
------------------------------------------------------------------
Las puertas de Olympia
eran considerablemente grandes, para ser de un país menor sus murallas estaban
protegidas fuertemente, buscando proteger… ¿Proteger qué?
-Sus guardias son
fuertes- dijo el azabache saliendo de una casilla de vigilancia.
-¿Qué podríamos hacer?-
preguntó Zentraedi mientras preparaba sus puños.
-¿Podrías hacernos el
honor de tocar la puerta?- preguntó el azabache.
Zentraedi no esperó más
y golpeó la puerta con intensidad, haciéndola pedazos gracias a la descomunal
fuerza aplicada.
-Servido, capitán- dijo
el albino mientras seguía colocado en posición de batalla.
Entraron con calma
mientras recorrían el enorme sendero presente frente a ellos.
La extraña calma era
tal, que Kyoto arrojó una flama a uno de los árboles, porque el aburrimiento le
estaba matando además de la frustración.
-Kyoto-kun- regañó
Melodi enfadada- ¿Acaso quieres comenzar un incendio?.
-Creo que sería una
buena idea empezar con un ataque de asedio, las villas en llamas provocarán
altos en la producción.
-Esto no es la guerra-
dijo Riot enfadado- Y gente inocente podría pagar por estas estupideces, genio.
-Descuida Riot, sólo
déjate llevar, esto es una preguerra, deshacernos de este país sería demasiado,
mejor lo colonizaremos en nombre de la Alianza- contestó mientras seguía
lanzando llamas a los árboles.
-Huelo algunas
presencias por aquí- dijo Zentraedi mirando alrededor- Están justo a 20
kilómetros.
-Alguien nos estaba
esperando- dijo el azabache con una sonrisa calmada.
-Pues no creo que sea
una cálida bienvenida- dijo Melodi Inverna con Kazuha en su espalda.
-Pues yo daré el calor
necesario- dijo Kyoto mientras encendía una llama en su mano.
Pero la apagó
inmediatamente, recordando su sueño.
-Sigamos,
a ver qué tenemos que hacer- comentó el azabache con ira.
---------------------------------------------------------------
Llegaron con velocidad
a un claro dentro del bosque, donde veían 8 siluetas y una recostada.
-Los veo cerca- dijo
Kyoto mientras hacía más lento su andar.
-Los veo algo apagados-
dijo Zentraedi mientras miraba con determinación.
-Siento que esto será
una mala idea- afirmó Riot mientras caminaba con más calma.
-Sólo son corazonadas,
no creo que nos tome más tiempo pelear contra los de Olympia- dijo el joven
azabache mientras más se acercaban a su objetivo.
Aceleraron el paso
hasta llegar a un claro en el gran bosque, sólo para encontrarse con las, cada
vez más nítidas, figuras humanoides frente a ellos.
-Olympiakos- dijo el
azabache con enfado- ¿Dónde está?
-¿Quién buscas?-
preguntó el líder al frente del grupo.
-Tú sabes a quién
busco, Arlequín de cuarta- dijo el azabache- El poseedor de El Rey de Los
Gigantes de Hielo, al rey de Gruunland, a Yusei Hyutsuchi.
-Ah, aquel chico que se
atrevió a levantarse contra nosotros- dijo el ente con apariencia de arlequín.
Una crisálida de hielo
salió de las sombras, mientras los chicos se colocaban en posición de batalla.
-Desafortunadamente se
protegió en esta cúpula que, entre más derretíamos, parecía endurecerse más-
dijo Shinnok con furia- Además que el miembro con el poder de usar el fuego no
está aquí.
-Entrega a mi amigo o,
de lo contrario, Olympia se hundirá bajo el mar, Farsante- masculló Kyoto
sorprendiendo a sus amigos.
-¿Cómo sabes que no es
el real?- preguntó Zentraedi.
-Por sus emanaciones de
aura- dijo Melodi mientras seguía con el Ojo Cascada activado- Son más débiles
a comparación del último experimento de Shinnok.
-El cobarde no piensa
dar la cara- agregó Kyoto con furia- Recuperaré el cuerpo del Idiota, y acabaré
con ustedes antes de decir “V de Vendetta”
-Bueno, en realidad, no
queremos a este mocoso, el Rey Gigante de Hielo, Hymir, es poco preciado a
comparación de lo que tienen ustedes, porque tengo grabados lo que cada uno de
ustedes tienen dentro de sus cuerpos.
