viernes, 7 de septiembre de 2018

Capítulo 81: Los Drakengarr


Capítulo 81: Los Drakengarr
Al recorrer la desviación que tomaron en Mythland para llegar a las costas de las Cavernas Submarinas, tomaron rumbo al sur, donde se encontrarían los reinos menores.
Según el mapa de Kyoto, uno de los países menores de mayor tamaño, era Olympia, rodeado de espesa vegetación, pero todo esto era diferente al nuevo Olympia que se mostraba frente a ellos.
Melodi tomó el catalejo mientras activaba su habilidad ocular, a través de él, algunas montañas con edificaciones se veían a lo lejos, con algunas emanaciones extrañas.
-Kyoto-kun, estamos cerca- dijo la chica mientras bajaba del árbol sobre el cuál veía al país.
-Me lo imagine, estamos a punto de llegar, espero que estén listos chicos, porque invadiremos inmediatamente el País- dijo el azabache con unas pronunciadas ojeras.
-¿Cómo sabes que es Olympia?- Preguntó Zentraedi mientras le veía confundido.
-Explícale Melodi- dijo el azabache mientras se recostaba debajo de un árbol.
-Pues, las montañas que vimos un momento atrás son algo más que lo que aparentan, emanan energía cada una.
-Entiendo- dijo Zentraedi- ¿En cuál está Yusei?
-No tengo idea- dijo la chica- Las emanaciones de aura eran muy intensas y no pude detectar otra energía, mi Ojo Cascada aún no está muy desarrollado.
-¿Qué hay del Ojo Glacial?- preguntó Stella impactada.
-Sólo lo despierto de forma inconsciente- se sinceró la chica.
-Bueno, creo que debemos partir, entre menos tiempo más rápido acabaremos con este país- dijo el azabache mientras se levantaba.
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Las puertas de Olympia eran considerablemente grandes, para ser de un país menor sus murallas estaban protegidas fuertemente, buscando proteger… ¿Proteger qué?
-Sus guardias son fuertes- dijo el azabache saliendo de una casilla de vigilancia.
-¿Qué podríamos hacer?- preguntó Zentraedi mientras preparaba sus puños.
-¿Podrías hacernos el honor de tocar la puerta?- preguntó el azabache.
Zentraedi no esperó más y golpeó la puerta con intensidad, haciéndola pedazos gracias a la descomunal fuerza aplicada.
-Servido, capitán- dijo el albino mientras seguía colocado en posición de batalla.
Entraron con calma mientras recorrían el enorme sendero presente frente a ellos.
La extraña calma era tal, que Kyoto arrojó una flama a uno de los árboles, porque el aburrimiento le estaba matando además de la frustración.
-Kyoto-kun- regañó Melodi enfadada- ¿Acaso quieres comenzar un incendio?.
-Creo que sería una buena idea empezar con un ataque de asedio, las villas en llamas provocarán altos en la producción.
-Esto no es la guerra- dijo Riot enfadado- Y gente inocente podría pagar por estas estupideces, genio.
-Descuida Riot, sólo déjate llevar, esto es una preguerra, deshacernos de este país sería demasiado, mejor lo colonizaremos en nombre de la Alianza- contestó mientras seguía lanzando llamas a los árboles.
-Huelo algunas presencias por aquí- dijo Zentraedi mirando alrededor- Están justo a 20 kilómetros.
-Alguien nos estaba esperando- dijo el azabache con una sonrisa calmada.
-Pues no creo que sea una cálida bienvenida- dijo Melodi Inverna con Kazuha en su espalda.
-Pues yo daré el calor necesario- dijo Kyoto mientras encendía una llama en su mano.
Pero la apagó inmediatamente, recordando su sueño.
-Sigamos, a ver qué tenemos que hacer- comentó el azabache con ira.
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Llegaron con velocidad a un claro dentro del bosque, donde veían 8 siluetas y una recostada.
-Los veo cerca- dijo Kyoto mientras hacía más lento su andar.
-Los veo algo apagados- dijo Zentraedi mientras miraba con determinación.
-Siento que esto será una mala idea- afirmó Riot mientras caminaba con más calma.
-Sólo son corazonadas, no creo que nos tome más tiempo pelear contra los de Olympia- dijo el joven azabache mientras más se acercaban a su objetivo.
Aceleraron el paso hasta llegar a un claro en el gran bosque, sólo para encontrarse con las, cada vez más nítidas, figuras humanoides frente a ellos.
-Olympiakos- dijo el azabache con enfado- ¿Dónde está?
-¿Quién buscas?- preguntó el líder al frente del grupo.
-Tú sabes a quién busco, Arlequín de cuarta- dijo el azabache- El poseedor de El Rey de Los Gigantes de Hielo, al rey de Gruunland, a Yusei Hyutsuchi.
-Ah, aquel chico que se atrevió a levantarse contra nosotros- dijo el ente con apariencia de arlequín.
Una crisálida de hielo salió de las sombras, mientras los chicos se colocaban en posición de batalla.
-Desafortunadamente se protegió en esta cúpula que, entre más derretíamos, parecía endurecerse más- dijo Shinnok con furia- Además que el miembro con el poder de usar el fuego no está aquí.
-Entrega a mi amigo o, de lo contrario, Olympia se hundirá bajo el mar, Farsante- masculló Kyoto sorprendiendo a sus amigos.
-¿Cómo sabes que no es el real?- preguntó Zentraedi.
-Por sus emanaciones de aura- dijo Melodi mientras seguía con el Ojo Cascada activado- Son más débiles a comparación del último experimento de Shinnok.
-El cobarde no piensa dar la cara- agregó Kyoto con furia- Recuperaré el cuerpo del Idiota, y acabaré con ustedes antes de decir “V de Vendetta”
-Bueno, en realidad, no queremos a este mocoso, el Rey Gigante de Hielo, Hymir, es poco preciado a comparación de lo que tienen ustedes, porque tengo grabados lo que cada uno de ustedes tienen dentro de sus cuerpos.
Sabía que el mismo Kyoto estaba rompiendo la regla de no pelear contra enemigos de los cuales se desconoce su verdadero poder.
-En todo caso ¿Cuál es el verdadero motivo por el cuál quieres a los Myth?- preguntó el azabache mientras se colocaba en posición de batalla.
-Pues te explicaré, mocoso, hace miles de años, cuando aún existían los antiguos dioses del Olimpo, llegó un dios de otro origen, y empezó a monopolizar a las personas dentro de su misma creencia, por lógica, grandes seres mitológicos, animales extintos, entre otras entidades como los dioses, semidioses y héroes de lo que hoy conocen como Mitos, migraron a este universo en busca de un lugar donde vivir.
-Ok, y eso ¿qué demonios tiene que ver con los Myth?- volvió a preguntar el azabache.
-El monte Olimpo era tan grande, dos Kilómetros más que el monte Everest- contestó Shinnok- Sin embargo, tras monopolizar a la humanidad, aquel dios redujo a la tercera parte de la altura del gran monte Olimpo, para evitar que la gente recordara la grandeza de aquellos dioses griegos antiguos.
-Sigo insistiendo, ¿Qué carajos tienen que ver los Myth en esto?- volvió a preguntar el azabache con ligero enfado.
-Oh, bueno, ellos sirven para que el Olimpo vuelva a su antigua gloria, y para ello necesitamos sacarlos de sus cuerpos, y es posible que mueran, pero es por una causa noble, ¿Qué dicen ustedes?
Los chicos retrocedieron con calma mientras creían en la corazonada de Riot, definitivamente había sido una pésima idea ir por Yusei a Olympia, sin embargo, las cosas no saldrían como planeaban sin rescatarlo.
-Me imagino que no nos trajiste aquí sólo para extraer a los Myth de nuestros cuerpos, ¿acaso hay algo más que quieras de nosotros además de a nuestros amigos?- preguntó Riot mientras volteaba a ver tenso a los oponentes.
-En efecto, mi estimado portador de Patagón- dijo el clon de Shinnok al frente del grupo- La razón es que todas las mujeres de esta organización ya fueron manchadas por la impureza carnal, y necesitamos a una mujer que se mantenga pura para completar nuestro ritual- dijo el ente viendo fijamente a las chicas.
Natsuki y Stella se quedaron al frente mirando con determinación a Olympiakos, a sabiendas que, últimamente al estar a solas con sus novios, ya no conservaban esa pureza.
Sin embargo, la única en retroceder fue Melodi, asustada a sabiendas de que había guardado lo más preciado que tenía para Kyoto Katekyo, y que en todo el viaje no habían llegado más lejos en su relación, que además de ser corta, fue demasiado conflictiva en sus inicios.
Kyoto se percató de ese hecho, así que saltó al frente de Melodi y Kazuha, protegiéndola, sabiendo que podría usar a la niña como una excusa de que algo ya había pasado.
-Esta chica ya no es virgen, ya tenemos una hija- dijo el azabache con furia.
-¿En serio?, ¿tuvieron sexo a los 12 años y dejaron de verse durante tres años?, no sé, algo no concuerda- dijo Shinnok con burla.
-Espera, ¿cómo diablos sabes que durante tres años dejamos de vernos?- preguntó el azabache con curiosidad.
-He estado siguiendo tu paso durante mucho tiempo, pequeño Kyoto, hijo de Victor Lence y Diane Forth- comentó el ente con burla mientras seguía su andar.
-¿Qué tienen que ver ellos conmigo?- preguntó iracundo el azabache mientras sacaba una espada- Si no mal recuerdo, los maté antes de cambiar de vida.
-Eso es lo que tú crees, mocoso- dijo Shinnok con calma- Pero no tengo tiempo para discutir contigo, Golittha, Eurekka, traigan a la chica, con vida.
Ambos entes se lanzaron al ataque, con la intención de tomar a la chica, que cedió a Kazuha a Natsuki para poder apoyar a Kyoto.
-¡¡Quédate atrás Inverna!!- Gritó Kyoto mientras esperaba el impacto de los oponentes- Voy a protegerte, cueste lo que cueste.

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