sábado, 1 de septiembre de 2018

Capítulo 80: Cambio de Ruta.


Capítulo 80: Cambio de Ruta.
La oscuridad comenzó a inundarle el cuerpo, mientras se levantaba del suelo donde, minutos antes, había caído inerte, consecuencia de una energía poderosa que había perforado justo en medio del pecho.
Lo único que podía recordar, era haberse reencontrado con alguien importante para él, alguien que había marcado su vida, antes de aquellos acontecimientos que le harían ser quien era.
Sabía que lo que sacrificaría no sería en vano, protegería a la mujer que tanto amaba, y por ello perdería lo que le hacía ser él, toda la oscuridad dentro de su corazón, así como toda la energía Yin Yang que él contenía dentro de su cuerpo.
Sólo le quedaría el fuego, el fuego naciente que por fin iluminaría a sus amigos.
Y decidió enfrentar a aquel enemigo que, momentos antes, le había arrebatado la vida.
Al despertar, se dio cuenta que tenía el corazón agitado, se levantó con calma, mientras veía a su lado a Melodi Inverna, a la mujer que él había jurado proteger encima de su propia vida.
Se vistió y salió en completo silencio de la habitación, a sabiendas que cualquier error que despertara a la chica sería el último que cometiera.
Se dirigió a donde tenía una botella de vino, para ir a la sala y beber.
Necesitaba desahogarse.
Si antes hubiera tenido aquel sueño, lo habría ignorado, habría pasado de largo aquella pesadilla a sabiendas de lo irreal que, en ese antes.
Pero ahora, incluso lo irreal se aparecía frente a sus ojos, lo improbable, lo refutable era lo real, y sabía que podría morir.
-Kyoto-kun- dijo una voz femenina detrás de ella, mientras le miraba con el ceño fruncido.
-Ahora no me vengas con dramas Inverna- dijo el chico alterado.
-¿Pasa algo K-kun?- dijo la chica con calma, a sabiendas de la hora que era.
-No vengas a retarme ahora- dijo el azabache- Apenas llevo la primera copa y no quiero que la noche sea ácida y…
-Estaré siempre contigo, recuerda eso, ¿Pasó algo que perturbó tu sueño?
Al chico le perturbó el hecho de que ella estuviese tan tranquila, sentía que había cruzado un límite al decirle “dramática” y que iría a amargarle la noche.
-Nadie despierta a las tres de la mañana sólo por una copa de vino, supuse que fue una pesadilla- dijo la chica calmada mientras tomaba su mano.
-Lo siento Inverna, yo no sé qué decir, sí tuve una pesadilla, pero… Pero juro que daré mi vida por protegerte, lo sabes- dijo el chico mientras la acercaba a él.
Pudo oler su aroma mientras una silenciosa lágrima caía por sus ojos.
Si la oscuridad de su corazón acababa, ya no sería el mismo Kyoto, ¿o sí?      
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-¿Cómo que partieron?- dijo un adulto de cabello azulino mirando furiosamente a aquella presencia de gran nobleza.
-Partieron hace dos días- contestó la entidad- Como rey de Silkland no tuve el poder suficiente para retenerlos.
-¿A dónde se dirigen ellos?- volvió a preguntar el individuo.
-¿Quién los busca?- preguntó el rey de forma altanera.
-Koresh Ryone- dijo un azabache viéndolo con calma.
-Kazuo Katekyo, creí que no te volvería a ver- contestó el hombre de cabello azul.
-De hecho, es increíble que hayas pasado por el vórtice dimensional, siendo un simple.
-Me metí antes de que lo cerraran, pero el proceso me desvió del lugar donde quería llegar, ¿dónde está mi amada esposa y mi querida hija?- preguntó el adulto mientras le miraba fijamente.
-Pues, está con el amor de su vida, está con MI HIJO- recalcó Kazuo con el afán de hacerlo enojar.
-Dile a ese mocoso que quite sus sucias garras de mi hija- dijo el adulto mientras tomaba de las solapas al azabache.
-Es imposible hacerlo cuando fue tu hija la que se abalanzó sobre mi hijo- contestó el azabache con temor de lastimarlo.
-Nunca confié en ese niño- masculló el adulto- Veía sufrir a mi hija cada vez que él y su novia se besaban.
-Nunca confiaste en nadie ni en nada, tú no sabes cómo sufrió mi hermana cuando la corriste de tu casa al enterarte que ella era una XTAR.
-Discúlpame, pero ser un humano modificado no es algo que le ocultas a alguien cuando es tu pareja, ¿no crees que es algo que le contarías a tu pareja?, oh claro, lo olvidé, tú eres un maldito fenómeno igual que tu esposa y tu hijo.
-Podrás de decir lo que quieras Koresh pero, antes de hablar de mi esposa y mi hijo, lávate la maldita boca.
-Koresh- sentenció una voz femenina- ¿Recuerdas que una vez hablamos de esta situación al respecto?
-Sí, querida, claro que lo recuerdo, lo lamento en serio.
-Y tú, hermanito, deja de provocar a mi esposo, que le salen cosas sin sentido cuando se pone irritante.
-Miyaah, mi hija está con ese mocoso que la hacía sufrir, ¿sólo aceptarás que están juntos y ya?
-Es la felicidad de nuestra hija de lo que hablamos- dijo la mujer de cabello azul mientras tomaba su mano- Confía un poco en ella, y en la persona que ella eligió.
-Entonces bien, ¿a dónde se dirigen?- preguntó Koresh mientras se calmaba.
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Salieron de la casa de Oricalco, mientras Kyoto encendía nuevamente la leña que ardía en pequeñas brasas a esas horas de la madrugada, Melodi ponía a hervir una gran olla que contenía algunos frutos dulces en su interior.
-Si duermes ahora el nivel de azúcar en la sangre subirá por el susto que tuviste- dijo la chica mientras sacaba algo que había horneado.
-Pan- masculló el chico tomando la pieza de harina- Gracias Melodi, en verdad lo necesito.
Ambos estaban dispuestos a consumir sus respectivos alimentos, cuando unos ruidos comenzaron a escucharse en la maleza del enorme bosque de Mythland.
-Prepárate Inverna, es posible que sea algún enemigo.
-Sí, K-kun- dijo la chica con seguridad.
Lo que menos se esperaban, es que una pequeña castaña saliera de aquella maleza, corriendo asustada.
-Kyoto, por favor… Kyoto
-¿Sora?, ¿Eres Sora?- preguntó el chico sorprendido- Se supone que nos veríamos en Cydonia, no, en Hefestos.
-¿Dónde está Yusei-kun?- preguntó Melodi asustada.
Sora sólo seguía jadeando de cansancio, mientras veía a los chicos que tenía enfrente.        
Había llegado y…
-Yusei, Yusei… Kyoto… Ayúdalo por favor
-¿Dónde carajos se encuentra Yusei?- Preguntó el chico con enfado, sabiendo de antemano qué era lo que había pasado.
-Le dije que no peleara contra ellos- dijo la castaña- Pero no lo pude detener… él está… él está…
-Habla maldición o tendré que hacerte hablar por la maldita fuerza- gruñó el Katekyo.
-Él y yo nos enfrentamos a Olympiakos- dijo la chica asustada- Entonces él… él… Está muerto Kyoto… Olympiakos tiene su cuerpo para usar al Myth que tiene dentro suyo.
-Ese jodido idiota, le dije determinantemente que no enfrentaran a Olympiakos maldición- dijo el azabache mientras tomaba una sartén y una cuchara de metal.
Y empezó a golpearla con fuerza, provocando un ruido insoportable en el pequeño claro del bosque donde estaban descansando.
Con sueño, y desgano, salieron los demás chicos de las casas de Oricalco, despeinados y con ojeras en el rostro.
-¿Ahora qué carajos ocurre?- preguntó Riot visiblemente molesto.
-Katekyo, sé que no soy muy listo pero apostaría mi vida a que son las 4 de la mañana, ¿qué carajos quieres tan temprano?- Gruñó Zentraedi con furia contenida.
-Adelantaremos la invasión a Olympia- dijo el azabache mientras desaparecía las casas.
-¿Qué?- gritaron las chicas ligeramente más despiertas en ese momento.
-Que invadiremos Olympia, ya que un par de idiotas se arriesgaron a enfrentarse a Olympiakos, y casi mueren por ello- dijo el azabache apuntando a Sora.
-Te recuerdo, Kyoto-kun, que tú también te enfrentaste a Olympiakos- dijo Melodi fastidiada.
-No, sólo fue a Shinnokk, y fue un clon de él, no era el verdadero- dijo el azabache mientras caminaba hacia una rubia- Natsuki, tus mensajeros son veloces.
-Sí, entregarán cualquier pedido en cuestión de segundos- dijo la rubia orgullosa.
-Bien, necesitamos que lleven el siguiente mensaje, si mis cálculos son exactos… los viejos ya deben estar ahí Natsuki, manda un recado diciendo que iremos a Olympia.
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-Entonces, ¿sólo nos queda esperar noticias de ellos y ya?- preguntó Koresh mientras una ligera capa de aura azulina le rodeaba.
-Así es- contestó el Rey de Silkland- El muchacho dijo que mandaría un mensaje en caso de que cambiase la ruta pero…
-¿Pero?- esta vez fue Kazuo, preocupado de esa expresión.
-Lo único que haría que cambiara de ruta es un evento que pase con uno de los reinos menores.
-Olympiakos- dijo Kazuo mientras veía preocupado a Koresh.
-¿Mi hija estará bien?- preguntó el adulto al sentir la mirada de Kazuo.
-Estará en protección de Kyoto- dijo el azabache mientras tomaba su hombro- Además, no han mencionado algo relacionado al cambio de…
Kazuo fue interrumpido por un pequeño ente eléctrico que entró como un rayo, literalmente, alerta de cualquier cosa a su alrededor.
-Solicito permiso para informar al rey de Silkland, de parte de Kyoto Katekyo, príncipe de Belladona, que tomarán una desviación de su ruta original, pasando a dirigirse ahora al país de Olympia debido a que Yusei Hyutsuchi, aliado y representante de los reinos menores ha sido capturado por los miembros de la organización terrorista de Olympiakos.
Koresh se asustó al ver al pequeño ente que flotaba en el palacio, un ente color purpura con los ojos amarillos que cayó velozmente en la entrada.
-Me presento, soy un Hollow, familiar de la Ama Natsuki, con noticias importantes que fueron las que mencione anteriormente y…
-Espera, espera, espera- dijo Takeshi Inoue asustado- ¿Dijiste Ama Natsuki?
-Eso dije, Ama Natsuki, soy su espíritu familiar que por fin ha despertado, creo que la ama Natski será más fuerte que tú, Takeshi- dijo el fantasma mientras se hacía el importante- Bueno, mi noticia aquí ha terminado, no sin antes comentarles que, si tienen las armas legendarias, las entreguen rápido, Olympiakos no es un oponente fácil, así que…
-Aún no las tenemos.
-Entonces todos pueden morir- dijo el pequeño espíritu mientras se despedía- Debo irme, los verán en Olympiakos en 1 día y medio señores, deben correr.
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-Estamos a medio Día de llegar Kyoto-kun- dijo Melodi sacando un catalejo.
-Excelente- contestó el azabache con fastidio- Sora, no espero explicaciones del por qué buscaron a Olympiakos sin antes saber de ellos.
-Pero Kyoto, sólo queríamos ahorrarte los problemas y…
-Ir por Yusei, invadir Olympia sin un plan previo y sin los vejestorios, que el punto de reunión sea ahora Cydonia y llegar allá sin antes tener la alianza- dijo el azabache mientras arqueaba los ojos con furia- Qué gran ahorro.
-Deberíamos descansar- dijo Melodi con calma y con Kazuha en brazos- Kyoto no ha dormido bien y está algo irritable al perder 3 horas de sueño y una…
-Sí- interrumpió Kyoto mientras le cerraba la boca y tomaba a Kazuha- Invocaré las casas de Oricalco.
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Una entidad oscura, con grandes alas de aura totalmente negra, un hueco en el centro del pecho y con una guadaña de aura en su mano veía fijamente al frente del campo de batalla, atrás de aquella entidad, Melodi lloraba con amargura por la pérdida de alguien.
Frente a aquella entidad gigantesca, estaba un ente alado, con una mirada seria, que apuntaba con su dedo hacia ellos, arrojando una luz de energía que impactaría a ambos.
Volvió a despertar, esta vez más asustado, mientras veía el dorso de su mano.
Un sol con un Yin-Yang en su interior se mostraba rodeado por unos rayos que salían del centro, pero a comparación de otros días, esta vez parecía que los rellenos de los rayos desaparecían tenuemente, y el Yin-Yang comenzaba a desaparecer.
Si bien se mostraba escéptico ante estas señales por lo físicamente imposible que esto parecía, esta vez se asustó, era el logo de su clan Katekyo, y esta vez sólo estaba quedando el sol.
¿Qué era esa extraña señal que se mostraba frente a él?
¿Qué significaban estos sueños recientes que tenía antes de la invasión?
-Kyoto-kun- habló una dulce voz femenina a su lado- ¿Otra vez las pesadillas?
El chico no habló, esta vez sólo se abalanzó al pecho de la chica, mientras dejaba escapar lágrimas silenciosas.
-Ya, Ya Kyoto-kun- dijo la chica con dulzura mientras le acariciaba la cabeza a la espalda- Pase lo que pase, te voy a proteger, a costa de todo, porque sé que tú también me vas a proteger.

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