Sabía que el mismo
Kyoto estaba rompiendo la regla de no pelear contra enemigos de los cuales se
desconoce su verdadero poder.
-En todo caso ¿Cuál es
el verdadero motivo por el cuál quieres a los Myth?- preguntó el azabache
mientras se colocaba en posición de batalla.
-Pues te explicaré,
mocoso, hace miles de años, cuando aún existían los antiguos dioses del Olimpo,
llegó un dios de otro origen, y empezó a monopolizar a las personas dentro de
su misma creencia, por lógica, grandes seres mitológicos, animales extintos,
entre otras entidades como los dioses, semidioses y héroes de lo que hoy
conocen como Mitos, migraron a este universo en busca de un lugar donde vivir.
-Ok, y eso ¿qué
demonios tiene que ver con los Myth?- volvió a preguntar el azabache.
-El monte Olimpo era
tan grande, dos Kilómetros más que el monte Everest- contestó Shinnok- Sin
embargo, tras monopolizar a la humanidad, aquel dios redujo a la tercera parte
de la altura del gran monte Olimpo, para evitar que la gente recordara la
grandeza de aquellos dioses griegos antiguos.
-Sigo insistiendo, ¿Qué
carajos tienen que ver los Myth en esto?- volvió a preguntar el azabache con
ligero enfado.
-Oh, bueno, ellos
sirven para que el Olimpo vuelva a su antigua gloria, y para ello necesitamos
sacarlos de sus cuerpos, y es posible que mueran, pero es por una causa noble, ¿Qué
dicen ustedes?
Los chicos
retrocedieron con calma mientras creían en la corazonada de Riot,
definitivamente había sido una pésima idea ir por Yusei a Olympia, sin embargo,
las cosas no saldrían como planeaban sin rescatarlo.
-Me imagino que no nos
trajiste aquí sólo para extraer a los Myth de nuestros cuerpos, ¿acaso hay algo
más que quieras de nosotros además de a nuestros amigos?- preguntó Riot
mientras volteaba a ver tenso a los oponentes.
-En efecto, mi estimado
portador de Patagón- dijo el clon de Shinnok al frente del grupo- La razón es
que todas las mujeres de esta organización ya fueron manchadas por la impureza
carnal, y necesitamos a una mujer que se mantenga pura para completar nuestro
ritual- dijo el ente viendo fijamente a las chicas.
Natsuki y Stella se
quedaron al frente mirando con determinación a Olympiakos, a sabiendas que,
últimamente al estar a solas con sus novios, ya no conservaban esa pureza.
Sin embargo, la única
en retroceder fue Melodi, asustada a sabiendas de que había guardado lo más
preciado que tenía para Kyoto Katekyo, y que en todo el viaje no habían llegado
más lejos en su relación, que además de ser corta, fue demasiado conflictiva en
sus inicios.
Kyoto se percató de ese
hecho, así que saltó al frente de Melodi y Kazuha, protegiéndola, sabiendo que
podría usar a la niña como una excusa de que algo ya había pasado.
-Esta chica ya no es
virgen, ya tenemos una hija- dijo el azabache con furia.
-¿En serio?, ¿tuvieron
sexo a los 12 años y dejaron de verse durante tres años?, no sé, algo no
concuerda- dijo Shinnok con burla.
-Espera, ¿cómo diablos
sabes que durante tres años dejamos de vernos?- preguntó el azabache con
curiosidad.
-He estado siguiendo tu
paso durante mucho tiempo, pequeño Kyoto, hijo de Victor Lence y Diane Forth-
comentó el ente con burla mientras seguía su andar.
-¿Qué tienen que ver
ellos conmigo?- preguntó iracundo el azabache mientras sacaba una espada- Si no
mal recuerdo, los maté antes de cambiar de vida.
-Eso es lo que tú
crees, mocoso- dijo Shinnok con calma- Pero no tengo tiempo para discutir
contigo, Golittha, Eurekka, traigan a la chica, con vida.
Ambos entes se lanzaron
al ataque, con la intención de tomar a la chica, que cedió a Kazuha a Natsuki
para poder apoyar a Kyoto.
-¡¡Quédate atrás
Inverna!!- Gritó Kyoto mientras esperaba el impacto de los oponentes- Voy a
protegerte, cueste lo que cueste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario