Capítulo 80: Cambio de Ruta.
La
oscuridad comenzó a inundarle el cuerpo, mientras se levantaba del suelo donde,
minutos antes, había caído inerte, consecuencia de una energía poderosa que
había perforado justo en medio del pecho.
Lo
único que podía recordar, era haberse reencontrado con alguien importante para
él, alguien que había marcado su vida, antes de aquellos acontecimientos que le
harían ser quien era.
Sabía
que lo que sacrificaría no sería en vano, protegería a la mujer que tanto
amaba, y por ello perdería lo que le hacía ser él, toda la oscuridad dentro de
su corazón, así como toda la energía Yin Yang que él contenía dentro de su
cuerpo.
Sólo
le quedaría el fuego, el fuego naciente que por fin iluminaría a sus amigos.
Y
decidió enfrentar a aquel enemigo que, momentos antes, le había arrebatado la
vida.
Al despertar, se dio cuenta que tenía el
corazón agitado, se levantó con calma, mientras veía a su lado a Melodi
Inverna, a la mujer que él había jurado proteger encima de su propia vida.
Se vistió y salió en completo silencio de la
habitación, a sabiendas que cualquier error que despertara a la chica sería el
último que cometiera.
Se dirigió a donde tenía una botella de vino,
para ir a la sala y beber.
Necesitaba desahogarse.
Si antes hubiera tenido aquel sueño, lo habría
ignorado, habría pasado de largo aquella pesadilla a sabiendas de lo irreal
que, en ese antes.
Pero ahora, incluso lo irreal se aparecía
frente a sus ojos, lo improbable, lo refutable era lo real, y sabía que podría
morir.
-Kyoto-kun- dijo una voz femenina detrás de
ella, mientras le miraba con el ceño fruncido.
-Ahora no me vengas con
dramas Inverna- dijo el chico alterado.
-¿Pasa algo K-kun?-
dijo la chica con calma, a sabiendas de la hora que era.
-No vengas a retarme
ahora- dijo el azabache- Apenas llevo la primera copa y no quiero que la noche
sea ácida y…
-Estaré siempre
contigo, recuerda eso, ¿Pasó algo que perturbó tu sueño?
Al chico le perturbó el
hecho de que ella estuviese tan tranquila, sentía que había cruzado un límite
al decirle “dramática” y que iría a amargarle la noche.
-Nadie despierta a las
tres de la mañana sólo por una copa de vino, supuse que fue una pesadilla- dijo
la chica calmada mientras tomaba su mano.
-Lo siento Inverna, yo
no sé qué decir, sí tuve una pesadilla, pero… Pero juro que daré mi vida por
protegerte, lo sabes- dijo el chico mientras la acercaba a él.
Pudo oler su aroma
mientras una silenciosa lágrima caía por sus ojos.
Si
la oscuridad de su corazón acababa, ya no sería el mismo Kyoto, ¿o sí?
----------------------------------------------------------------------------------
-¿Cómo que partieron?-
dijo un adulto de cabello azulino mirando furiosamente a aquella presencia de
gran nobleza.
-Partieron hace dos
días- contestó la entidad- Como rey de Silkland no tuve el poder suficiente
para retenerlos.
-¿A dónde se dirigen
ellos?- volvió a preguntar el individuo.
-¿Quién los busca?-
preguntó el rey de forma altanera.
-Koresh Ryone- dijo un
azabache viéndolo con calma.
-Kazuo Katekyo, creí
que no te volvería a ver- contestó el hombre de cabello azul.
-De hecho, es increíble
que hayas pasado por el vórtice dimensional, siendo un simple.
-Me metí antes de que
lo cerraran, pero el proceso me desvió del lugar donde quería llegar, ¿dónde
está mi amada esposa y mi querida hija?- preguntó el adulto mientras le miraba
fijamente.
-Pues, está con el amor
de su vida, está con MI HIJO- recalcó Kazuo con el afán de hacerlo enojar.
-Dile a ese mocoso que
quite sus sucias garras de mi hija- dijo el adulto mientras tomaba de las
solapas al azabache.
-Es imposible hacerlo
cuando fue tu hija la que se abalanzó sobre mi hijo- contestó el azabache con
temor de lastimarlo.
-Nunca confié en ese
niño- masculló el adulto- Veía sufrir a mi hija cada vez que él y su novia se
besaban.
-Nunca confiaste en
nadie ni en nada, tú no sabes cómo sufrió mi hermana cuando la corriste de tu
casa al enterarte que ella era una XTAR.
-Discúlpame, pero ser
un humano modificado no es algo que le ocultas a alguien cuando es tu pareja, ¿no
crees que es algo que le contarías a tu pareja?, oh claro, lo olvidé, tú eres
un maldito fenómeno igual que tu esposa y tu hijo.
-Podrás de decir lo que
quieras Koresh pero, antes de hablar de mi esposa y mi hijo, lávate la maldita
boca.
-Koresh- sentenció una
voz femenina- ¿Recuerdas que una vez hablamos de esta situación al respecto?
-Sí, querida, claro que
lo recuerdo, lo lamento en serio.
-Y tú, hermanito, deja
de provocar a mi esposo, que le salen cosas sin sentido cuando se pone
irritante.
-Miyaah, mi hija está
con ese mocoso que la hacía sufrir, ¿sólo aceptarás que están juntos y ya?
-Es la felicidad de
nuestra hija de lo que hablamos- dijo la mujer de cabello azul mientras tomaba
su mano- Confía un poco en ella, y en la persona que ella eligió.
-Entonces bien, ¿a
dónde se dirigen?- preguntó Koresh mientras se calmaba.
----------------------------------------------------------
Salieron de la casa de
Oricalco, mientras Kyoto encendía nuevamente la leña que ardía en pequeñas
brasas a esas horas de la madrugada, Melodi ponía a hervir una gran olla que
contenía algunos frutos dulces en su interior.
-Si duermes ahora el
nivel de azúcar en la sangre subirá por el susto que tuviste- dijo la chica
mientras sacaba algo que había horneado.
-Pan-
masculló el chico tomando la pieza de harina- Gracias Melodi, en verdad lo
necesito.
Ambos
estaban dispuestos a consumir sus respectivos alimentos, cuando unos ruidos
comenzaron a escucharse en la maleza del enorme bosque de Mythland.
-Prepárate
Inverna, es posible que sea algún enemigo.
-Sí,
K-kun- dijo la chica con seguridad.
Lo
que menos se esperaban, es que una pequeña castaña saliera de aquella maleza,
corriendo asustada.
-Kyoto,
por favor… Kyoto
-¿Sora?,
¿Eres Sora?- preguntó el chico sorprendido- Se supone que nos veríamos en
Cydonia, no, en Hefestos.
-¿Dónde
está Yusei-kun?- preguntó Melodi asustada.
Sora
sólo seguía jadeando de cansancio, mientras veía a los chicos que tenía
enfrente.
Había llegado y…
-Yusei, Yusei… Kyoto… Ayúdalo por favor
-¿Dónde carajos se encuentra Yusei?- Preguntó
el chico con enfado, sabiendo de antemano qué era lo que había pasado.
-Le dije que no peleara contra ellos- dijo la
castaña- Pero no lo pude detener… él está… él está…
-Habla maldición o tendré que hacerte hablar
por la maldita fuerza- gruñó el Katekyo.
-Él y yo nos enfrentamos a Olympiakos- dijo la
chica asustada- Entonces él… él… Está muerto Kyoto… Olympiakos tiene su cuerpo
para usar al Myth que tiene dentro suyo.
-Ese jodido idiota, le dije determinantemente
que no enfrentaran a Olympiakos maldición- dijo el azabache mientras tomaba una
sartén y una cuchara de metal.
Y empezó a golpearla con fuerza, provocando un
ruido insoportable en el pequeño claro del bosque donde estaban descansando.
Con sueño, y desgano, salieron los demás chicos
de las casas de Oricalco, despeinados y con ojeras en el rostro.
-¿Ahora qué carajos ocurre?- preguntó Riot
visiblemente molesto.
-Katekyo, sé que no soy muy listo pero
apostaría mi vida a que son las 4 de la mañana, ¿qué carajos quieres tan
temprano?- Gruñó Zentraedi con furia contenida.
-Adelantaremos la invasión a Olympia- dijo el
azabache mientras desaparecía las casas.
-¿Qué?- gritaron las chicas ligeramente más
despiertas en ese momento.
-Que invadiremos Olympia, ya que un par de
idiotas se arriesgaron a enfrentarse a Olympiakos, y casi mueren por ello- dijo
el azabache apuntando a Sora.
-Te recuerdo, Kyoto-kun, que tú también te
enfrentaste a Olympiakos- dijo Melodi fastidiada.
-No, sólo fue a Shinnokk, y fue un clon de él,
no era el verdadero- dijo el azabache mientras caminaba hacia una rubia-
Natsuki, tus mensajeros son veloces.
-Sí, entregarán cualquier pedido en cuestión de
segundos- dijo la rubia orgullosa.
-Bien, necesitamos que lleven el siguiente
mensaje, si mis cálculos son exactos… los viejos ya deben estar ahí Natsuki,
manda un recado diciendo que iremos a Olympia.
------------------------------------------------------------------------------
-Entonces, ¿sólo nos queda esperar noticias de
ellos y ya?- preguntó Koresh mientras una ligera capa de aura azulina le
rodeaba.
-Así es- contestó el Rey de Silkland- El
muchacho dijo que mandaría un mensaje en caso de que cambiase la ruta pero…
-¿Pero?- esta vez fue Kazuo, preocupado de esa
expresión.
-Lo único que haría que cambiara de ruta es un
evento que pase con uno de los reinos menores.
-Olympiakos- dijo Kazuo mientras veía
preocupado a Koresh.
-¿Mi hija estará bien?- preguntó el adulto al
sentir la mirada de Kazuo.
-Estará en protección de Kyoto- dijo el
azabache mientras tomaba su hombro- Además, no han mencionado algo relacionado
al cambio de…
Kazuo fue interrumpido por un pequeño ente
eléctrico que entró como un rayo, literalmente, alerta de cualquier cosa a su
alrededor.
-Solicito permiso para informar al rey de
Silkland, de parte de Kyoto Katekyo, príncipe de Belladona, que tomarán una
desviación de su ruta original, pasando a dirigirse ahora al país de Olympia
debido a que Yusei Hyutsuchi, aliado y representante de los reinos menores ha
sido capturado por los miembros de la organización terrorista de Olympiakos.
Koresh se asustó al ver al pequeño ente que
flotaba en el palacio, un ente color purpura con los ojos amarillos que cayó
velozmente en la entrada.
-Me presento, soy un Hollow, familiar de la Ama
Natsuki, con noticias importantes que fueron las que mencione anteriormente y…
-Espera, espera, espera- dijo Takeshi Inoue
asustado- ¿Dijiste Ama Natsuki?
-Eso dije, Ama Natsuki, soy su espíritu
familiar que por fin ha despertado, creo que la ama Natski será más fuerte que
tú, Takeshi- dijo el fantasma mientras se hacía el importante- Bueno, mi
noticia aquí ha terminado, no sin antes comentarles que, si tienen las armas
legendarias, las entreguen rápido, Olympiakos no es un oponente fácil, así que…
-Aún no las tenemos.
-Entonces todos pueden morir- dijo el pequeño
espíritu mientras se despedía- Debo irme, los verán en Olympiakos en 1 día y
medio señores, deben correr.
------------------------------------------------------------------
-Estamos a medio Día de llegar Kyoto-kun- dijo
Melodi sacando un catalejo.
-Excelente- contestó el azabache con fastidio-
Sora, no espero explicaciones del por qué buscaron a Olympiakos sin antes saber
de ellos.
-Pero Kyoto, sólo queríamos ahorrarte los
problemas y…
-Ir por Yusei, invadir Olympia sin un plan
previo y sin los vejestorios, que el punto de reunión sea ahora Cydonia y
llegar allá sin antes tener la alianza- dijo el azabache mientras arqueaba los
ojos con furia- Qué gran ahorro.
-Deberíamos descansar- dijo Melodi con calma y
con Kazuha en brazos- Kyoto no ha dormido bien y está algo irritable al perder
3 horas de sueño y una…
-Sí- interrumpió Kyoto mientras le cerraba la
boca y tomaba a Kazuha- Invocaré las casas de Oricalco.
------------------------------------------------------
Una
entidad oscura, con grandes alas de aura totalmente negra, un hueco en el
centro del pecho y con una guadaña de aura en su mano veía fijamente al frente
del campo de batalla, atrás de aquella entidad, Melodi lloraba con amargura por
la pérdida de alguien.
Frente
a aquella entidad gigantesca, estaba un ente alado, con una mirada seria, que
apuntaba con su dedo hacia ellos, arrojando una luz de energía que impactaría a
ambos.
Volvió a despertar, esta vez más asustado,
mientras veía el dorso de su mano.
Un sol con un Yin-Yang en su interior se
mostraba rodeado por unos rayos que salían del centro, pero a comparación de
otros días, esta vez parecía que los rellenos de los rayos desaparecían
tenuemente, y el Yin-Yang comenzaba a desaparecer.
Si bien se mostraba escéptico ante estas
señales por lo físicamente imposible que esto parecía, esta vez se asustó, era
el logo de su clan Katekyo, y esta vez sólo estaba quedando el sol.
¿Qué era esa extraña señal que se mostraba
frente a él?
¿Qué significaban estos sueños recientes que
tenía antes de la invasión?
-Kyoto-kun- habló una dulce voz femenina a su
lado- ¿Otra vez las pesadillas?
El chico no habló, esta vez sólo se abalanzó al
pecho de la chica, mientras dejaba escapar lágrimas silenciosas.
-Ya, Ya Kyoto-kun- dijo la chica con dulzura
mientras le acariciaba la cabeza a la espalda- Pase lo que pase, te voy a
proteger, a costa de todo, porque sé que tú también me vas a proteger.
No hay comentarios:
Publicar un comentario